En un partido que parecía destinado a ser una formalidad, Gales vivió una noche de tensión en el Rheinpark de Vaduz. Frente a Liechtenstein, la segunda selección peor clasificada de la UEFA y sin un solo punto en la fase de clasificación, los galés no pudieron imponer su superioridad hasta el minuto 62. El gol decisivo, obra de Jordan James, les permitió sumar tres puntos vitales y mantenerse en la lucha por la repesca del Mundial 2026.
El entrenador neerlandés Piet Cremers, que ha tomado las riendas del equipo tras un periodo de transición, necesitaba una victoria para mantener vivas las esperanzas de su selección. A pesar de la diferencia de nivel entre ambos conjuntos, Liechtenstein demostró una resistencia inesperada, obligando a Gales a emplearse a fondo durante los 90 minutos.
El encuentro comenzó con dominio galés, pero sin claridad ofensiva. Los jugadores de Cremers intentaron romper la defensa organizada de Liechtenstein, que se cerró en bloque y apostó por contragolpes esporádicos. Aunque Gales generó varias ocasiones, especialmente en la primera mitad, la falta de precisión en el último pase y la solidez del portero local evitaron que el marcador se abriera antes del descanso.
La segunda parte comenzó con más intensidad por parte de los visitantes. Cremers realizó ajustes tácticos y dio entrada a jugadores más dinámicos, lo que finalmente desbloqueó el partido. En el minuto 62, una jugada colectiva culminó con un pase filtrado de Neco Williams a Daniel James, quien desde la banda derecha centró con precisión al área pequeña. Allí, Jordan James, jugador del Leicester City, apareció como un cazador de área y empujó la pelota a puerta vacía, sellando el 0-1.
Este triunfo permite a Gales igualar en puntos a Macedonia del Norte, que también suma 13 unidades en el Grupo J. Ambos equipos ahora se enfrentarán en la última jornada, con el destino de la repesca en juego. Mientras tanto, Bélgica, líder del grupo con 15 puntos, ya tiene asegurada su plaza directa en la fase final del Mundial 2026, que se disputará en Estados Unidos, México y Canadá.
Para Gales, la victoria en Vaduz es un respiro, pero no una garantía. El próximo martes, en Cardiff, se medirán a Macedonia del Norte en un partido que promete ser de alto voltaje. Un triunfo galés les daría el segundo puesto del grupo y el acceso a la repesca, mientras que un empate o derrota podría dejarles fuera, especialmente si Macedonia mantiene su mejor diferencia de goles.
La presión será máxima en el Cardiff City Stadium. Los aficionados galés esperan una reacción contundente tras un partido en el que su equipo mostró más vulnerabilidad de la deseada. Cremers deberá encontrar el equilibrio entre la ambición ofensiva y la solidez defensiva, especialmente ante un rival que, como demostró en el partido de ida, puede ser muy incómodo.
Por su parte, Liechtenstein, que ha perdido todos sus partidos en la fase de clasificación, puede mirar hacia adelante con la cabeza alta. Su actuación ante Gales, aunque sin premio, fue una muestra de carácter y organización. Para una selección con recursos limitados, competir con equipos de mayor nivel es ya un logro en sí mismo.
En resumen, Gales se aferra a la repesca con uñas y dientes. El gol de Jordan James en Vaduz no solo les dio tres puntos, sino también una segunda oportunidad. Ahora, todo se decidirá en el último partido del grupo. La tensión está servida, y el fútbol galés volverá a estar en el centro de atención.
Clave del partido: El gol de Jordan James en el minuto 62 fue el momento decisivo que cambió el rumbo del encuentro. Su instinto goleador y su capacidad para aparecer en el área hicieron la diferencia.
Próximo desafío: Gales recibirá a Macedonia del Norte en Cardiff. Un triunfo les aseguraría la repesca, mientras que un empate o derrota podría dejarles fuera, dependiendo de la diferencia de goles.
Contexto del grupo: Bélgica lidera con 15 puntos y ya está clasificada. Gales y Macedonia del Norte empatan con 13 puntos, pero los macedonios tienen mejor diferencia de goles, lo que les da una ligera ventaja en caso de empate.
Este partido no solo fue una victoria, sino también una lección. Gales aprendió que no puede subestimar a ningún rival, por muy inferior que parezca. La repesca está al alcance, pero solo si mantienen la concentración y la intensidad en el último partido.