El Real Madrid está dando pasos concretos hacia una reestructuración societaria que podría marcar un antes y un después en su historia institucional. Según informaciones de El País, el club trabaja en un modelo que permitirá la entrada de un inversor externo con una participación minoritaria —entre el 5% y el 10%—, mientras el resto del capital seguirá en manos de los socios. Esta propuesta será presentada por Florentino Pérez el próximo 23 de noviembre ante los representantes de la afición, en una asamblea que no votará directamente la transformación, pero sí servirá para exponer los fundamentos del proyecto.
La clave de esta iniciativa radica en la valoración del club. El precio que pague el inversor por su paquete minoritario servirá como referencia para fijar el valor total del Real Madrid. En la última asamblea, Florentino Pérez ya anticipó que el club podría estar valorado en más de 10.000 millones de euros. Un inversor dispuesto a desembolsar unos 1.000 millones por un 10% del capital validaría esa cifra, situando al club en la élite mundial en términos de valoración, al nivel de equipos como el Atlético de Madrid, el PSG o incluso franquicias de la NBA como los Lakers.
Pero no se trata solo de dinero. La propuesta incluye límites estrictos para garantizar que el control del club permanezca en manos de los socios. El inversor que adquiera el primer paquete minoritario no podrá comprar más acciones en el futuro, ni siquiera si el club decide emitir nuevas participaciones. El 90-95% restante del capital se repartirá entre los cerca de 100.000 socios actuales, con una participación igual para cada uno, y con la condición de que solo se pueda transmitir a otros socios o a nuevos miembros que cumplan los requisitos establecidos. De esta forma, se mantiene intacto el sistema de gobernanza democrática que caracteriza al club.
Florentino Pérez ya adelantó en la asamblea anterior que la transformación en Sociedad Anónima Deportiva (SAD) no implica perder el control societario, sino adaptarse a los cambios legislativos y aprovechar oportunidades de crecimiento sin sacrificar la identidad del club. La asamblea del 23 de noviembre no será decisiva en términos de votación, ya que no se ha convocado una sesión extraordinaria. Sin embargo, el tema aparecerá en el informe del presidente, como ocurrió el año pasado, cuando explicó las razones que lo llevaron a plantear esta vía.
El proceso formal, si se aprueba, exigirá la convocatoria de una asamblea extraordinaria que autorice la celebración de un referéndum. Para que la propuesta prospere, se necesitará la aprobación de una mayoría absoluta del censo con derecho a voto, es decir, más de 50.000 socios. En caso de que el referéndum salga adelante, se activará el procedimiento regulado por los decretos vigentes. Una comisión mixta —con representantes del Consejo Superior de Deportes (CSD), LaLiga, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y los deportistas— evaluará el capital social propuesto, basándose en el precio que abone el inversor. A partir de ahí, se abrirá un plazo máximo de nueve meses para adjudicar las acciones.
Este movimiento no es solo una maniobra financiera, sino una estrategia institucional. El Real Madrid busca modernizarse sin perder su esencia, atraer inversión sin ceder el control, y consolidar su posición como uno de los clubes más valiosos del mundo. La propuesta de Florentino Pérez apunta a un futuro en el que el club pueda competir en igualdad de condiciones con otras grandes marcas deportivas globales, manteniendo siempre el compromiso con sus socios y su historia.
En resumen, el Real Madrid no se convierte en una empresa más: se adapta para seguir siendo el club más grande del mundo, con una estructura moderna, transparente y, sobre todo, controlada por quienes lo han hecho grande: sus socios.