El alud de nieve que sacudió este lunes la estación de Panticosa, en la provincia de Huesca, ha dejado un saldo trágico de tres víctimas mortales entre un grupo de seis montañeros. Los fallecidos, todos ellos con una dilatada trayectoria en deportes de invierno y alta montaña, han sido identificados como Jorge García-Dihinx, de 55 años; su pareja, Natalia Román, de 36; y Eneko Arrastua, de 48. El accidente ocurrió en la vertiente oeste del pico Tablato, a una altitud comprendida entre los 2.600 y 2.700 metros, cuando una placa de nieve cedió arrastrando a los deportistas ladera abajo.
El grupo, formado por seis personas con amplia experiencia en actividades alpinas, se encontraba practicando esquí de montaña en una zona próxima al Balneario de Panticosa cuando se desencadenó la avalancha. Dos de los integrantes lograron salir ilesos del siniestro, mientras que una mujer de 29 años, vecina de Ordizia (Guipúzcoa), resultó herida y fue evacuada en helicóptero con síntomas de hipotermia grave hasta el Hospital Universitario San Jorge de Huesca, donde recibió el alta médica este martes.
Jorge García-Dihinx, residente en el municipio de Chimillas (Hoya de Huesca), era pediatra de profesión en el mismo hospital donde fue atendida su compañera herida. Más allá de su labor médica, había construido una sólida reputación como divulgador científico y referente meteorológico del Pirineo aragonés. Su pasión por la montaña le llevó a fundar el portal La Meteo que viene, una plataforma de análisis climatológico imprescindible para practicantes de esquí y montañismo. Además, colaboró estrechamente con la editorial Prames para la creación de la colección de guías Rutas con esquís. Pirineo aragonés, considerada una biblia para los amantes del esquí de travesía en la zona. En sus redes sociales, combinaba consejos sobre nutrición infantil con impresionantes imágenes de sus ascensiones, siempre promoviendo los beneficios de la naturaleza para la salud física y mental.
Natalia Román, zaragozana afincada en Suiza, había alcanzado el élite del ultratrail internacional. Su palmarés incluía múltiples victorias en el Gran Trail Trangoworld Aneto-Posets (GTTAP), una de las pruebas más duras del calendario pirinenca con 105 kilómetros y 6.700 metros de desnivel positivo. Román no solo destacaba por sus resultados deportivos, sino también por su labor como influencer de la vida activa a través de su blog Permanent Movement, donde compartía sus experiencias en la montaña y su día a día con diabetes tipo 1, una condición que gestionaba con total transparencia y que convertía en ejemplo de superación para toda la comunidad. Su dominio técnico en descensos técnicos y su capacidad de resistencia la habían consagrado como una de las figuras femeninas más respetadas del trail running español.
El tercer fallecido, Eneko Arrastua, vecino de Irún, era un apasionado del esquí y el trail running. Formaba parte del colectivo Kbrnzs, anteriormente conocido como los Mugalaris de Irún, un grupo de amigos unidos por su amor a la montaña y las actividades al aire libre. Aunque su perfil era más discreto que el de sus compañeros, su dedicación y experiencia en el medio alpino eran indiscutibles.
El accidente ha conmocionado profundamente al mundo de la montaña. Los tres deportistas eran conscientes de los riesgos inherentes a su pasión, pero también eran grandes promotores de la cultura de la seguridad y la formación en técnicas de autoprotección. García-Dihinx, precisamente, era conocido por sus alertas meteorológicas precisas que ayudaban a otros montañeros a tomar decisiones seguras. La ironía de que una avalancha se llevara su vida, y la de dos compañeros tan preparados, ha generado una ola de consternación en el sector.
Las causas exactas del desprendimiento están siendo investigadas por los servicios de emergencia y los técnicos de la estación. Las condiciones meteorológicas de los últimos días habían generado una capa de nieve inestable sobre una base más compacta, situación que, combinada con las altas temperaturas diurnas, había elevado el riesgo de aludes a niveles considerables. Los expertos señalan que incluso los deportistas más experimentados pueden verse sorprendidos por la naturaleza impredecible de las avalanchas, especialmente en terrenos de alta montaña donde la toma de decisiones debe ser instantánea.
La pérdida de estas tres voces representa un golpe durísimo para la comunidad de esquí de montaña y trail running. García-Dihinx deja un legado divulgativo que trasciende lo puramente deportivo, mezclando ciencia, salud y pasión por el Pirineo. Román, por su parte, rompía estereotipos como deportista de élite con diabetes, demostrando que las limitaciones solo existen en la mente. Arrastua representaba el espíritu de los clubes de montaña populares, donde la amistad y la naturaleza se combinan para crear vínculos inquebrantables.
El sector ha reaccionado con mensajes de duelo y reconocimiento. Compañeros de fatigas, instituciones deportivas y seguidores han inundado las redes sociales de recuerdos y agradecimientos. Muchos destacan que su memoria debe servir para reforzar la formación en seguridad alpina y la concienciación sobre los peligros de la montaña, sin por ello renunciar a la pasión que les definió.
La tragedia de Panticosa recuerda que la montaña, aunque bella y apasionante, exige el máximo respeto. Tres grandes profesionales, tres vidas entregadas a la divulgación y práctica del deporte de riesgo, han partido en el lugar que más amaban. Su legado, sin embargo, perdurará en cada esquiador que consulte una guía, cada corredor que se inspire en sus hazañas y cada montañero que, antes de salir, revise el parte meteorológico que García-Dihinx tanto defendió.