El 1 de enero de 2026 entrará en vigor una nueva modificación en la edad de jubilación en España, marcando el capítulo final de la reforma pensionaria aprobada en 2011 durante el mandato del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Esta última actualización, que eleva la edad ordinaria de retiro en dos meses respecto a 2025, pone punto y final a un proceso de transición que se inició en 2013 y que ha ido modificando gradualmente las condiciones para acceder a la pensión de jubilación, generando en muchos casos incertidumbre entre la población activa sobre cuándo podrán efectivamente retirarse.
Desde el próximo año, la edad legal para acceder a la pensión completa será de 66 años y diez meses para aquellos trabajadores que no alcancen los 38 años y tres meses de cotización. Sin embargo, quienes superen esta cifra de años cotizados podrán retirarse a los 65 años sin penalización alguna. Esta distinción entre trabajadores con carreras contributivas largas y cortas ha sido una de las características principales de la reforma.
El incremento de dos meses en la edad de jubilación se suma a los ajustes anuales que se han producido desde la entrada en vigor de la reforma. Este mecanismo de aumento progresivo buscaba adaptar el sistema pensionario a la realidad demográfica y económica del país, garantizando su sostenibilidad a largo plazo ante el envejecimiento de la población y el incremento de la esperanza de vida. Con el cambio de 2026, se cierra definitivamente el período de transición establecido hace más de una década, aunque el debate sobre la sostenibilidad del sistema continúa vigente.
Requisitos para el 100% de la pensión
Además de la edad, la reforma también ha modificado los requisitos de cotización necesarios para percibir el 100% de la base reguladora. En 2026, será imprescindible haber cotizado durante al menos 36 años y seis meses para acceder a la pensión completa. Este requisito, que también experimenta un incremento respecto a años anteriores, forma parte del mismo proceso de ajuste gradual que afecta a la edad de jubilación.
Es importante destacar que estos cambios no afectan únicamente a quienes se jubilen en 2026, sino que establecen las bases para el sistema que regirá a partir de 2027. La reforma de 2011, que comenzó a aplicarse en 2013, ha ido incrementando tanto la edad de jubilación como los años de cotización exigidos de forma escalonada, y 2026 representa el último eslabón de esta cadena.
Perspectivas para 2027: estabilidad en el sistema
A partir del 1 de enero de 2027, la edad ordinaria de jubilación quedará fijada definitivamente en 67 años para todos aquellos trabajadores que no hayan cotizado al menos 38 años y seis meses. Por su parte, quienes superen esta cifra podrán seguir accediendo a la pensión a los 65 años, manteniendo así la diferenciación entre trayectorias laborales largas y cortas.
Del mismo modo, el requisito de cotización para obtener el 100% de la base reguladora se establecerá en 37 años a partir de 2027. Con estos parámetros fijos, el sistema dejará de experimentar modificaciones anuales, aportando mayor predictibilidad y estabilidad tanto para los trabajadores que planifican su retiro como para la gestión del sistema por parte de las autoridades.
Esta consolidación del marco normativo supone el cierre de un ciclo de reformas que ha durado catorce años, desde la aprobación de la ley hasta su completa implementación. A partir de ahora, cualquier nuevo cambio en las condiciones de jubilación requeriría de una nueva reforma legal.
Jubilación anticipada: condiciones en 2026
La posibilidad de acceder a la jubilación anticipada también se ve afectada por estos cambios. En 2026, los trabajadores podrán adelantar su retiro hasta 48 meses antes de la edad ordinaria que les corresponda, siempre que cumplan con determinados requisitos relacionados con su situación laboral y su historial de cotizaciones. Es fundamental comprender que esta modalidad, aunque ofrece flexibilidad, implica una reducción permanente de la pensión que puede afectar significativamente las finanzas personales durante el período de retiro.
Para la jubilación anticipada involuntaria, es decir, cuando el trabajador es despedido, el acceso estará permitido a partir de los 62 años y diez meses para quienes no alcancen los 38 años y tres meses cotizados. Quienes superen esta cifra podrán acceder a esta modalidad a los 61 años.
En el caso de la jubilación anticipada voluntaria, la edad mínima será de 64 años y diez meses para los trabajadores con menos de 38 años y tres meses cotizados, y de 63 años para aquellos que superen este umbral. Es importante recordar que en ambos casos la pensión se ve reducida proporcionalmente a los meses de adelanto, aplicando coeficientes que varían según el tipo de anticipación y la duración de la cotización.
Incremento de las pensiones ya en curso
Los cambios en la edad de jubilación no son la única novedad que afectará a los pensionistas en 2026. Aquellos que ya perciben una pensión, ya sea por jubilación, viudedad u otras contingencias, experimentarán un incremento del 2,7% en sus prestaciones a partir de la nómina de enero.
Este aumento, que se aplica a los aproximadamente once millones de pensionistas del sistema español (incluyendo tanto las pensiones contributivas de la Seguridad Social como las de los funcionarios de clases pasivas), tiene como objetivo mantener el poder adquisitivo de los beneficiarios, alineándose con la evolución de los precios registrada durante 2025.
La revalorización de las pensiones es uno de los mecanismos automáticos establecidos para garantizar que las prestaciones no pierdan poder adquisitivo frente a la inflación, y representa una de las principales herramientas de protección social del sistema. Este mecanismo, que se activa anualmente en función del IPC, ha sido objeto de debate en los últimos años, pero su mantenimiento garantiza que los pensionistas no vean mermados sus ingresos reales en un contexto de fluctuaciones económicas.
Pensiones mínimas y no contributivas
Completando el panorama de novedades para 2026, el Consejo de Ministros aprobó a finales de diciembre la subida de las pensiones mínimas y no contributivas para el nuevo año. Esta medida afecta a aquellos pensionistas que perciben las prestaciones más bajas del sistema, garantizando que también se beneficien de la mejora de las condiciones económicas.
Aunque el texto de referencia no detalla los porcentajes específicos de estas subidas, esta medida forma parte de la política de protección a los colectivos más vulnerables dentro del sistema de pensiones, asegurando que nadie se quede atrás en el contexto de la recuperación económica.
Conclusiones
El año 2026 representa un momento significativo para el sistema público de pensiones en España. Por un lado, culmina el despliegue de la reforma de 2011 con el último incremento de la edad de jubilación y los requisitos de cotización. Por otro, mantiene la protección del poder adquisitivo de los pensionistas actuales a través de la revalorización de las prestaciones.
Los trabajadores que planifiquen su retiro en 2026 deberán tener en cuenta que la edad ordinaria será de 66 años y diez meses, salvo que cuenten con una trayectoria contributiva de al menos 38 años y tres meses, en cuyo caso podrán acceder a la pensión a los 65 años. Asimismo, deberán haber cotizado un mínimo de 36 años y seis meses para percibir el 100% de la base reguladora.
A partir de 2027, el sistema alcanzará la estabilidad, con la edad de jubilación fijada en 67 años y los requisitos de cotización consolidados. Este nuevo marco proporcionará mayor certidumbre para la planificación a largo plazo, tanto individual como colectiva, y sentará las bases para la sostenibilidad del sistema en las próximas décadas. No obstante, expertos en economía y derecho laboral advierten que será necesario continuar monitorizando el equilibrio financiero del sistema y no descartan nuevas reformas a medio plazo para abordar los desafíos demográficos que seguirán presentándose.