En un partido cargado de historia y tensión, el Liverpool logró imponerse al Real Madrid en Anfield con un gol de Mac Allister que rompió la resistencia de Thibaut Courtois. La victoria no solo significó tres puntos, sino un mensaje claro a toda Europa: pese a sus dificultades recientes, los 'Reds' siguen siendo un equipo temible en competiciones europeas.
El encuentro comenzó con un equilibrio táctico evidente. Ambos entrenadores, Arne Slot y Xabi Alonso, habían preparado sus equipos con precisión, pero fue el Liverpool quien encontró la clave del partido. El Real Madrid, por su parte, mostró una versión apagada, especialmente tras el descanso, sin fluidez ni capacidad para generar peligro real.
La primera parte fue un duelo de estrategias, con ambos porteros —Mamardashvili y Courtois— casi sin trabajo. El único momento de tensión llegó en el minuto 27, cuando el árbitro István Kovács revisó con el VAR una posible mano de Tchouaméni dentro del área. Tras tres minutos de análisis, el colegiado rumano decidió que no era penalti, una decisión que generó polémica pero que no alteró el rumbo del partido.
El gol llegó gracias a una falta mal defendida por el Madrid. Mac Allister, con frialdad y precisión, aprovechó un balón parado para batir a Courtois, quien, pese a su habitual solidez, no pudo evitar el tanto. El argentino se convirtió en el héroe de la noche, demostrando que en los momentos clave, el talento individual puede marcar la diferencia.
El Madrid intentó reaccionar, pero careció de ideas y posesión. Mbappé, Vinicius y Bellingham estuvieron desaparecidos en ataque, mientras que el Liverpool, con su afición como sexto jugador, presionó sin descanso. La mejor ocasión del conjunto blanco llegó en el 44', cuando Bellingham disparó con fuerza, pero Mamardashvili estuvo atento y despejó con autoridad.
La segunda parte confirmó la superioridad del Liverpool. El Madrid no logró encontrar el ritmo ni la conexión necesaria, y el equipo de Slot supo gestionar el partido con inteligencia. La victoria no fue solo un triunfo deportivo, sino también un golpe psicológico: el Liverpool le quitó el invicto en Champions a un Real Madrid que, por primera vez en la temporada, mostró vulnerabilidad.
Este resultado refuerza la idea de que en el fútbol europeo, los grandes siempre pueden sorprender. Y en Anfield, con Mac Allister como protagonista, el Liverpool volvió a demostrar que, cuando se juega con corazón y estrategia, incluso los gigantes pueden caer.