Vueling elimina vuelos Vigo-Barcelona en enero: cuatro fines de semana sin conexión

La aerolínea suprime el servicio directo los días 10, 11, 17 y 18 de enero, afectando a la principal ruta del aeropuerto de Peinador en plena operación retorno

El aeropuerto de Vigo afronta un nuevo revés en su operativa para 2025 que pone en jaque su conectividad con el resto de España. La aerolínea Vueling, que ostenta el monopolio en la ruta más transitada de Peinador, ha decidido suprimir temporalmente su vuelo diario entre la ciudad gallega y Barcelona durante los fines de semana de enero. Esta medida se suma a la reciente desaparición de la ruta a Londres anunciada por Ryanair, que abandonará el aeródromo el próximo 4 de enero.

Según la información disponible en los sistemas de reserva, los sábados 10 y 17 de enero, así como los domingos 11 y 18, no habrá ninguna conexión directa entre ambas ciudades. Esta decisión resulta especialmente llamativa porque coincide con el periodo de retorno tras las vacaciones de Navidad, cuando tradicionalmente aumenta la demanda de transporte y miles de gallegos regresan a sus lugares de residencia.

La ruta a Barcelona representa el segundo destino más importante para el aeródromo vigués, solo superada por la conectividad con Madrid. Por tanto, esta interrupción supone un impacto significativo en la movilidad de toda Galicia occidental. Los viajeros que necesiten desplazarse a la ciudad condal esos días deberán buscar alternativas poco prácticas, como volar desde Oporto o Santiago, donde Vueling sí mantendrá hasta tres frecuencias diarias. Esta situación obliga a los usuarios a desplazarse hasta 150 kilómetros para coger un vuelo que debería ser local.

Lo más sorprendente de esta medida es que contrasta abiertamente con la evidente demanda que existía en estas franjas horarias. Durante los últimos meses, la compañía ha operado incluso dos vuelos consecutivos los domingos por la noche, transportando más de 400 pasajeros en cada uno. Estos datos demuestran una ocupación elevada que no justifica por sí misma la reducción de frecuencias y que, por el contrario, sugiere una capacidad insuficiente en horarios punta.

El análisis de precios refuerza esta percepción de que la decisión no responde a criterios comerciales lógicos. Para el fin de semana anterior al corte (3-5 de enero), las tarifas superan los 220 euros por un billete sencillo sin equipaje facturado ni posibilidad de cambios. En los días posteriores a Reyes (6-8 de enero), los precios se mantienen por encima de los 110 euros. Estas cifras indican una clara disposición al pago por parte de los usuarios, descartando una motivación puramente económica basada en la falta de rentabilidad. Una empresa maximizadora de beneficios tendería a aumentar frecuencias ante tal nivel de precios y demanda.

Es cierto que durante la segunda quincena de enero los precios experimentan una caída habitual por la temporada baja, con billetes cercanos a los 90 euros para el domingo siguiente con operaciones. Sin embargo, en días laborables es posible encontrar tarifas mucho más asequibles, de 23, 38 o 46 euros, lo que demuestra la flexibilidad de la compañía en su política de precios dinámica y su capacidad para adaptarse a diferentes niveles de demanda.

La reducción de frecuencias no se limita exclusivamente a los fines de semana. Vueling también ha cancelado los vuelos de los miércoles 21 y 28 de enero, así como el 4 de febrero. Esta última fecha ya sufrió la supresión del vuelo diario el invierno pasado, cuando la operativa se redujo a ocho frecuencias semanales durante noviembre, enero y febrero. El patrón sugiere una estrategia sistemática de recorte en los meses de menor actividad.

Con estas nuevas cancelaciones, la operativa mínima se situará en siete vuelos semanales por sentido, con doble servicio únicamente los martes y jueves. No será hasta mediados de febrero cuando se recupere una cierta normalidad con nueve frecuencias semanales, aunque esta cifra sigue siendo inferior a la ofrecida por otras compañías en rutas con menos demanda histórica.

De hecho, Binter opera actualmente 12 vuelos semanales desde Vigo hacia Tenerife y Gran Canaria, superando en conectividad a la ruta catalana pese a tener un mercado potencialmente menor y una distancia considerablemente mayor. Esta comparación pone de manifiesto la debilidad de la apuesta de Vueling por el aeropuerto de Peinador y su falta de compromiso con la región.

El origen de esta decisión permanece en el misterio. Esta redacción ha intentado sin éxito obtener una explicación oficial de la aerolínea que justifique la supresión de estos vuelos, que estuvieron a la venta hasta mediados de octubre. La falta de transparencia genera incertidumbre entre los usuarios y el sector, alimentando especulaciones sobre las verdaderas razones del recorte.

La compañía ya enfrentó problemas operativos durante el verano de 2024, cuando tuvo que revisar los motores de su flota de Airbus A320, reduciendo al mínimo histórico el número de conexiones. Sin embargo, al cierre de esta edición no se ha ofrecido ninguna razón técnica o estratégica que explique los recortes actuales, lo que sugiere que no se trata de un problema de mantenimiento.

La situación deja al aeropuerto vigués en una posición vulnerable, especialmente tras la marcha de Ryanair y la pérdida de la conectividad con Londres desde el 4 de enero. La dependencia de una única aerolínea para su ruta más importante se revela como un riesgo evidente para la movilidad de los gallegos y para el desarrollo económico de la región.

Los pasajeros afectados por estas cancelaciones deberán reprogramar sus viajes o buscar alternativas en aeropuertos cercanos. La falta de competencia en la ruta Vigo-Barcelona dificulta la aparición de opciones de repuesto, consolidando el monopolio de Vueling en un contexto de servicio reducido. Esta dinámica podría disuadir a nuevas aerolíneas de operar en Peinador, percibiendo un mercado cautivo y poco competitivo.

La primera vez que la ruta Vigo-Barcelona dejó de operar completamente durante fines de semana enteros fue en la era de la extinta Clickair, lo que sitúa esta decisión en un contexto histórico preocupante. La regresión a niveles de conectividad de hace más de quince años pone en cuestión el supuesto crecimiento y desarrollo del aeropuerto vigués.

Ante este escenario, las autoridades locales y autonómicas deberían plantearse medidas para diversificar la oferta aérea en Peinador y evitar que decisiones unilaterales de una compañía perjudiquen a toda una comunidad. La movilidad de los ciudadanos no puede depender de las fluctuaciones internas de una única empresa.

Referencias

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