El colegio Irlandesas Loreto, en Sevilla, donde estudiaba Sandra Peña, la adolescente de 14 años que se suicidó tras denunciar bullying, ha emitido un comunicado pidiendo cautela y el cese de cualquier situación violenta en sus inmediaciones. El centro, ubicado en la calle Rafael Laffón, amaneció con pintadas como "asesinos" y "culpables", lo que ha generado una fuerte tensión en la comunidad educativa y entre los vecinos.
El director del centro, Francisco de Paula Suárez, ha asegurado que están "profundamente consternados" por la muerte de Sandra y que toda la comunidad educativa acompaña a su familia en este momento de dolor. Además, ha destacado que el colegio está colaborando con las autoridades competentes, incluyendo la Brigada Provincial de Policía Judicial (GRUME), que les ha solicitado evitar dar información pública sobre el caso mientras se investiga.
La Consejería de Desarrollo Educativo de la Junta de Andalucía ha abierto una investigación tras el suceso. Según su comunicado, el colegio sí implementó algunas medidas tras recibir la denuncia de acoso, pero no activó los protocolos oficiales de acoso escolar ni de conductas autolíticas, como exigía la normativa vigente. Esta omisión podría derivar en un expediente administrativo y en la derivación del caso a la Fiscalía para determinar posibles responsabilidades.
La Policía Nacional también ha iniciado una investigación, y el área alrededor de la vivienda de Sandra fue acordonada tras el suceso. Vecinos han colocado velas y flores en homenaje a la joven, mientras que el centro ha reforzado su equipo de Bienestar Emocional y Orientación para atender a los estudiantes afectados por la tragedia.
El director del colegio ha insistido en que su prioridad es proteger a los alumnos y profesionales del centro, y ha advertido que las acciones violentas y los comentarios públicos pueden ser "altamente perjudiciales" para los menores. Asimismo, ha pedido responsabilidad hasta que concluya la investigación oficial.
Este caso ha reavivado el debate sobre la gestión de los casos de acoso escolar en los centros educativos. Expertos en psicología y educación recuerdan que los protocolos de actuación ante el bullying no son opcionales: son obligatorios y deben activarse de forma inmediata ante cualquier indicio de acoso o riesgo de autolesión. Además, se recomienda a las familias que documenten todas las denuncias y soliciten por escrito las medidas adoptadas por el centro, para garantizar transparencia y responsabilidad.
La muerte de Sandra Peña es un llamado de atención para mejorar la prevención y respuesta ante el acoso escolar. Los centros deben no solo tener protocolos, sino también formar a su personal y crear un entorno seguro donde los estudiantes se sientan escuchados y protegidos. La comunidad educativa, las familias y las administraciones deben trabajar juntas para evitar que tragedias como esta se repitan.