Las pequeñas y medianas empresas están redefiniendo el mapa del comercio internacional. Un reciente estudio de FedEx pone de manifiesto el dinamismo sin precedentes del intercambio comercial entre las regiones de Asia-Pacífico y Europa, donde las pymes emergen como protagonistas indiscutibles de este crecimiento.
La investigación, realizada en septiembre de 2025, recogió las opiniones de más de 2.000 compañías: 1.200 pymes europeas procedentes de nueve mercados diferentes y 850 empresas de similar tamaño en trece naciones del área Asia-Pacífico. Los resultados dibujan un escenario de expansión sostenida y optimismo empresarial compartido.
El dato más llamativo del informe es el incremento del 76% en las exportaciones desde Asia-Pacífico hacia Europa durante el último año fiscal. Esta cifra no solo refleja una recuperación post-pandemia, sino una consolidación estructural de nuevas rutas comerciales que están transformando la economía global.
Los destinos preferidos por las empresas asiáticas son claros: Reino Unido, Alemania y Francia concentran la mayor parte de las operaciones, con porcentajes del 42%, 40% y 38% respectivamente. Esta tripleta europea representa un mercado maduro, con alta capacidad adquisitiva y un entorno regulatorio estable que facilita la entrada de productos y servicios.
La confianza empresarial no es unidireccional. Del lado europeo, el 87% de las pymes que ya operan con Asia-Pacífico anticipa que su volumen de negocio se mantendrá estable o experimentará un crecimiento adicional en 2026. Esta perspectiva positiva se sustenta en treinta meses consecutivos de expansión en el corredor Asia-Europa, según registros de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).
El interés asiático por el mercado europeo no muestra signos de desaceleración. Ocho de cada diez compañías consultadas tienen previsto iniciar o ampliar su presencia en el Viejo Continente durante los próximos dos años. Los motivos son múltiples: una demanda robusta de productos asiáticos, una mayor competitividad en precios que mejora el margen comercial, y la necesidad estratégica de diversificar mercados para reducir la dependencia de otros territorios y fortalecer la resiliencia ante volatilidades económicas globales.
Desde la perspectiva europea, la geografía del comercio con Asia-Pacífico presenta un perfil diversificado. Las pymes turcas lideran la penetración en la región, con el 12% de su cartera de clientes ubicada en aquel continente. Esta posición de ventaja refleja la tradicional vocación exportadora de Turquía y su ubicación geográfica como puente entre continentes.
Le siguen en el ranking Bélgica y Países Bajos, con porcentajes significativos, mientras que Francia, Italia, Polonia, Alemania, Reino Unido y España completan el listado, con presencias que oscilan entre el 8,5% y el 3,6% de sus clientes en Asia-Pacífico. Esta distribución muestra que el interés por el mercado asiático trasciende las grandes economías y se extiende a países medianos con capacidad exportadora creciente.
A la hora de identificar oportunidades futuras, las empresas europeas tienen claro su mapa de prioridades. China encabeza el ranking como destino con mayor potencial de crecimiento para 2026, mencionada por el 55% de las pymes consultadas. Le siguen Japón (36%), India (26%) y Corea del Sur (24%), conformando un cuarteto de mercados maduros y emergentes que ofrecen distintas ventajas competitivas.
Ante este panorama de crecimiento exponencial, las compañías logísticas están reforzando su infraestructura. FedEx ha anunciado la incorporación de cinco vuelos semanales adicionales en la ruta Asia-Europa, optimizando también la conectividad con mercados clave como Vietnam y reduciendo los tiempos de tránsito en un día completo.
Con esta ampliación, la compañía opera actualmente 26 vuelos semanales directos entre ambos continentes, garantizando entregas exprés de hasta 48 horas. Su red en Asia-Pacífico se sustenta en cuatro centros regionales estratégicos que dan cobertura a 44 países y territorios, con el respaldo de más de 28.000 profesionales.
El comercio con Asia-Pacífico no es, sin embargo, la única apuesta de las pymes europeas. El estudio revela que el 48% mantiene relaciones comerciales activas con Estados Unidos, mientras que el 34% opera con Oriente Medio. Reino Unido, Francia, Polonia y España lideran los intercambios con el mercado estadounidense, mientras que Turquía destaca como el principal interlocutor con el mundo árabe.
Esta diversificación geográfica demuestra la capacidad de las pymes europeas para gestionar múltiples mercados simultáneamente, adaptando sus estrategias a las particularidades de cada región. La combinación de crecimiento en Asia, estabilidad en América del Norte y oportunidades en Oriente Medio configura un escenario de internacionalización robusto y sostenible.
El perfil sectorial de estas pymes también merece atención. Las empresas tecnológicas, de moda sostenible, cosmética natural y componentes industriales de alta especialización lideran las exportaciones desde Asia hacia Europa. Estos sectores, caracterizados por su alto valor añadido y capacidad de personalización, encuentran en el mercado europeo consumidores dispuestos a pagar primas por la calidad y la diferenciación.
Por el contrario, las pymes europeas exportan principalmente productos alimentarios de calidad, maquinaria especializada, componentes automotrices y soluciones de software. La complementariedad entre ambas regiones es evidente: Asia aporta manufactura avanzada y tecnología de consumo, mientras que Europa ofrece ingeniería de precisión y productos agroalimentarios con denominación de origen.
Los desafíos, no obstante, persisten. Las barreras arancelarias, la complejidad regulatoria y las diferencias culturales en la negociación comercial siguen siendo obstáculos significativos. Sin embargo, el estudio indica que las pymes que invierten en asesoría local y formación internacional superan estas barreras con mayor éxito que las que intentan navegar solas.
La sostenibilidad también emerge como factor diferenciador. El 72% de las pymes europeas declara que considera el impacto ambiental en sus cadenas de suministro con Asia, presionando a sus proveedores para adoptar prácticas más sostenibles. Esta conciencia ecológica está reconfigurando las relaciones comerciales, premiando a aquellas empresas que demuestran compromiso con la descarbonización.
En el terreno financiero, el acceso a instrumentos de cobertura de riesgo cambiario y líneas de crédito específicas para operaciones internacionales ha mejorado significativamente. Bancos y fintechs han desarrollado productos adaptados a las necesidades de las pymes, reduciendo la exposición a la volatilidad de divisas que tanto daño causó en el pasado.
La inteligencia artificial y el big data también juegan un papel crucial. Las pymes más avanzadas utilizan herramientas predictivas para optimizar inventarios, anticipar tendencias de demanda y personalizar ofertas para mercados específicos. Esta capacidad de análisis, antes inaccesible para empresas pequeñas, les permite competir con ventaja.
El éxito del corredor Asia-Europa tiene implicaciones geopolíticas. En un contexto de reconfiguración de cadenas de valor y diversificación de riesgos, la capacidad de las pymes para crear conexiones comerciales estables entre ambos continentes contribuye a la resiliencia económica global y reduce la dependencia de rutas tradicionales.
Finalmente, el estudio de FedEx subraya que el crecimiento del comercio entre Asia-Pacífico y Europa no es un fenómeno coyuntural, sino una transformación estructural del sistema económico mundial. Las pymes, con su agilidad, innovación y capacidad de adaptación, están escribiendo un nuevo capítulo en la historia del comercio internacional.