Los Knicks conquistan la NBA Cup 52 años después de su último título

Jalen Brunson lidera la remontada neoyorquina ante los Spurs y se proclama MVP del torneo copero en Las Vegas

Los New York Knicks han puesto fin a más de cinco décadas de sequía al alzar la NBA Cup tras imponerse por 124-113 a los San Antonio Spurs en una electrizante final disputada en el T-Mobile Arena de Las Vegas. Este triunfo supone el primer trofeo que conquista la franquicia neoyorquina desde que levantara el anillo de la NBA en 1973, cerrando así un período de 52 años sin títulos para una de las entidades más icónicas del baloncesto mundial.

El encuentro parecía escaparse de las manos de los neoyorquinos cuando faltaban dos minutos para concluir el tercer período. Los Spurs dominaban con claridad en el marcador por 92-81 y habían demostrado una superioridad evidente durante buena parte del duelo. Sin embargo, lo que vino después fue una demostración de carácter y oficio que quedará en la memoria de la afición knickerbocker. Los Knicks desplegaron un parcial demoledor de 43-21 que les permitió dar la vuelta al partido y sentenciarlo con autoridad en los minutos finales.

El base Jalen Brunson fue el gran artífice de la gesta y merecido ganador del premio al MVP del torneo. Aunque en la final vio limitada su anotación por la intensa defensa de los texanos, Brunson aportó 25 puntos y 8 asistencias, demostrando una madurez y liderazgo indiscutibles. Sus números en las rondas previas habían sido espectaculares: 40 puntos en las semifinales contra Orlando Magic y 35 en cuartos ante Toronto Raptors, una actuación que le consolidó como el jugador más determinante de la competición.

En sus declaraciones tras recibir el galardón, Brunson no dudó en destacar el trabajo colectivo: "OG Anunoby, Tyler Kolek, Jordan Clarkson y Mitchell Robinson se dejaron la piel esta noche. Sin ellos, no hubiésemos ganado esta mierda, no hubiésemos ganado esto. Lo dejaron todo en la cancha". Estas palabras reflejan la importancia del compromiso de todo el plantel en una noche histórica para la franquicia.

Precisamente OG Anunoby se convirtió en el máximo anotador del conjunto neoyorquino con 28 puntos y 9 rebotes, mostrando una efectividad impecable en los momentos críticos. Su versatilidad defensiva y su capacidad para anotar desde múltiples posiciones resultaron fundamentales para desequilibrar un encuentro que parecía tener color texano.

La clave de la remontada, no obstante, residió en el dominio del rebotado. Los Knicks superaron a los Spurs por 67-56 en el rebote total, con una abrumadora superioridad de 34-18 en la segunda mitad. En este apartado, Mitchell Robinson fue titánico: atrapó 15 rebotes, de los cuales 10 fueron ofensivos, un trabajo ingente bajo los aros que concedió a su equipo segundas y terceras opciones de ataque. Robinson entró en pista tras la asistencia médica que recibió Karl-Anthony Towns en el banquillo y su impacto fue inmediato y demoledor.

Por su parte, Karl-Anthony Towns completó un doble-doble de 16 puntos y 11 rebotes antes de abandonar el parquet por precaución. La aportación del banquillo también resultó decisiva: Jordan Clarkson y Tyler Kolek sumaron 15 y 14 puntos respectivamente, demostrando la profundidad de un roster construido para competir por los objetivos más ambiciosos.

Más allá de la gloria deportiva, la conquista de la NBA Cup reporta un premio económico de 530.000 dólares por jugador para los campeones, mientras que los subcampeones deberán conformarse con 212.000 dólares por cabeza. Esta cuantiosa recompensa añade un incentivo adicional a una competición que cada año gana más prestigio dentro del calendario de la liga.

Los Spurs, por su parte, se marchan de Las Vegas con la amargura de haber estado a punto de lograr un título que hubiese supuesto un hito en su reconstrucción. El equipo texano había superado los obstáculos más complicados: eliminar a los Lakers en cuartos de final y derrotar a los todopoderosos Oklahoma City Thunder en semifinales. Sin embargo, la falta de experiencia en finales se notó en los minutos decisivos.

La gran esperanza de la franquicia, Victor Wembanyama, volvió a salir desde el banquillo, siguiendo la estrategia de su entrenador Mitch Johnson de reservarle para los momentos finales. El francés finalizó con 18 puntos y 6 rebotes, pero mostró una falta de ritmo competitivo y cierta imprecisión en el tiro que le impidió ser el factor dominante que suele ser. Aunque tuvo un arreón de 10 puntos consecutivos en el tercer cuarto que hizo soñar a los seguidores texanos con el MVP, su influencia decayó cuando los Knicks apretaron en defensa.

La NBA Cup, en su tercera edición, ya tiene un nuevo campeón que se suma a los Milwaukee Bucks (2024) y Los Angeles Lakers (2023). Para los Knicks, este título representa mucho más que un trofeo de temporada regular: es la confirmación de que el proyecto construido en torno a Brunson y Towns puede volver a llevar a la franquicia a lo más alto. El Madison Square Garden volverá a lucir este trofeo en sus vitrinas, y la afición neoyorquina ya puede soñar con nuevos éxitos después de más de medio siglo de espera.

El camino hacia el anillo de la NBA sigue siendo el objetivo final, pero esta NBA Cup sienta un precedente importante. Los Knicks han demostrado que saben ganar, que tienen la mentalidad ganadora necesaria para afrontar los desafíos más exigentes. La remontada ante los Spurs, el liderazgo de Brunson y el trabajo en equipo exhibido son señales de que Nueva York quiere volver a ser la meca del baloncesto. La sequía ha terminado, y una nueva era comienza en el corazón de Manhattan.

Referencias

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