El FC Barcelona volvió a demostrar que, en la Champions League, no basta con brillar en ataque si la defensa sigue siendo un punto débil. En un partido vibrante y lleno de giros, los azulgranas se llevaron un empate 3-3 ante el Brujas, un resultado que sabe a poco tras una actuación en la que Lamine Yamal volvió a ser la estrella, pero también tras una defensa que una vez más dejó huecos peligrosos.
El partido, disputado en el Jan Breydel, fue un auténtico espectáculo de fútbol ofensivo, pero también una advertencia para Hansi Flick. El técnico alemán sigue sin encontrar el equilibrio defensivo necesario para competir en la máxima competición europea. A pesar de los esfuerzos ofensivos y la calidad individual, el equipo sigue siendo vulnerable ante contragolpes y jugadas aisladas.
La primera parte fue un auténtico vendaval. En apenas 20 minutos, ambos equipos se intercambiaron goles con una intensidad desbordante. El Brujas abrió el marcador en el minuto 6, aprovechando un error defensivo de Koundé que dejó a Borges solo ante el área. El portugués, con una asistencia precisa, permitió a Tresoldi rematar de primera y poner el 1-0.
Pero el Barça no se rindió. Apenas tres minutos después, Lamine Yamal inició una jugada magistral que culminó con un pase a Fermín, quien centró para que Ferran Torres definiera con clase ante Jackers. El empate llegó rápido, y el ambiente en el estadio se caldeó aún más.
El Barça tuvo la oportunidad de dar la vuelta al marcador en el minuto 11, cuando Fermín remató con rosca desde el pico del área, pero el balón se estrelló en el palo. Un gol que no llegó, y que el Brujas aprovechó para volver a golpear. En un contragolpe tras un saque de esquina mal ejecutado por Yamal, Borges volvió a brillar, esta vez con un gol directo que puso el 2-1.
La segunda parte fue un reflejo de lo que ya se había visto: el Barça dominaba el balón, pero el Brujas era letal en transición. Yamal, a pesar de sus molestias en el pubis, fue el motor del equipo. Marcó el segundo gol del Barça con una definición precisa y forzó el tercer tanto, que terminó en propia puerta tras una jugada de desborde y centro.
Sin embargo, el Brujas no se quedó atrás. Borges, una vez más, fue el hombre clave. El portugués completó un doblete y una asistencia, demostrando por qué es uno de los jugadores más peligrosos de la liga belga. Secundado por un Vanaken estelar, que controló el ritmo del partido desde el centro del campo, el Brujas logró mantener el empate hasta el final.
El tramo final del partido estuvo cargado de tensión. En el tiempo añadido, Szczesny cometió un error al intentar recortar a Vermant, lo que casi terminó en gol. Afortunadamente para el Barça, el árbitro anuló el tanto por falta del atacante tras revisar el monitor. Un alivio para los azulgranas, que se marcharon con un punto que, en realidad, podría haber sido una derrota.
El empate deja al Barça con siete puntos de 12 posibles en la fase de grupos. Aunque el equipo sigue en una buena posición, la fragilidad defensiva es una sombra que no se puede ignorar. Si Flick no encuentra soluciones rápidas, el camino hacia los octavos de final podría complicarse mucho más de lo esperado.
En resumen, el partido fue un claro ejemplo de lo que el Barça puede lograr con su talento ofensivo, pero también de lo que puede perder si no arregla sus problemas defensivos. Lamine Yamal sigue siendo una promesa brillante, pero no puede cargar solo con el peso del equipo. El Brujas, por su parte, demostró que, con organización y efectividad, puede competir contra cualquiera en Europa.
Para los aficionados del Barça, el partido dejó una mezcla de emociones: orgullo por el talento de sus jóvenes, pero también preocupación por la falta de solidez defensiva. La Champions League no perdona errores, y si el equipo no mejora en ese aspecto, los próximos partidos podrían ser aún más complicados.