Valverde al límite: su cuerpo pide descanso

Tras tres temporadas a tope, el uruguayo acumula 190 partidos en 200 posibles. Su físico, antes invencible, muestra signos de agotamiento.

Federico Valverde, el motor incansable del Real Madrid, está llegando a un punto crítico. Su físico, siempre descrito como rocoso y casi indestructible, empieza a mostrar señales de fatiga tras tres temporadas consecutivas de exigencia extrema. Desde agosto de 2022, el uruguayo ha estado presente en 190 de los 200 partidos oficiales del club blanco, lo que representa un 95% de participación. Un ritmo que, aunque impresionante, está empezando a cobrar su precio.

La última lesión, comunicada tras el partido en Vallecas, no es un incidente aislado. Se trata de un nuevo episodio de fatiga muscular que confirma lo que muchos ya sospechaban: Valverde está siendo sometido a una carga de trabajo insostenible a largo plazo. Las alarmas ya sonaron en Anfield, y la lesión se materializó en Vallecas. Afortunadamente, el parón internacional ha llegado en el momento justo para que el jugador pueda recuperarse y recargar energías antes del siguiente bloque de partidos.

Pero la preocupación sigue creciendo. ¿Cuánto más puede aguantar Valverde? En la temporada 22-23 disputó 56 de 61 partidos (92%). En la 23-24, 54 de 55 (98%). La pasada campaña, 65 de 68 (96%). Y en la actual, lleva 15 de 16 (94%). En total, en poco más de tres años, ha acumulado el equivalente a cuatro o cinco temporadas completas de partidos. Un desgaste físico que, aunque su cuerpo haya soportado hasta ahora, no puede ignorarse.

Valverde ya terminó la temporada pasada al límite. En febrero, tuvo que parar una semana por molestias en los isquiotibiales izquierdos, lo que le hizo perder tres partidos. En la eliminatoria de Champions contra el Atlético, se le vio con un vendaje visible en la zona afectada. En la fase contra el Arsenal, llegó muy justo y arriesgó su estado físico. Incluso una lumbalgia le libró de los compromisos con la selección uruguaya, permitiéndole recuperarse a contrarreloj para jugar el Mundial de Clubes, donde también estuvo presente en todos los encuentros.

Su versatilidad y resistencia han sido clave para que tanto Carlo Ancelotti como Xabi Alonso lo hayan utilizado como pieza fundamental en múltiples posiciones. No solo como centrocampista, sino también como lateral derecho cuando ha sido necesario. Su capacidad para adaptarse y su entrega sin límites lo han convertido en una solución para cualquier problema táctico. Pero esa misma cualidad lo ha expuesto a un uso excesivo.

Ahora, el club y el cuerpo técnico deben tomar decisiones difíciles. ¿Seguir confiando en él como pieza clave o empezar a gestionar su carga de trabajo con más cuidado? La respuesta no solo afectará al rendimiento del equipo, sino también a la salud a largo plazo del jugador. Valverde es un activo invaluable, pero incluso los más fuertes necesitan descansar. Su cuerpo ya está dando señales. Ignorarlas podría tener consecuencias graves.

El Real Madrid debe encontrar un equilibrio entre rendimiento inmediato y sostenibilidad. Porque si Valverde se quiebra, no solo perderá un jugador, sino un símbolo de entrega y resistencia. Y eso, en un club como el Madrid, no se puede permitir.

Referencias