El FC Barcelona se enfrenta esta noche a una de sus pruebas más exigentes de la temporada: visitar el ABANCA Balaídos para medirse al Celta de Vigo. Con la segunda plaza en juego y el parón de selecciones a la vuelta de la esquina, los azulgranas no pueden permitirse errores. La victoria es obligatoria si quieren marcharse con tranquilidad y mantener la presión sobre el líder de la clasificación.
El equipo de Hansi Flick llega con más interrogantes que certezas, especialmente en defensa. Lleva nueve partidos consecutivos sin lograr una portería imbatida, un dato que refleja la fragilidad que ha mostrado en los últimos encuentros. Wojciech Szczęsny ha sido el guardameta titular en ocho de esos partidos, y la espera por la recuperación de Joan García se vuelve cada vez más urgente. Su presencia podría devolver la estabilidad que el equipo necesita en el último tercio del campo.
En los últimos cinco partidos, el Barça solo ha logrado tres victorias, con un empate ante el Brujas y una derrota en el Clásico que dejaron un sabor agridulce. Por el contrario, el Celta llega con una racha impecable: cinco victorias consecutivas en todas las competiciones, incluyendo LaLiga, la Copa del Rey y la Europa League. Su confianza está en alza, y su público en Balaídos siempre ha sido un factor clave para complicarle la vida a cualquier rival.
La lista de bajas en el Barça sigue siendo larga. Pedri, Eric García (con una lesión nasal reciente), Joan García, Raphinha, Christensen, Gavi y Marc André Ter Stegen siguen en la enfermería. Flick espera que, con el parón internacional, algunos de estos jugadores puedan recuperarse y volver a aportar su calidad al equipo. La ausencia de tantos titulares obliga al técnico a buscar soluciones creativas y a confiar en jugadores que, en otras circunstancias, tendrían menos minutos.
Por su parte, el Celta también sufre bajas importantes. Su portero titular, Andrei Radu, sigue fuera por un esguince en el dedo pulgar, y Claudio Giráldez no podrá contar con Javi Rueda ni con Swedberg. Aun así, el equipo gallego ha demostrado ser sólido y eficaz incluso con rotaciones, lo que aumenta la dificultad para los visitantes.
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En resumen, el Barça se juega mucho en Balaídos. No solo se trata de sumar tres puntos, sino de demostrar que puede competir con solidez y carácter en los momentos clave. La presión está sobre ellos, pero también la oportunidad de dar un golpe sobre la mesa y reafirmar su candidatura a los puestos de arriba. El Celta, con su dinámica positiva y su ambiente en el estadio, no será un rival fácil. La noche promete ser intensa, y el resultado podría marcar el rumbo del equipo azulgrana en las próximas semanas.