La Comunidad Autónoma de Murcia ha experimentado este domingo una de las jornadas meteorológicas más intensas de los últimos meses, con una serie de fenómenos climáticos que han dejado cuantiosos daños materiales y han puesto en alerta a los servicios de emergencia. El episodio más espectacular se registró en el Puerto de Mazarrón, donde varias mangas marinas arrasaron con todo a su paso durante la franja horaria comprendida entre las 17:00 y las 18:00 horas.
Estos remolinos de viento, característicos de las tormentas costeras, alcanzaron una intensidad suficiente para arrancar toldos, sillas y mesas de las terrazas de los establecimientos hosteleros, arrastrar vallas publicitarias y causar desperfectos considerables en las embarcaciones atracadas en el puerto. Testimonios recogidos en redes sociales muestran imágenes dramáticas de velas y piezas de barcos literalmente lanzadas al aire por la fuerza de estos fenómenos meteorológicos.
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) no tardó en reaccionar ante la gravedad de la situación. A las 18:20 horas, la institución decidió elevar el nivel de alerta de amarillo a naranja para las comarcas del Guadalentín y del Campo de Cartagena y Mar Menor, previsión que se mantendría vigente hasta las 21:00 horas. Esta decisión reflejaba el potencial destructivo de las tormentas que continuaban desarrollándose sobre la región.
Los municipios de Lorca, Águilas y Puerto Lumbreras, situados en la comarca del Guadalentín, fueron testigos de una tormenta vespertina de notable intensidad, acompañada de aparato eléctrico. En Águilas y Puerto Lumbreras, el fenómeno incluyó precipitación de granizo, con registros que podrían alcanzar los 30 litros por metro cuadrado en apenas una hora, acumulando hasta 60 litros en un período de doce horas.
No obstante, las afectaciones no se limitaron a estas zonas. Desde la medianoche del domingo, gran parte de la región permanecía bajo aviso amarillo, que en la comarca de la Vega del Segura escaló a nivel rojo entre las 9:00 y las 12:00 horas. Precisamente en esta zona se concentraron los mayores acumulados pluviométricos y las incidencias viales más graves, aunque las precipitaciones remitieron tras el mediodía.
El Centro de Coordinación de Emergencias registró un total de 82 llamadas al 112 relacionadas con los fenómenos meteorológicos, dando cuenta de 61 incidentes diferentes distribuidos por toda la geografía regional. La tipología de estas emergencias revela el patrón habitual en este tipo de episodios: la mayoría de las solicitudes se referían a la necesidad de achicar agua en bajos y sótanos de viviendas y edificios, así como a la retirada de obstáculos en la calzada.
Entre las situaciones más críticas destacaron los seis rescates que se produjeron en carreteras de la región. La mitad de estas intervenciones tuvieron lugar en la carretera RM-11, que une Lorca y Águilas, concretamente en la subida del puerto de Purias, dirección a la localidad costera. El granizo acumulado en el firme provocó que varios vehículos perdieran el control y salieran de la vía. Uno de estos rescates fue especialmente dramático, al tratarse de un coche ocupado por una familia con dos menores.
Desde el punto de vista municipal, la capital de la región, Murcia, concentró el mayor número de incidencias con 15 asuntos diferentes. Le siguieron Abanilla con 9, Alhama de Murcia con 8, Beniel y Molina de Segura con 5 cada una, Fortuna con 4 y Santomera con 3. Esta distribución refleja cómo el fenómeno afectó de manera desigual pero significativa a gran parte del territorio regional.
Los datos pluviométricos aportados por la Confederación Hidrográfica del Segura confirman la intensidad del episodio. Los mayores acumulados se registraron en Abanilla, con 79 litros por metro cuadrado, seguido de Santomera con 74 litros, Fortuna con 51,4 litros, Beniel con 46,6 litros, Librilla con 38 litros y Cehegín con 37 litros. Estas cifras exceden con creces los umbrales normales para esta época del año y justifican plenamente las alertas emitidas por AEMET.
En cuanto a la red viaria, las consecuencias fueron notables. En el municipio de Lorca permanecía cortado el Camino Real de Vera, mientras que la calzada derecha del primer kilómetro de la carretera RM-23 y la RM-A-21 que comunica Los Baños de Fortuna con Mahoya, en Abanilla, seguían impracticables al tráfico rodado.
La capital regional también presentaba importantes cortes en diversos caminos, pasos a nivel y ramblas, lo que obligó a la suspensión de todas las actividades navideñas programadas al aire libre en la ciudad. Esta medida, adoptada por el Ayuntamiento de Murcia, buscaba garantizar la seguridad de los ciudadanos ante la imprevisibilidad del fenómeno meteorológico.
En el ámbito deportivo, la tercera edición del All Star La Fede Canastas Solidarias, que debía celebrarse en el pabellón Joaquín López Fontes de Archena, fue suspendida para evitar cualquier tipo de desplazamiento innecesario de participantes y espectadores. Esta decisión, similar a la adoptada en Murcia, pone de manifiesto la gravedad con la que las autoridades contemplaron la situación.
El episodio meteorológico de este domingo sirve como recordatorio de la vulnerabilidad de la Región de Murcia ante fenómenos de esta naturaleza, especialmente en un contexto de cambio climático donde la frecuencia e intensidad de estos eventos parecen estar en aumento. La capacidad de respuesta de los servicios de emergencia, la efectividad de los sistemas de alerta temprana y la concienciación ciudadana son elementos fundamentales para minimizar los riesgos asociados a estas situaciones.
Las imágenes captadas en Puerto de Mazarrón, donde elementos de hasta cientos de kilos fueron literalmente arrancados de su ubicación, constituyen una evidencia gráfica del poder destructivo de la naturaleza. Los propietarios de embarcaciones y establecimientos hosteleros ahora afrontan el costoso proceso de evaluar los daños y reparar las estructuras afectadas, mientras las administraciones locales trabajan en el restablecimiento de la normalidad.
Desde el punto de vista meteorológico, la combinación de temperaturas inestables, humedad costera y corrientes en altura creó las condiciones perfectas para el desarrollo de estas tormentas severas. Los expertos señalan que la formación de mangas marinas, aunque no es infrecuente en esta zona del Mediterráneo, sí lo es su intensidad y el daño concreto causado en áreas pobladas e infraestructuras.
La jornada deja lecciones importantes sobre la necesidad de mantener sistemas de vigilancia meteorológica activos, de reforzar la resiliencia de las infraestructuras costeras y de mejorar la coordinación entre los diferentes cuerpos de emergencia. Mientras tanto, los ciudadanos de Murcia, y especialmente los de Puerto de Mazarrón, recuperan la normalidad tras una tarde de intensa actividad atmosférica que nadie olvidará fácilmente.