Tormenta en Costa del Sol desvía más de 20 vuelos hacia Málaga

El temporal del 27 de diciembre afectó gravemente al tráfico aéreo, forzando alternativas en Sevilla, Almería, Granada, Madrid y Alicante

El pasado sábado 27 de diciembre de 2025, la provincia de Málaga experimentó uno de los temporales más intensos de la temporada invernal, con precipitaciones torrenciales y ráfagas de viento que superaron los 80 kilómetros por hora en numerosos puntos de la Costa del Sol. Este fenómeno meteorológico, que se desarrolló durante la tarde y noche, no solo causó trastornos en la circulación terrestre y activó avisos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), sino que también provocó graves alteraciones en el tráfico aéreo de la región.

Según fuentes consultadas, más de veinte vuelos programados para aterrizar en el Aeropuerto de Málaga-Costa del Sol se vieron obligados a modificar su ruta hacia otros destinos. La imposibilidad de realizar maniobras de aproximación segura debido a las condiciones climatológicas adversas obligó a las torres de control a tomar decisiones rápidas para garantizar la seguridad de los pasajeros y tripulaciones.

Los aeropuertos alternativos que recibieron estas aeronaves fueron principalmente los de Sevilla, Almería y Granada, todos ellos pertenecientes a Andalucía. No obstante, la magnitud de la situación requirió también el desvío de algunas aeronaves a destinos más lejanos. Un vuelo fue redirigido al Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, mientras que otros dos tuvieron que aterrizar en el Aeropuerto de Alicante-Elche, situado en la Comunidad Valenciana.

Las ciudades de origen de los vuelos afectados reflejan la conectividad internacional de Málaga con destinos europeos clave. Entre las rutas impactadas se encontraban conexiones procedentes de Bristol, Bruselas, Eindhoven, Karlsruhe, Milán, Arlanda (Estocolmo), Glasgow y Oviedo. Esta diversidad subraya el carácter turístico y de negocios del aeropuerto malagueño, especialmente durante el periodo navideño, cuando el flujo de viajeros experimenta un notable incremento.

Los pasajeros afectados vivieron una experiencia de incertidumbre y prolongación de sus viajes. Muchos de ellos se vieron transportados a ciudades situadas a cientos de kilómetros de su destino original. Las compañías aéreas, según protocolos establecidos, debieron gestionar el traslado terrestre mediante autobuses o billetes alternativos en tren, aunque la logística durante un festivo y con carreteras afectadas complicó notablemente la operación.

El Aeropuerto de Málaga-Costa del Sol, que se posiciona como uno de los principales puntos de entrada turística de España, con más de 22 millones de pasajeros en 2024, vio interrumpida su operativa durante varias horas. Las fuertes lluvias causaron problemas de visibilidad en las pistas, mientras que el viento cruzado superó los límites seguros para la mayoría de las aeronaves de pasajeros, especialmente las de fuselaje estrecho.

Expertos en meteorología explican que este tipo de fenómenos convectivos es relativamente frecuente en el Estrecho de Gibraltar durante el invierno, pero la intensidad registrada superó las previsiones iniciales. La Aemet había activado avisos amarillos que fueron escalando a naranja en cuestión de horas, coincidiendo con el momento de mayor afectación a la aviación.

La repercursión económica de estos desvíos es significativa. Cada desvío implica costes adicionales para las aerolíneas en concepto de combustible, tasas de aterrizaje en aeropuertos alternativos, alojamiento para tripulaciones y compensaciones a pasajeros bajo el reglamento europeo. Además, el retraso acumulado generó un efecto dominó que se extendió hasta el día siguiente.

Desde Aena, el gestor aeroportuario español, se indicó que se activaron los protocolos de emergencia meteorológica y que se mantuvo constante comunicación con los comandantes en ruta. La seguridad, insistieron, fue la prioridad absoluta en todas las decisiones tomadas durante el episodio.

Para los viajeros con destino a la Costa del Sol en pleno periodo festivo, la situación supuso un contratiempo importante. Muchos turistas británicos, belgas y alemanes que habían programado sus vacaciones de Navidad en destinos como Marbella, Torremolinos o Nerja se encontraron con llegadas inesperadas en ciudades donde no tenían reservas hoteleras ni transporte planificado.

El consorcio de transporte andaluz coordinó esfuerzos para habilitar servicios especiales, aunque la disponibilidad de vehículos y conductores durante la noche del 27 al 28 de diciembre fue limitada. Algunos pasajeros reportaron esperas superiores a seis horas antes de poder continuar su viaje hacia Málaga por carretera.

La previsión meteorológica para los días siguientes sugiere una mejora progresiva, con vientos disminuyendo de intensidad y ausencia de precipitaciones significativas. Esto permitió la normalización gradual de las operaciones en el aeropuerto malagueño desde la mañana del domingo 28 de diciembre.

Este incidente recuerda a eventos similares ocurridos en temporadas anteriores, como el temporal de gota fría de septiembre de 2019 que también afectó al tráfico aéreo. La creciente frecuencia de fenómenos extremos ha llevado a las autoridades a revisar los protocolos de actuación y a invertir en sistemas de predicción más precisos.

En conclusión, el temporal del 27 de diciembre puso a prueba la resiliencia del sistema aeroportuario andaluz. Afortunadamente, la rápida actuación de los controladores aéreos y la colaboración entre aeropuertos evitaron incidentes mayores, aunque dejó en evidencia la vulnerabilidad de una infraestructura crítica ante el cambio climático y la necesidad de continuar mejorando la coordinación interregional en situaciones de emergencia.

Referencias

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