La Ternera Charra: 25 años de excelencia en la dehesa salmantina

La marca de garantía consolida su liderazgo tras superar crisis y apostar por el manejo extensivo como seña de identidad

Después de un cuarto de siglo al frente de una de las marcas cárnicas más prestigiosas de España, el presidente de la marca de garantía Ternera Charra hace un balance más que satisfactorio de una trayectoria marcada por la superación de adversidades y el fortalecimiento de un modelo productivo único. Desde sus inicios en una época convulsa para el sector, la organización ha logrado posicionarse en niveles de excelencia tanto en el mercado nacional como internacional, convirtiéndose en referente de la ganadería extensiva ibérica.

Los comienzos no fueron sencillos. La marca nació en un contexto de incertidumbre para la ganadería española, pero el trabajo constante y una visión clara han permitido que hoy se cuente entre las referencias de calidad del panorama ibérico. "El balance no puede ser más positivo", reconoce su presidente, quien destaca que "poquito a poco y año a año, con trabajo, estamos en unos niveles, yo creo, muy aceptables". Esta valoración modesta esconde una realidad de crecimiento sostenido y consolidación de una marca que ha sabido ganarse la confianza de distribuidores, restauradores y consumidores exigentes.

Superando crisis históricas

El camino hacia el éxito ha estado sembrado de obstáculos que hubieran podido acabar con una estructura menos sólida. Durante estos 25 años, el sector ha atravesado por momentos de extrema dificultad que pusieron a prueba la resiliencia de todo el sistema agroalimentario. El presidente recuerda dos periodos especialmente críticos: la crisis de las vacas locas y la reciente pandemia. Ambos supusieron un reto sin precedentes para toda la cadena alimentaria, pero la marca supo adaptarse y salir reforzada.

La enfermedad de las vacas locas, o encefalopatía espongiforme bovina, generó una crisis de confianza sin precedentes en el consumo de carne de vacuno a finales de los 90 y principios de los 2000. Fue un momento de máxima incertidumbre donde la transparencia y los controles rigurosos se convirtieron en la única forma de recuperar la credibilidad. La Ternera Charra, con su sistema de trazabilidad y garantía de origen, pudo demostrar la seguridad de su producto y mantener la lealtad de sus clientes.

Más recientemente, la pandemia de COVID-19 volvió a poner a prueba el sector con el cierre de la hostelería, alteraciones en la logística y cambios bruscos en los hábitos de consumo. "Fueron periodos complejos para todo el mundo y, lógicamente, también para nosotros", admite el presidente. Sin embargo, la capacidad de resistencia y la confianza en el modelo de producción permitieron no solo sobrevivir, sino consolidar la reputación de la marca. La transparencia, el control riguroso y la lealtad a los consumidores se convirtieron en los pilares para superar estas adversidades.

La esencia del producto: el manejo extensivo

Lo que realmente diferencia a la Ternera Charra de otras carnes certificadas en España no es solo la genética, aunque ésta tenga su importancia, sino fundamentalmente el sistema de producción extensivo y el aprovechamiento de los recursos naturales de la dehesa salmantina. Esta combinación crea un producto con personalidad propia, inconfundible para los paladares entrenados.

"Nuestra seña de identidad está en el manejo y en la forma de explotación que tenemos", enfatiza el presidente. No todas las regiones cuentan con la suerte de disponer de pastos de la calidad de los que se encuentran en Salamanca. La alimentación basada en la bellota durante la montanera confiere a la carne unas características organolépticas únicas que son imposibles de replicar en sistemas intensivos. El sabor, la textura y el aroma se ven influenciados directamente por la biodiversidad de la dehesa y la tranquilidad con la que vive el animal.

Este modelo de explotación tradicional, respetuoso con el medio ambiente y el bienestar animal, se ha convertido en el principal activo diferenciador. La dehesa no es solo un paisaje, es un ecosistema productivo que define la identidad del producto final. Cada animal recibe un trato individualizado, con un espacio vital que garantiza su desarrollo natural, lejos de las presiones de la producción masiva.

Evolución genética y mejora continua

En los últimos 25 años, el sector ganadero salmantino ha experimentado una transformación notable en términos de calidad. La mejora genética ha sido exponencial, pasando de animales con calificaciones estándar en matadero a obtener calificaciones superiores de forma consistente. Este progreso técnico se ha traducido en un producto final más uniforme, con mejores rendimientos y, sobre todo, con una calidad organoléptica superior.

Este avance ha sido posible gracias al trabajo de las asociaciones dedicadas a la pureza racial y a la selección cuidadosa de los ejemplares. La combinación de una genética mejorada con el tradicional sistema extensivo ha creado un producto de élite que satisface los paladares más exigentes. Los programas de selección han permitido identificar y potenciar las líneas más adaptadas al medio dehesa, creando animales que aprovechan al máximo los recursos naturales.

El presidente destaca que esta evolución ha sido "muy positiva" y que la marca ha sabido acompañar a los ganaderos en este proceso de mejora, proporcionando las herramientas y el respaldo necesario para alcanzar estándares de excelencia. La formación técnica, el asesoramiento individualizado y la investigación aplicada han sido claves para este salto cualitativo.

Un momento de oportunidad para los ganaderos

El mercado actual presenta un escenario favorable sin precedentes. La demanda supera con creces la oferta, creando una oportunidad única para los productores asociados a la marca. Este desequilibrio entre lo que el mercado demanda y lo que se produce abre una ventana de oportunidad para la expansión y la inversión.

El mensaje del presidente es claro y directo: "Que aprovechen el momento". Desde su perspectiva, este es el momento idóneo para que los ganaderos inviertan en sus propias explotaciones, tanto a nivel genético como de estructura productiva. "Debemos mejorar nuestras producciones, tanto a nivel genético, como de estructura. Es decir, invertir en nuestro propio negocio, ahora que hay margen para ello", aconseja.

La confianza en el futuro del sector es sólida. La marca no solo garantiza la calidad del producto, sino que también ofrece un canal de comercialización seguro y reconocido, lo que permite a los productores planificar a medio y largo plazo. La estabilidad de precios, la previsibilidad del mercado y el reconocimiento del consumidor crean un entorno propicio para la modernización de las explotaciones sin perder la esencia tradicional.

El legado de una gestión ejemplar

Cuando se le pregunta sobre cómo le gustaría que se recordara su etapa al frente de la marca de garantía, la respuesta refleja humildad y orgullo por el trabajo colectivo. "Fundamentalmente, que hemos hecho un buen trabajo y que una provincia como Salamanca se merece tener un producto de primer nivel, no solo nacional, sino también internacional".

Este deseo resume la filosofía que ha guiado la gestión: el compromiso con la excelencia y la proyección de un territorio a través de su producto estrella. La Ternera Charra no es solo una carne de calidad, es el embajador gastronómico de Salamanca en el mundo. Cando se consume esta carne, se está saboreando la esencia de un territorio, la dedicación de generaciones de ganaderos y la sabiduría acumulada durante siglos.

La trayectoria de la marca demuestra que es posible combinar tradición e innovación, superar crisis globales y mantener la fidelidad a un modelo productivo sostenible. El éxito no reside en la improvisación, sino en la constancia, el respeto al origen y la apuesta por la calidad sin concesiones. Cada animal que lleva el sello de la Ternera Charra representa un compromiso con la excelencia.

En un mundo donde los consumidores valoran cada vez más la procedencia, la sostenibilidad y la autenticidad, la Ternera Charra se presenta como un ejemplo a seguir. Su futuro pasa por seguir fortaleciendo los lazos con los ganaderos, ampliar su presencia en mercados exteriores y seguir siendo fiel a esa seña de identidad que la hace única: el manejo extensivo en la incomparable dehesa salmantina. La apuesta es clara: seguir creciendo sin perder la esencia que la ha convertido en un referente.

Referencias

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