España se prepara para recibir un cambio radical en su clima, con la llegada de una potente masa de aire ártico que transformará el ambiente en cuestión de horas. Según las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), este fenómeno comenzará a hacer efecto desde el martes, extendiéndose progresivamente durante toda la semana y dejando un escenario típico de pleno invierno, incluso en pleno noviembre.
El meteorólogo Samuel Biener, de Meteored, ha calificado esta irrupción como "muy potente para la época del año", lo que subraya la intensidad y la inusualidad del evento. Las temperaturas, que ya han comenzado a descender, se situarán entre 5 y 10 grados por debajo de lo habitual para estas fechas, según ha confirmado Rubén del Campo, portavoz de la Aemet. Este descenso no será puntual, sino que se irá acentuando día a día, especialmente entre el miércoles y el sábado.
El lunes aún se percibían los últimos efectos de la borrasca Claudia, con chubascos en zonas como el Cantábrico, el alto Ebro, el norte del Sistema Ibérico y Baleares. Sin embargo, con el desplazamiento de esta borrasca, el tiempo comenzará a estabilizarse en el suroeste, dando paso a un flujo de aire frío y estable desde el norte. Este cambio marcará el inicio de una semana marcada por el frío intenso y la nieve.
Las heladas ya se dejarán notar desde el martes en amplias zonas del interior peninsular. Ciudades como Soria, Burgos o Teruel podrían registrar mínimas de hasta -4 o -5 ºC. Pero el descenso más pronunciado se producirá entre el miércoles y el viernes, cuando la isoterma de -4 ºC a 1.500 metros de altitud podría alcanzar tanto el Pirineo como la vertiente cantábrica. Biener ha destacado que este valor es "muy destacable para mediados de noviembre", lo que indica la excepcionalidad del evento.
La nieve será otro de los protagonistas de esta semana. En zonas altas de la Cordillera Cantábrica, las acumulaciones podrían superar los 50 centímetros, mientras que en el Pirineo se esperan más de 20 centímetros y en el norte del Sistema Ibérico, más de 10. Entre el jueves y el viernes, la cota de nieve podría bajar hasta los 500 metros en puntos del extremo norte peninsular, lo que podría afectar incluso a zonas de menor altitud.
En Baleares, la formación de una borrasca mediterránea traerá consigo aguaceros localmente intensos y un temporal de tramontana. La cota de nieve también descenderá hasta los 1.000 metros, lo que podría afectar a las zonas más elevadas de las islas. En Canarias, aunque el frío será menos intenso, también se notará la entrada de aire más fresco, acompañado de chubascos en las islas más montañosas.
A medida que avance la semana, el ambiente se volverá cada vez más gélido. Las temperaturas máximas difícilmente superarán los 10 ºC en amplias zonas del interior del país durante las tardes del jueves y el viernes. En las cordilleras, las heladas podrían alcanzar valores de hasta -10 o incluso -12 ºC, especialmente en zonas expuestas y de mayor altitud.
Este episodio meteorológico no solo afectará a las condiciones climáticas, sino que también tendrá implicaciones en la movilidad, la agricultura y la vida cotidiana. Las autoridades recomiendan extremar las precauciones, especialmente en zonas montañosas y en carreteras que puedan verse afectadas por la nieve o el hielo. Además, se aconseja a la población que se prepare para el frío, con ropa adecuada y medidas de protección en viviendas y vehículos.
En resumen, España se enfrenta a una semana de clima invernal anticipado, con temperaturas muy por debajo de lo normal y nevadas significativas en múltiples regiones. Este evento, aunque inusual para la época, es un recordatorio de la variabilidad climática y la importancia de estar preparados ante los cambios bruscos del tiempo. La Aemet seguirá monitorizando la situación y ofreciendo actualizaciones para garantizar la seguridad de la población.