Arcelor se prepara para aumentar producción ante nuevos aranceles del acero en la UE

Mientras las plantas asturianas funcionan a medio gas por problemas técnicos, la compañía anuncia un incremento de producción europea ante la nueva política arancelaria.

Las instalaciones siderúrgicas que Arcelor posee en el Principado de Asturias mantienen desde finales del mes de septiembre un ritmo de operaciones considerablemente reducido, situación que ha generado preocupación entre los trabajadores y el tejido industrial de la región. La causa de esta disminución de actividad radica en la parada del horno alto 'B', que inicialmente se programó para realizar tareas de mantenimiento rutinarias y preventivas. Sin embargo, lo que debía ser un proceso temporal y controlado ha derivado en una situación mucho más compleja debido a la aparición de imprevistos problemas técnicos que han imposibilitado la estabilización correcta del equipo y, consecuentemente, la fabricación de arrabio, material fundamental para la fabricación de acero. Esta circunstancia ha provocado que la producción se haya visto seriamente comprometida, generando retrasos y afectando a toda la cadena productiva de las plantas asturianas.

Ante este escenario de incertidumbre técnica, la dirección de la compañía ha visto obligada a poner en marcha un expediente de regulación temporal de empleo, conocido como ERTE, que afecta de manera significativa a una gran parte de los talleres y secciones de las plantas asturianas. Esta medida, si bien temporal, genera incertidumbre entre la plantilla y representa un contraste marcado con las estrategias que la empresa está desarrollando a nivel continental. Los trabajadores se enfrentan a una situación de precariedad laboral mientras la empresa asegura que todo es parte de un proceso transitorio. El sindicato ha mostrado su preocupación por la duración de esta situación y ha exigido a la dirección que acelere las soluciones técnicas necesarias para recuperar la actividad normal.

Precisamente, mientras las plantas asturianas luchan por recuperar su capacidad productiva plena, Arcelor está preparando una estrategia de crecimiento a escala europea que podría suponer un cambio de paradigma en su política industrial. La compañía prevé incrementar de manera sustancial su producción en todas las instalaciones que posee en el continente, anticipándose a las consecuencias que traerá consigo la nueva política arancelaria que la Unión Europea tiene previsto implementar en las próximas fechas. Esta dualidad entre la crisis local asturiana y la expansión continental ha generado debates sobre la distribución de inversiones y la priorización de recursos por parte del gigante siderúrgico.

Esta medida comercial, anunciada durante el mes de octubre por las autoridades comunitarias, establece una restricción severa sobre las importaciones de acero que pueden entrar en el territorio comunitario sin pagar aranceles. El límite se fija en 18,3 millones de toneladas anuales, una cifra que representa una reducción drástica del 47% comparada con los volúmenes que actualmente se importan de manera libre. Adicionalmente, para aquellas importaciones que superen este cupo establecido, el arancel aplicable se duplicará, alcanzando el 50%, lo que constituye una barrera comercial considerable. Esta decisión forma parte de una política más amplia de protección de la industria manufacturera europea frente a la competencia desleal y la sobreproducción de terceros países.

Ante este nuevo marco regulatorio, Arcelor emitió a finales de noviembre un comunicado oficial en el que transmitía un mensaje de tranquilidad a fabricantes y distribuidores de toda Europa. En dicho documento, la empresa aseguraba contar con la capacidad necesaria para satisfacer la demanda del mercado con prontitud y eficiencia, manteniendo así la estabilidad en toda la cadena de suministro. La compañía también destacó que este aumento en los niveles de producción generará un impacto positivo en la economía europea, contribuyendo a la creación de nuevos puestos de trabajo y generando un valor económico significativo para el conjunto del territorio. Este mensaje busca contrarrestar las voces que alertan sobre posibles desabastecimientos.

Geert Van Poelvoorde, quien ocupa el puesto de consejero delegado de ArcelorMittal en Europa, ha abordado públicamente las preocupaciones que han manifestado diversos usuarios del acero. «Soy consciente de que algunos usuarios de acero están preocupados por el impacto del nuevo instrumento comercial, en particular por posibles escaseces de suministro, la volatilidad de los precios y el acceso a productos especializados», reconoció el ejecutivo. Sin embargo, Van Poelvoorde quiso dejar claro que la siderúrgica posee la capacidad suficiente para atender adecuadamente las necesidades de todos sus clientes europeos con acero producido en las propias instalaciones del continente. «Por lo tanto, estamos preparados para aumentar la producción en función de la demanda», añadió de manera tajante, enviando un mensaje de confianza al mercado.

La postura de Arcelor respecto a la implementación de estas medidas arancelarias es claramente favorable, pero también exigente. La compañía mantiene su presión sobre la Comisión Europea para que introduzca de manera urgente el nuevo contingente arancelario. En sus declaraciones, la firma califica esta propuesta como una medida crucial, vital para la supervivencia misma de la industria siderúrgica europea y para garantizar la seguridad a largo plazo de todo el sector manufacturero del continente. Los argumentos de Arcelor se sustentan en el hecho de que las importaciones de acero hacia la Unión Europea continúan alcanzando niveles récord, situación que pone en riesgo la competitividad de los productores locales.

En la presentación de los resultados correspondientes al tercer trimestre del año, Aditya Mittal, consejero delegado global de Arcelor, ofreció una visión optimista sobre el futuro del sector una vez que el escudo arancelario esté plenamente operativo. Mittal señaló que estas medidas permitirán a la industria siderúrgica europea optimizar la utilización de su capacidad instalada, mejorar significativamente su rentabilidad e invertir con mayor confianza en proyectos de futuro, modernización tecnológica y sostenibilidad. El directivo también incidió en un aspecto que considera fundamental para el éxito de esta estrategia: el acceso de la industria a energía competitiva. Sin un coste energético asequible, advierte Mittal, las medidas arancelarias no alcanzarán todo su potencial y la industria seguirá en desventaja.

La situación que viven las plantas asturianas de Arcelor representa un contraste evidente con las ambiciones que la empresa tiene para el conjunto de Europa. Mientras los equipos técnicos trabajan sin descanso para resolver los problemas del horno alto 'B' y recuperar la normalidad en la producción de arrabio, la dirección corporativa mira al horizonte con optimismo. La compañía confía plenamente en que la protección arancelaria revitalizará el sector siderúrgico continental y creará un entorno más favorable para la producción local, reduciendo la dependencia de importaciones.

Arcelor insiste en que la combinación de una producción propia robusta y medidas de defensa comercial efectivas generará un ecosistema más estable y sostenible para toda la cadena de valor del acero en Europa. La empresa defiende que esta estrategia no solo protege los intereses de la compañía, sino que también salvaguarda el empleo, la tecnología y la capacidad productiva de un sector estratégico para la economía europea. La siderurgia es considerada un sector crítico para la seguridad económica y la soberanía industrial del continente.

El futuro inmediato de las plantas asturianas dependerá de la resolución de los problemas técnicos del horno alto 'B', pero la dirección de Arcelor ha dejado claro que su compromiso con la región se mantiene. Simultáneamente, la compañía se posiciona como un actor clave en la transformación del panorama siderúrgico europeo, apoyando las medidas de protección comercial que considera necesarias para la supervivencia de la industria. La dualidad entre la crisis local y la expansión continental refleja los desafíos que enfrentan las grandes corporaciones industriales en un mercado globalizado.

Referencias

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