Hace más de dos décadas, el barrio de Bellvitge en L'Hospitalet de Llobregat vivió uno de los episodios más trágicos de su historia reciente. El 5 de octubre de 2004, Silvia Nogaledo y Aurora Rodríguez, dos jóvenes agentes de la Policía Nacional en prácticas, fueron brutalmente asesinadas en su propio domicilio. Ambas residían en el barrio y estaban a punto de comenzar una carrera profesional llena de promesas. Su muerte, causada por un hombre que disfrutaba de un permiso penitenciario, conmocionó a la ciudad y dejó una herida abierta en la memoria colectiva.
El crimen fue descubierto por los Bombers de la Generalitat, quienes acudieron al lugar tras recibir una alerta por un incendio en un piso. Allí encontraron los cuerpos de las dos mujeres, atadas, amordazadas y con múltiples heridas de arma blanca. El autor, Pedro Jiménez, fue posteriormente condenado por un jurado popular a 94 años de prisión por los asesinatos y la violación de una de las víctimas. Aunque el tiempo ha pasado, el dolor y la injusticia siguen presentes.
Ahora, más de 21 años después, el Pleno del Ayuntamiento de L'Hospitalet se prepara para debatir una moción presentada por el Partido Popular que propone rendir un homenaje institucional a las dos agentes. La propuesta incluye la dedicación de un espacio público en Bellvitge, específicamente en el paseo peatonal situado entre la Rambla Marina, 48 y la avenida América, que pasaría a llamarse 'Passeig de la Silvia i de l’Aurora'. Además, se plantea la colocación de una placa conmemorativa y la celebración de un acto oficial en su memoria.
La portavoz del PP en L'Hospitalet, Sonia Esplugas, ha señalado que “ha llegado el momento de que la ciudad les rinda homenaje”. Según ella, el asesinato de Silvia y Aurora no fue un hecho aislado, sino la manifestación más extrema de la violencia machista que aún persiste en la sociedad. “Estas dos mujeres fueron víctimas de la misoginia y la brutalidad en un momento de máxima indefensión”, ha afirmado, subrayando que su muerte representa un recordatorio permanente del peligro al que se enfrentan las mujeres, incluso en el ejercicio de su profesión.
La moción también destaca que el callejero de una ciudad es la “memoria viva de su historia, sus valores y de las personas que han dejado huella”. Por ello, dedicar un espacio público a Silvia y Aurora no solo es un acto de justicia, sino también de memoria histórica y respeto institucional. “Servirá como un recordatorio permanente del compromiso de esta ciudad en la lucha contra la lacra de la violencia machista”, afirma el texto.
El caso ha vuelto a estar en el centro de la conversación ciudadana gracias a un documental del programa de crónica negra 'Crims', emitido por TV3. La emisión ha reavivado el recuerdo de las víctimas y ha impulsado nuevas demandas de reconocimiento por parte de vecinos, asociaciones y partidos políticos. La iniciativa del PP ha recibido apoyo de diversos sectores, aunque aún queda por ver si el Pleno municipal dará luz verde a la propuesta.
Para muchos, este homenaje no es solo un gesto simbólico, sino una necesidad moral. Silvia y Aurora no solo eran agentes de policía, sino también vecinas, hijas, amigas y compañeras. Su muerte no solo truncó dos vidas, sino que también afectó profundamente a sus familias, a sus compañeros y a toda la comunidad de Bellvitge. Recordarlas con un espacio público es una forma de honrar su memoria y de reafirmar el compromiso de la ciudad con la igualdad y la justicia.
Además, la propuesta busca convertir el dolor en acción. Al nombrar un paseo en su honor, L'Hospitalet no solo reconoce su sacrificio, sino que también envía un mensaje claro: la violencia contra las mujeres no será olvidada, ni tolerada. Es un llamado a la reflexión y a la acción continua contra la misoginia y la impunidad.
En un contexto en el que la violencia machista sigue siendo una realidad cotidiana en España, este homenaje adquiere un significado aún más profundo. No se trata solo de recordar un crimen del pasado, sino de construir un futuro en el que las mujeres puedan vivir sin miedo, con dignidad y con el reconocimiento que merecen.
La decisión del Pleno, prevista para noviembre, será seguida con atención por la ciudadanía. Si se aprueba, el 'Passeig de la Silvia i de l’Aurora' se convertirá en un lugar de recuerdo, reflexión y compromiso. Un espacio donde las generaciones futuras podrán aprender sobre el valor de la justicia, la memoria y la lucha contra la violencia de género.
Mientras tanto, las familias de Silvia y Aurora esperan con esperanza que la ciudad les dé el reconocimiento que merecen. Porque, como bien dice la moción, “este trágico suceso no solo supuso la pérdida irreparable de dos vidas que comenzaban una carrera profesional llena de futuro y de ilusión, truncada a manos de un cruel asesino, sino que también representó un duro golpe para nuestra ciudad y un profundo dolor para sus familias, compañeros y vecinos”.