La selección argelina de fútbol ha dado un golpe de autoridad en su presentación en la Copa Africana de Naciones al imponerse por un contundente 3-0 ante Sudán, en un encuentro que sirve como anticipo de lo que podría ser su encuentro con la Selección Argentina en la próxima Copa del Mundo. La victoria, conseguida en el Estadio Moulay El Hassan de Rabat, deja en claro que el conjunto dirigido por Vladimir Petković llega en forma a la cita continental y como uno de los principales candidatos a llevarse el título.
El resultado no deja lugar a dudas sobre las intenciones del campeón africano de 2019. Desde el pitazo inicial, el equipo mostró una superioridad evidente que se materializó en los pies de su máxima estrella, Riyad Mahrez. El ex jugador del Manchester City y capitán del equipo fue la figura indiscutida del encuentro, anotando dos de los tres tantos y demostrando por qué es considerado uno de los futbolistas más talentosos que ha exportado el continente africano en los últimos años.
El contexto del partido no podía ser más significativo para el panorama internacional. Argelia compartirá grupo con Argentina en el Mundial de 2026, lo que convierte cada una de sus actuaciones en un objeto de estudio para el cuerpo técnico de Lionel Scaloni. La goleada ante Sudán no solo aporta tres puntos en la tabla del Grupo E, sino que también envía un mensaje claro: el rival que espera a la Albiceleste llegará a la cita mundialista con hambre de gloria y un plantel repleto de talento.
El despliegue ofensivo de los campeones
El primer tiempo transcurrió con un dominio absoluto de los argelinos, quienes movieron el balón con precisión y crearon numerosas ocasiones de peligro. La apertura del marcador llegó de la mano de Mahrez, quien capitalizó una jugada de contragolpe para batir al arquero sudanés con un remate cruzado imposible de detener. El tanto desató la euforia entre los miles de seguidores argelinos que abarrotaron las tribunas del estadio, convirtiéndose en la principal hinchada del torneo después de los marroquíes, anfitriones del certamen.
La presencia masiva de seguidores argelinos en Marruecos no es una coincidencia. La proximidad geográfica y los lazos históricos entre ambas naciones han generado una diáspora considerable que no dudó en desplazarse para apoyar a su selección. Las calles de Rabat se tiñeron de verde y blanco horas antes del encuentro, con banderas y cánticos que anticipaban la fiesta que se viviría dentro del campo.
El segundo gol, también obra de Mahrez, tuvo un sello de calidad excepcional. La jugada nació en los pies de Mohamed Amoura, delantero del Wolfsburgo alemán que se ha consolidado como el goleador referente del equipo durante las eliminatorias mundialistas. Amoura recibió en la media luna del área rival y, con una visión privilegiada, asistió a su capitán con un pase medido con los tres dedos que dejó a Mahrez solo frente al arco para definir con sangre fría.
Amoura, máximo anotador de Argelia en la ruta hacia el Mundial, demostró por qué es una de las promesas más interesantes del fútbol africano actual. Su movilidad, inteligencia táctica y capacidad asociativa con Mahrez conforman una dupla ofensiva que promete dar que hablar en los próximos meses. A sus 23 años, el atacante representa la nueva generación que se mezcla con la experiencia de veteranos como Mahrez para formar un bloque sólido y temible.
La expulsión que sentenció el encuentro
El partido dio un giro definitivo minutos antes del descanso cuando Salaheldin Adil, defensa central sudanés, vio la tarjeta roja directa por una entrada temeraria sobre un mediocampista argelino. Con un hombre menos, Sudán se vio obligado a replegarse en su campo y resistir el asedio constante de un rival que olía sangre y no perdonaba.
La superioridad numérica se tradujo en un dominio absoluto de la posesión y una mayor libertad para que los hombres de Petković circularan el balón en campo contrario. El técnico bosnio, conocido por su capacidad para organizar equipos competitivos, ajustó el ritmo del juego en el complemento, rotando el balón de lado a lado para desgastar a una defensa sudanesa que ya mostraba señales de agotamiento.
El cierre definitivo llegó a través de Ibrahim Maza, delantero que ingresó desde el banco de suplentes en la segunda mitad y que estampó el 3-0 final con un remate de media distancia que se coló en el ángulo superior del arco rival. El tanto reflejó la profundidad de plantilla de la que dispone Argelia, con recursos ofensivos capaces de hacer diferencia incluso desde la banca.
El arquero con apellido mítico
Bajo los tres palos, la sorpresa de la alineación argelina fue Luca Zidane, hijo del legendario Zinedine Zidane. Formado en las categorías inferiores del Real Madrid, el guardameta de 26 años optó por representar a la selección de sus ancestros paternos, renunciando a la posibilidad de jugar con Francia, país donde nació y desarrolló su carrera profesional. Su decisión refleja el orgullo que despierta la camiseta argelina entre los descendientes de la diáspora.
Durante el encuentro, Zidane tuvo una participación discreta, sin necesidad de realizar intervenciones de gran complejidad gracias a la solidez defensiva que exhibió su equipo. Sin embargo, su presencia en el arco simboliza la conexión entre la historia del fútbol francés y el presente africano, una relación que se extiende más allá de las líneas de cal.
En uno de los palcos del estadio, su padre Zinedine siguió el partido con atención, presenciando el debut internacional oficial de su hijo con la camiseta argelina. La imagen del mítico ex futbolista observando desde las gradas añadió un tinte emotivo a una jornada ya de por sí histórica para la selección africana.
El otro resultado del grupo
En el duelo paralelo del Grupo E, Burkina Faso superó por 2-1 a Guinea Ecuatorial en un encuentro vibrante que dejó a los burkinés en la segunda posición del grupo por diferencia de goles. El resultado beneficia a Argelia, que ahora lidera con autoridad y con un pie y medio en los cuartos de final del torneo.
La victoria de Burkina Faso confirma que el Grupo E será uno de los más competitivos de la fase inicial, con tres selecciones que pelearán por los dos puestos de clasificación directa. Para Argelia, el siguiente desafío será mantener el nivel exhibido ante Sudán cuando se enfrente a Guinea Ecuatorial en la segunda jornada.
Messi o Cristiano: la preferencia de los argelinos
En las horas previas al encuentro, los periodistas de Olé realizaron una encuesta rápida entre los hinchas argelinos congregados en las afueras del estadio. La pregunta era directa: ¿a quién prefieren, Messi o Cristiano Ronaldo? Las respuestas reflejaron una división interesante, con una ligera inclinación hacia el astro argentino, aunque sin el fervor que se podría esperar en otras latitudes.
La preferencia por Messi entre los seguidores argelinos puede interpretarse como un gesto de respeto hacia el rival que enfrentarán en el Mundial, aunque también como un reconocimiento al legado del diez albiceleste en el fútbol mundial. Independientemente de la preferencia personal, lo cierto es que la rivalidad deportiva quedará a un lado cuando ambas selecciones se midan en 2026, en un duelo que promete ser uno de los más atractivos de la fase de grupos.
Implicaciones para Argentina
Para el cuerpo técnico de la Selección Argentina, liderado por Lionel Scaloni, la actuación de Argelia no pasa desapercibida. El sistema de juego implementado por Petković, basado en un 4-2-3-1 dinámico y con transiciones rápidas, presenta características similares a las que Argentina ha enfrentado con éxito en otros compromisos internacionales. Sin embargo, la calidad individual de Mahrez y la velocidad de Amoura exigirán una preparación específica.
La capacidad de Argelia para generar peligro por las bandas, combinada con la presencia de un mediocampo organizado y una defensa sólida, la convierte en un adversario de cuidado. Argentina deberá prestar especial atención a las transiciones ofensivas de los africanos, quienes demostraron ante Sudán una capacidad letal para aprovechar los espacios dejados por el rival.
Perspectivas para el torneo
Con este triunfo, Argelia toma una ventaja significativa en su grupo y envía un mensaje al resto de los participantes: el campeón de 2019 ha regresado con la intención de recuperar su trono continental. La profundidad de su plantilla, la experiencia de sus jugadores en las mejores ligas europeas y el apoyo incondicional de su hinchada la convierten en una de las favoritas al título.
El camino hacia la gloria, sin embargo, está lleno de obstáculos. Las selecciones africanas han cerrado la brecha con los tradicionales potencias, y cada partido representa una batalla única. Para Argelia, el desafío inmediato será mantener la concentración y evitar la relajación que a menudo acompaña a las victorias contundentes.
La Copa Africana de Naciones no solo sirve como preparación para el Mundial, sino como un objetivo en sí mismo. Para jugadores como Mahrez, que ya han conquistado títulos a nivel de clubes, levantar la copa continental con su selección representaría la coronación de una carrera excepcional. Para jóvenes como Amoura, es la oportunidad de consolidarse como referentes de un nuevo ciclo.
Conclusión
La goleada de Argelia ante Sudán marca el inicio de una nueva era para el fútbol argelino. Con un equipo equilibrado, estrellas de primer nivel y una base de joven talento, los africanos han demostrado que estarán a la altura de las circunstancias cuando se enfrenten a Argentina en el Mundial 2026. Para Scaloni y su cuerpo técnico, el trabajo de análisis ya ha comenzado. El reto será desentrañar los secretos de un rival que, lejos de conformarse con participar, aspira a dejar huella en la cita mundialista.
El mensaje es claro: Argelia no será un rival fácil. Su debut en la Copa Africana ha sido una declaración de intenciones, y el mundo del fútbol ya ha tomado nota. Ahora falta ver si podrá mantener este nivel durante todo el torneo y, más importante aún, si podrá trasladar esta contundencia al escenario más importante del planeta: la Copa del Mundo.