En un encuentro vibrante y lleno de intensidad, Panamá logró imponerse con claridad ante El Salvador en el marco de las eliminatorias de la Concacaf. El partido, disputado el martes 18 de noviembre, terminó con un contundente 3-0 a favor de los locales, quienes demostraron una superioridad táctica y física que les permitió controlar el ritmo del juego desde el primer minuto.
El encuentro comenzó con un Panamá decidido a marcar la diferencia desde el arranque. Los canaleros presionaron alto, forzaron errores en la salida del balón de El Salvador y generaron varias ocasiones de gol en los primeros minutos. Aunque el marcador no se abrió de inmediato, la presión constante de los locales dejó entrever que el gol estaba cerca.
La primera gran oportunidad llegó en el minuto 23, cuando Cecilio Waterman remató con fuerza desde el lado izquierdo del área, pero el balón se fue por encima del travesaño. Poco después, Ismael Díaz intentó una jugada individual que terminó en un centro desviado, pero la insistencia panameña comenzaba a hacer mella en la defensa salvadoreña.
El primer gol llegó en el minuto 37, tras una jugada colectiva bien trabajada. Adalberto Carrasquilla desbordó por la derecha y centró al área, donde José Fajardo conectó de cabeza, pero el portero salvadoreño logró despejar. Sin embargo, el rebote quedó en los pies de Éric Davis, quien no perdonó y abrió el marcador ante la ovación de la afición local.
La segunda parte comenzó con más intensidad aún. Panamá salió con la intención de sentenciar el partido, y así lo hizo. En el minuto 58, Alberto Quintero recibió un pase filtrado en el área y remató con precisión, pero el portero salvadoreño logró desviar el balón al corner. La jugada terminó en un tiro de esquina que no aprovecharon los locales, pero la presión continuó.
El segundo gol llegó en el minuto 67, gracias a una jugada individual de José Luis Rodríguez. El delantero panameño recibió el balón en el borde del área, se quitó a dos defensores con un cambio de ritmo y disparó con la izquierda, colocando el balón en la escuadra izquierda del arco salvadoreño. El estadio estalló en júbilo, y el partido comenzó a tomar un rumbo definitivo.
El tercer y definitivo gol llegó en el minuto 82, también obra de José Luis Rodríguez. Esta vez, el delantero aprovechó un error en la salida de balón de El Salvador, recuperó el esférico en campo contrario y, con frialdad, definió ante el arquero rival. El 3-0 sentenció el partido y dejó a los salvadoreños sin argumentos para reaccionar.
A lo largo del encuentro, Panamá mostró una solidez defensiva notable, con César Blackman y Jorge Gutiérrez destacando en la retaguardia. Además, el equipo canalero supo aprovechar las transiciones rápidas y las jugadas a balón parado, elementos clave en su victoria.
Por su parte, El Salvador intentó reaccionar en los últimos minutos, pero careció de ideas y precisión en el último tercio del campo. Los cambios realizados por el técnico salvadoreño no lograron alterar el rumbo del partido, y el equipo terminó desgastado y sin opciones reales de remontada.
Con esta victoria, Panamá se posiciona como uno de los equipos más fuertes en la carrera por los puestos de clasificación directa al Mundial. El equipo canalero demostró que puede competir con los mejores de la región y que tiene las herramientas necesarias para soñar con un boleto a la cita mundialista.
En cuanto a El Salvador, el partido deja muchas interrogantes. El equipo mostró falta de cohesión en el mediocampo y careció de profundidad en ataque. Será fundamental que el cuerpo técnico analice los errores cometidos y busque soluciones para los próximos partidos, ya que la clasificación se pone cada vez más complicada.
En resumen, el partido entre Panamá y El Salvador fue un claro ejemplo de cómo la intensidad, la organización y la efectividad pueden marcar la diferencia en un encuentro de eliminatorias. Los canaleros salieron victoriosos con un marcador contundente, mientras que los salvadoreños tendrán que replantearse muchas cosas si quieren mantener vivas sus esperanzas de clasificación.