El Atlético de Madrid ha comunicado oficialmente el fallecimiento de una de sus figuras más emblemáticas, queridas y respetadas: Enrique Collar, quien ha dejado de existir a los 91 años en su domicilio. El club rojiblanco ha expresado mediante sus canales oficiales el profundo pesar que embarga a toda la familia atlética por la pérdida del futbolista que más tiempo ostentó la capitanía en toda la historia de la entidad, un auténtico símbolo que trascendió generaciones, épocas y se convirtió en referente indiscutible del espíritu colchonero que tanto caracteriza a la institución madrileña.
Origen sevillano y primeros pasos en el fútbol profesional
Natural de San Juan de Aznalfarache, localidad sevillana situada en la margen izquierda del Guadalquivir, Collar firmó su primer contrato como futbolista profesional con el Atlético de Madrid cuando aún no había cumplido los 19 años, concretamente a los 18. Sin embargo, la adaptación al máximo nivel competitivo de la época requirió de una cesión inicial que resultaría fundamental para su maduración deportiva. La temporada 1952-53 la disputó íntegramente en las filas del Cádiz, experiencia que le permitió foguearse en la élite, ganar minutos de juego y regresar al club madrileño con una mayor madurez técnica y táctica.
Tras su regreso al Metropolitano, un breve pero intenso periplo en el Real Murcia sirvió como nuevo escalón en su desarrollo profesional. Pero fue en su definitiva vuelta a las filas rojiblancas donde forjaría una leyenda que perduraría décadas en la memoria colectiva del fútbol español. Desde ese momento, y hasta 1969, no volvería a abandonar la elástica atlética, convirtiéndose en uno de los pilares fundamentales de uno de los equipos más laureados y recordados de la historia del club, formando parte de una generación de jugadores que marcaron un antes y un después en la entidad.
Una trayectoria inmortal: 470 encuentros y 105 tantos
Los números de Collar hablan por sí solos y reflejan una dedicación absoluta a la causa rojiblanca. Disputó un total de 470 partidos oficiales con la camiseta del Atlético, anotando 105 goles a lo largo de su extensa carrera. Esta cifra le convierte en el quinto futbolista con mayor número de encuentros jugados para el club, una estadística que, al momento de redactar esta información, le mantenía empatado con la estrella francesa actual Antoine Griezmann, lo que habla de la magnitud de su proyección histórica.
Pero más allá de las meras cifras estadísticas, su importancia residía en su liderazgo natural, innato y su capacidad para transmitir valores en el terreno de juego. Durante diez temporadas consecutivas, desde 1960 hasta 1969, portó el brazalete de capitán con orgullo y responsabilidad, estableciendo un récord histórico en el Atlético de Madrid que difícilmente será superado por ningún otro jugador en el futuro. Su autoridad en el terreno de juego, su compromiso inquebrantable con los colores rojiblancos y su entrega sin límites le convirtieron en un referente indiscutible para compañeros, técnicos y aficionados de múltiples generaciones.
El nacimiento y esplendor del 'Ala Infernal'
La historia del fútbol español recuerda con especial cariño y respeto la temible asociación entre Collar y Joaquín Peiró, otro mito viviente del club. Juntos conformaron lo que la prensa deportiva de la época bautizó como el 'Ala Infernal', una de las parejas más letales, temidas y respetadas del ataque nacional durante aquella era dorada. Peiró actuaba como interior, mientras Collar se desplegaba por la banda izquierda como extremo, creando una sinergia perfecta que desquició a las defensas contrarias durante años y se convirtió en pesadilla recurrente para los rivales.
Esta dupla se convirtió en fija de las crónicas deportivas de la época, simbolizando el estilo ofensivo, valiente y agresivo que caracterizó al Atlético de aquellos años. Su conexión en el campo trascendió lo puramente futbolístico, forjando una amistad personal y un entendimiento táctico que marcaron una época dorada para el club y que aún hoy se estudia como ejemplo de colaboración y eficacia en el ataque.
Palmarés glorioso: títulos y reconocimientos colectivos
La etapa de Collar como jugador activo coincidió con uno de los períodos más fructíferos y exitosos del Atlético de Madrid en toda su historia. En su haber figuran los siguientes títulos oficiales de máximo nivel:
- Una Liga española (temporada 1965-66), que supuso la culminación de un proyecto deportivo excepcional
- Tres Copas del Generalísimo (1960, 1961 y 1965), dominando el torneo del KO en aquella década
- Una Recopa de Europa (1962), conquistando un título continental que engrandeció al club
Todos estos trofeos los conquistó con la camiseta rojiblanca, consolidándose como uno de los jugadores más laureados de su generación y dejando un legado imborrable en los anales del club. Tras su última temporada activa con el Valencia en 1969-70, decidió colgar las botas definitivamente, aunque el fútbol aún le tenía reservado un último capítulo especial y emotivo.
Dos años después de su retiro oficial, Collar disputó un partido amistoso en el Vicente Calderón frente al Bayern de Múnich, vistiendo una última vez los colores del Atlético en un gesto simbólico y cargado de emotividad que cerró de forma poética su trayectoria como futbolista activo, permitiéndole despedirse como se merecía de la afición.
Vinculación eterna y compromiso post-retiro
El compromiso de Enrique Collar con el Atlético de Madrid no terminó ni mucho menos con su retiro como deportista. Mantuvo una relación constante, activa y entrañable con la entidad, demostrando que su lealtad iba más allá de su etapa como futbolista profesional. Entre 2005 y 2011 presidió la Fundación del club, contribuyendo decisivamente a la proyección social, institucional y comunitaria de la entidad, llevando el nombre del Atlético a múltiples proyectos solidarios y de responsabilidad social corporativa.
Como reconocimiento definitivo a su trayectoria ejemplar, el Atlético de Madrid decidió honrarle incluyendo su imagen en el carnet de socio para la temporada 2023-24, un gesto simbólico pero poderoso que representa la eterna gratitud del club hacia sus leyendas más preciadas. Su figura continúa presente en el día a día de la entidad, especialmente en el nuevo estadio Metropolitano, sucesor del mítico Vicente Calderón donde él escribió sus mejores páginas deportivas.
Trayectoria internacional con la selección española
Collar también defendió los colores de España en 16 ocasiones, participando en encuentros oficiales y amistosos con la absoluta. Doce de esos partidos fueron de carácter amistoso, pero su presencia en la cita mundialista de Chile 1962 le convirtió en protagonista directo de la historia del fútbol español.
En aquella competición disputó un encuentro memorable contra la mítica selección brasileña de Pelé, partido que terminó con derrota española por 2-1 pero que le aseguró un lugar privilegiado en la memoria colectiva del deporte nacional. Su presencia en un Mundial marca a fuego su currículum internacional.
La batalla final contra el alzhéimer
Los últimos años de Enrique Collar estuvieron marcados por una cruel y despiadada enfermedad. Un alzhéimer galopante y profundo le privó de sus recuerdos más preciados, impidiéndole disfrutar de su legado y reconocimiento en los momentos finales de su vida. Aunque tuvo la oportunidad física de conocer el nuevo estadio Metropolitano, la enfermedad le impidió ser consciente del significado emocional y simbólico de ese momento.
Esta faceta más humana, dolorosa y vulnerable quedó reflejada en un emotivo reportaje del programa 'El Día Después', donde su hijo y sus nietos mostraron la dimensión personal de la leyenda, alejada de los focos y los éxitos deportivos. El documental reveló el lado más íntimo y frágil de un hombre que había sido un titán del fútbol, pero que finalmente perdió la batalla contra una enfermedad que le robó sus recuerdos y su conexión con el presente.
Legado perdurable y reacciones del mundo del fútbol
La noticia de su fallecimiento ha conmovido profundamente al mundo del fútbol español y atlético en particular. Muchos aficionados que no tuvieron la oportunidad de verle jugar en directo han honrado su memoria en redes sociales, demostrando que su figura trasciende generaciones y que su nombre permanece vivo en la conciencia colectiva. El mensaje oficial del club ha sido contundente y emotivo: "Porque hay recuerdos que ni el Alzheimer puede borrar. Descanse en paz Enrique Collar ❤️🤍".
Su legado queda patente no solo en las estadísticas y títulos conseguidos, sino en el cariño inmenso de la afición y en el respeto profundo de quienes compartieron vestuario con él. Enrique Collar representa los valores más puros del Atlético de Madrid: compromiso inquebrantable, lealtad absoluta, sacrificio constante y entrega total. Su memoria perdurará en el corazón rojiblanco como una de las grandes leyendas, quizás la más grande, de la historia del club.