La historia del fútbol tiene una manera especial de cerrar círculos. Esta semana, Aleksandar Stankovic, hijo del legendario Dejan, vuelve a cruzarse con el Barcelona, pero esta vez desde el otro lado del campo: con la camiseta del Brujas. El joven centrocampista, nacido en Milán en 2005, está demostrando que no solo heredó el talento de su padre, sino también la capacidad de brillar bajo presión.
Dejan Stankovic, exjugador del Inter y actual entrenador del Spartak Moscú, fue parte clave de aquel equipo que eliminó al Barça en las semifinales de la Champions League 2009-2010. Hoy, su hijo, con apenas 19 años, se prepara para enfrentar a los azulgranas en un partido que promete emociones. Y aunque su padre nunca tuvo la oportunidad de jugar contra el Barça en esta etapa, Aleksandar sí lo hará —y con la mirada del mundo sobre él.
Formado en las categorías inferiores del Inter, Aleksandar creció con el escudo nerazzurro en el corazón. Aunque no logró debutar con el primer equipo bajo Simone Inzaghi, su paso por el Lucerna suizo fue decisivo: 40 partidos, 35 como titular, y una progresión que llamó la atención del Brujas. En verano de 2024, se convirtió en el tercer fichaje más caro de la historia del club belga, con una inversión de 9,5 millones de euros.
En Bélgica, Stankovic Jr. ha encontrado su lugar. Junto a Onyedika, forma una dupla de contención sólida que permite a jugadores como Vanaken y Forbs brillar en ataque. Su estilo es más defensivo que el de su padre —se desempeña como centrocampista de contención y primer pasador—, pero su inteligencia táctica y su capacidad para leer el juego lo hacen indispensable para Nicky Hayen.
“Si Jashari se va, estoy listo para asumir más responsabilidad”, dijo al llegar. Y cumplió. Ya ha sido elegido MVP del mes en octubre y marcó su primer gol en Champions League contra el Rangers, celebrando con emoción: “El ambiente es único”.
Para Dejan, ver a su hijo crecer en el fútbol europeo es motivo de orgullo. “Hizo lo que yo no hice: salir de la sombra”, confesó en una entrevista. Y aunque el peso del apellido es grande, Aleksandar lo lleva con humildad: “No pienso en el precio que costé. Sólo pienso en el próximo pase y el próximo duelo”.
El Barça, por su parte, tendrá que estar atento. Porque este Stankovic no solo juega con el nombre de su padre, sino con la determinación de escribir su propia historia.