El FC Barcelona sufrió una derrota devastadora por la mínima en la cancha del Fenerbahçe (72-71) en un partido que se decidió en los últimos instantes y que deja a los culés con un sabor amargo tras una remontada que a punto estuvo de culminar con éxito. El conjunto blaugrana, dirigido por Šarūnas Jasikevičius, vio cómo una mala primera mitad le condenaba a una segunda parte de remontada épica que finalmente no tuvo recompensa.
El encuentro, disputado en el Ülker Sports Arena de Estambul, comenzó con un Fenerbahçe muy intenso en defensa y acertado en ataque. Los turcos, liderados por Shabazz Napier y Nigel Hayes-Davis, impusieron un ritmo muy alto desde el salto inicial. El Barcelona, por su parte, mostró una versión desacertada en los primeros veinte minutos, con un porcentaje de tiro excesivamente bajo y una defensa que permitía demasiadas ventajas al rival.
La primera mitad terminó con un marcador adverso de 42-31 que reflejaba la superioridad local. Los de Jasikevičius no encontraban el anillo con facilidad, y las pérdidas de balón se convertían en contraataques letales para el Fenerbahçe. Nicolás Laprovíttola intentó liderar a su equipo, pero la falta de acierto desde el perímetro y la dificultad para penetrar en la pintura turca complicaban enormemente las opciones de los visitantes.
Sin embargo, la segunda mitad dibujó un guion completamente diferente. El Barcelona salió de los vestuarios con otra actitud, más agresivo en defensa y más fluido en ataque. Tomáš Satoranský tomó las riendas del equipo y Jan Veselý, ex jugador del Fenerbahçe, se erigió como referente tanto en ataque como en defensa. Poco a poco, los blaugranas fueron recortando la diferencia.
El último cuarto se convirtió en un intercambio de golpes constante. Cada canasta del Fenerbahçe era respondida por el Barcelona con un triple o una jugada de mérito. Kevin Punter, que había estado discreto durante gran parte del encuentro, anotó varios tiros cruciales que mantuvieron vivo el sueño de la remontada. Con el reloj en los instantes finales, el Barcelona conseguía empatar el partido y tenía la posesión para llevarse la victoria.
Pero el desenlace fue cruel. Unas faltas personales evitables sobre Baldwin en la última posesión del Fenerbahçe llevaron al escolta a la línea de tiros libres con apenas segundos por jugar. Baldwin, con hielo en las venas, anotó los tres lanzamientos desde la línea de caridad, colocando el 72-71 en el marcador.
El Barcelona disponía de una última oportunidad. La pelota llegó a las manos de Punter, que había sido uno de los más acertados en el último cuarto. El estadounidense se creó un tiro desde la media distancia, pero el balón no quiso entrar. El pitido final confirmó la derrota y dejó a los jugadores blaugranas con la cabeza gacha, conscientes de que habían dejado escapar una oportunidad de oro no solo por la victoria, sino por el valor de la misma en la clasificación de la Euroliga.
El resultado deja al Barcelona en una posición complicada en la tabla. Con este tropiezo, los culés se quedan con un balance de 13 victorias y 11 derrotas, lejos de las posiciones de privilegio que garantizan la ventaja de campo en los playoffs. La competición está tan igualada que cada partido se convierte en una final, y perder por un punto en la pista de un rival directo duele el doble.
Por su parte, el Fenerbahçe consolida su posición entre los ocho primeros con este triunfo sufrido. El equipo de Šakota demostró una vez más que en su feudo es extremadamente difícil ganar, y que cuenta con jugadores capaces de decantar el partido en los momentos decisivos.
El análisis individual deja varias lecturas. Veselý fue el más valorado de los suyos con 16 puntos y 7 rebotes, demostrando que conocer la pista de su ex equipo le sirvió de motivación extra. Satoranský aportó 12 puntos y 6 asistencias, siendo el director de orquesta de la remontada. Por el lado turco, Napier brilló con 18 puntos y 5 asistencias, mientras que Hayes-Davis aportó 15 puntos y 8 rebotes.
El técnico lituano del Barcelona mostró su frustración en la rueda de prensa posterior al encuentro. Jasikevičius reconoció que "la primera mitad fue un desastre" y que "no se puede regalar veinte minutos en una pista como esta". Sin embargo, también destacó el carácter de su equipo para remontar y tener opciones de victoria hasta el último segundo.
El próximo compromiso del Barcelona en Euroliga será ante el Real Madrid en el Palau Blaugrana, un clásico que adquiere aún más importancia tras esta derrota. Los blaugranas necesitarán una victoria para no despegarse de la zona de playoffs y para recuperar la moral tras el golpe sufrido en Turquía.
La lesión de Jabari Parker, que se perdió el encuentro por problemas musculares, también es una preocupación añadida para el staff técnico. Su presencia en el clásico está en duda, y su ausencia se notó en la pintura durante los momentos de máxima presión.
El rendimiento desde el perímetro fue otro factor determinante. El Barcelona acabó con un 32% en triples, muy lejos del 45% del Fenerbahçe. Esta diferencia, unida a las 12 pérdidas de balón, resultó demasiado costosa para los intereses culés.
El ambiente en el vestuario era de evidente frustración. Los jugadores saben que la competición no perdona estos errores y que cada partido de aquí al final de la fase regular será una batalla. La consistencia será la clave para alcanzar la fase final del torneo.
La Euroliga continúa su curso con la emoción a flor de piel. Esta derrota del Barcelona demuestra que ningún partido está decidido hasta el último segundo y que los detalles marcan la diferencia entre la victoria y la derrota. Los culés deberán aprender de los errores cometidos en Estambul si quieren soñar con levantar la copa al final de la temporada.