El Arsenal ha sellado su pase a las semifinales de la Carabao Cup tras una noche de infarto en el Emirates Stadium. El conjunto dirigido por Mikel Arteta superó al Crystal Palace en una dramática tanda de penaltis que finalizó con un marcador de 8-7, después de que el encuentro terminara empatado a uno en los noventa minutos reglamentarios. El héroe de la noche fue sin duda Kepa Arrizabalaga, quien atajó el lanzamiento decisivo de Lacroix para desatar la euforia en las gradas londinenses.
El partido comenzó con un ritmo intenso, ambos equipos conscientes de lo que estaba en juego. El Arsenal dominó la posesión desde el pitido inicial, creando ocasiones a través de las bandas con Martinelli y Saka, aunque la defensa del Palace se mostró bien organizada bajo la dirección de Guéhi. La primera mitad transcurrió sin goles, pero con sensación de que el desequilibrio podía llegar en cualquier momento.
La segunda parte trajo consigo la acción decisiva. A los 79 minutos, un centro peligroso del Arsenal provocó el caos en el área visitante. En su intento por despejar, Lacroix desvió el balón hacia su propia portería, superando a su portero Benítez y adelantando a los gunners en el marcador. El Emirates estalló de alegría, pero la ventaja duraría poco.
Con el reloj avanzando hacia el final, el Crystal Palace no se rindió. En el minuto 95, aprovechando una jugada a balón parado, Guéhi cabeceó con potencia al fondo de las mallas, estableciendo el empate a uno y forzando la prórroaga. La celebración de los visitantes reflejaba su convicción de poder llevarse el triunfo.
Los treinta minutos extra no despejaron la igualdad. Ambos entrenadores realizaron cambios tácticos, introduciendo frescura en el centro del campo. Rice y Odegaard entraron por el Arsenal, mientras que el Palace apostó por Uche y Devenny. Las ocasiones llegaron para ambos bandos, pero ni Kepa ni Benítez tuvieron que batirse en retirada. Un remate de Timber que salvó el portero visitante sobre la línea y un centro errado de Uche que se perdió por el fondo fueron las acciones más destacadas de una prórroga tensa y equilibrada.
La tanda de penaltis se convirtió en un espectáculo de nervios y precisión. Los primeros cinco lanzadores de cada equipo no fallaron, mostrando una frialdad admirable. Saliba, Timber, Calafiori, Merino y Trossard anotaron para el Arsenal. Por su parte, Uche, Wharton, Sosa, Hughes y Mateta respondieron con idéntico acierto para el Palace.
La ronda se extendió hasta convertirse en una prueba de resistencia mental. Cada jugador que se acercaba al punto de penalti sabía que un error significaría la eliminación. Saka, Rice y Odegaard mantuvieron el perfecto balance para los locales. Devenny, Lerma y Clyne hicieron lo propio para los visitantes, aumentando la tensión con cada golpeo.
El momento decisivo llegó en el octavo lanzamiento. Lacroix, que ya había marcado en propia puerta durante el partido, se colocó frente a Kepa. El portero español, cedido por el Chelsea y enfrentándose precisamente a su futuro rival en semifinales, adivinó la intención del francés. Kepa se lanzó a su derecha y desvió el balón, provocando la explosión de alegría en el Emirates y sellando el 8-7 definitivo.
La celebración fue instantánea. Compañeros, cuerpo técnico y afición se abrazaron en el centro del campo, conscientes de haber superado una prueba de fuego. El Arsenal demostró carácter y compostura en los momentos decisivos, cualidades indispensables para aspirar a levantar el trofeo.
El premio por esta épica victoria es un enfrentamiento de alto voltaje en las semifinales. El Chelsea espera al otro lado del ring, configurando un duelo londinense a doble partido que promete emociones fuertes. La rivalidad entre ambos clubes añade un ingrediente extra a una eliminatoria que ya de por sí presenta un atractivo inmenso.
Para Mikel Arteta, este triunfo refuerza la moral de un plantel que pelea en múltiples frentes. La competición de copa ofrece una vía directa hacia la gloria y el técnico español sabe que cada partido es una oportunidad para consolidar su proyecto. La actuación de Kepa, en particular, le da opciones de cara a la portería en los próximos compromisos.
El Crystal Palace, por su parte, vuelve a casa con la frente alta. La plantilla de Oliver Glasner demostró competitividad y orden táctico, plantando cara a uno de los grandes favoritos hasta el último suspiro. La experiencia acumulada en este tipo de encuentros servirá de bagaje para los retos venideros en Premier League.
El público asistente al Emirates presenció una noche para el recuerdo. Los penaltis siempre generan una carga emocional única, y esta tanda no fue una excepción. La capacidad de los jugadores para asumir la presión y ejecutar con precisión bajo los focos merece el máximo reconocimiento.
El camino hacia Wembley se acorta para el Arsenal, pero el Chelsea representa un obstáculo de primer nivel. La historia reciente entre ambos equipos en competiciones de copa está repleta de episodios memorables, y esta nueva edición promete seguir alimentando ese legado. La primera semifinal se disputará en Stamford Bridge, donde el conjunto de Enzo Maresca defenderá su condición de local.
La gestión de plantilla será clave en las próximas semanas. Arteta deberá dosificar esfuerzos entre la Premier League, la Champions League y esta Carabao Cup. Contar con jugadores como Kepa en plena forma proporciona un margen de maniobra importante, especialmente en una posición tan determinante como la portería.
El fútbol inglés vuelve a demostrar por qué sus competiciones de copa generan tanta pasión. La capacidad de los equipos de darlo todo, independientemente de su condición, convierte cada eliminatoria en una historia única. Esta noche en el Emirates, el Arsenal y el Crystal Palace escribieron un nuevo capítulo lleno de emoción, drama y deportividad.
La victoria por penaltis refuerza la mentalidad ganadora que Arteta ha inculcado en su vestuario. Saber sufrir, sobreponerse a la adversidad y encontrar recursos en los momentos críticos diferencia a los grandes equipos. El Arsenal ha dado un paso más hacia la consolidación como candidato serio a todos los títulos.
La afición gunner ya sueña con levantar la Carabao Cup. El camino está trazado: superar al Chelsea en las semifinales y esperar rival en la final. La ilusión es libre y el equipo ha demostrado que tiene madera de campeón. La próxima cita será otro examen exigente, pero el grupo está preparado para afrontarlo con garantías.
El balance de la noche es positivo para el fútbol londinense. Dos equipos que representan a la capital con orgullo ofrecieron un espectáculo digno de la competición. El respeto mutuo quedó patente al final del encuentro, con abrazos entre jugadores que habían dado todo sobre el césped.
La temporada de copa cobra forma y el Arsenal sigue vivo en todas sus opciones. La plantilla muestra una competitividad envidiable y la afición responde con entusiasmo. La magia de los torneos knock-out sigue intacta y promete más noches de emoción en las semanas venideras.