El Betis humilla al Getafe: 4-0 y crisis total en el cuadro madrileño

Aitor Ruibal brilló con un doblete, mientras Bordalás y Soria reconocían la debilidad de su plantilla tras la contundente derrota en el Benito Villamarín

El Benito Villamarín presenció una exhibición ofensiva del Real Betis que culminó en una contundente goleada por 4-0 sobre un Getafe sumido en una crisis profunda. El conjunto sevillano, liderado por la inspirada actuación de Aitor Ruibal, autor de un doblete, demostró una superioridad técnica y táctica que dejó sin opciones a los visitantes desde el primer minuto.

La diferencia de calidad entre ambos planteles quedó patente desde el pitido inicial. El Betis, con una plantilla considerada entre las más completas de LaLiga, ejerció un dominio absoluto del balón y del territorio que el Getafe no pudo contrarrestar en ningún momento. Los de José Bordalás, que llegaban a este duelo tras un inicio de temporada sorprendente con dos victorias consecutivas en campos complicados, mostraron finalmente su verdadera cara: un equipo con recursos limitados y una dinámica negativa que se agrava con cada jornada.

El primer tanto llegó de la bota de Ruibal, que aprovechó una jugada por la banda derecha para batir a David Soria con un disparo cruzado. El portero madrileño, que más tarde haría una autocrítica sin precedentes, no pudo hacer nada para evitar el gol. El 1-0 reflejaba fielmente lo que se veía sobre el césped: un Betis cómodo y un Getafe completamente desbordado.

En la segunda mitad, la diferencia se hizo aún más abismal. Pablo Fornals, uno de los fichajes estrella del equipo andaluz, amplió la ventaja con un gol que certificaba su excelente momento de forma. El exjugador del West Ham se mueve con una naturalidad en el sistema de Manuel Pellegrini que lo convierte en pieza fundamental del esquema verdiblanco.

Pero no fue el único en brillar. Cucho Hernández, el delantero colombiano, también se unió a la fiesta del gol. Su tanto, el tercero del encuentro, dejó prácticamente sentenciado el choque. El Getafe, lejos de reaccionar con orgullo, se desmoronaba cada vez más. La defensa, desorganizada y sin referencias, y el medio campo, incapaz de generar peligro ni de cortar el juego rival, eran un reflejo fiel de la crisis que vive el club madrileño.

Ruibal, antes del pitido final, sentenció con su segundo gol particular. El extremo derecho, que ha ganado protagonismo de forma exponencial esta temporada, demostró por qué es una de las apuestas de futuro del Betis. Su rendimiento constante y su capacidad de decisión en el último tercio del campo son cualidades que el técnico chileno valora enormemente y que están llamando la atención de los observadores de fútbol nacional.

Sin embargo, el partido no estuvo exento de polémicas arbitrales. El VAR intervino en varias ocasiones, generando momentos de incertidumbre que enfriaron el ritmo de un choque que ya estaba decidido sobre el césped. Un gol anulado por fuera de juego previo, un penalti dudoso señalado a favor del Getafe que Borja Mayoral lanzó fuera... Las revisiones en el monitor del árbitro dejaron frío el ambiente en un estadio que ya daba por sentado el resultado.

Precisamente, el penalti fue uno de los momentos más llamativos del encuentro. Mayoral, que ya había errado desde los once metros en la Copa del Rey ante el Burgos, repitió la dosis con un lanzamiento deficiente. El delantero, que llegó al Getafe con la etiqueta de goleador, no encuentra su mejor versión ni de lejos. Su disparo, a la izquierda del portero, se marchó desviado sin crear peligro. Otro contratiempo más para un equipo que parece no tener fin a sus males acumulados.

Las declaraciones postpartido fueron demoledoras para el Getafe. José Bordalás, entrenador del cuadro azulón, no escondió la cruda realidad: "La realidad de este equipo está muy clara. El Getafe ha pasado las últimas temporadas de poder competir a equipos de tú a tú como el Betis a debilitarse paulatinamente. Ahora los recursos son mínimos y la diferencia es abismal. Es casi imposible". El técnico valenciano reconoció que el inicio con dos triunfos había creado una expectativa que no se corresponde con la calidad real del plantel.

Aún más duro se mostró David Soria. El guardameta, capitán y referente del vestuario, pidió perdón a la afición: "Pedir perdón, es una ruina todo, no hemos estado a la altura, hemos dejado de competir, desde que estoy aquí no he visto nunca al equipo tan descompuesto, sin orgullo. Ha sido lamentable". Sus palabras reflejan el estado anímico de un vestuario que no está acostumbrado a sufrir goleadas de este calibre.

Soria también apuntó directamente a la falta de competitividad: "Los jugadores debemos dar nuestro nivel. Lo de hoy no se puede volver a repetir. Que tome nota todo el mundo, desde la primera cabeza visible hasta el último". Un mensaje claro y contundente: la responsabilidad es colectiva y deben tomarse medidas urgentes para revertir la situación.

El Betis, por su parte, vive un momento dulce. La victoria le permite consolidarse en puestos europeos y dar continuidad a un proyecto ambicioso que aspira a competir en todas las competiciones. Pellegrini ha conseguido que el equipo juegue con un estilo definido, combinando posesión con velocidad en las transiciones. Jugadores como Ruibal, Fornals o Cucho están respondiendo a las exigencias de un club que quiere estar en la élite del fútbol español.

Para el Getafe, la situación es crítica y preocupante. La plantilla, una de las más limitadas económicamente de LaLiga, necesita urgentemente un cambio de dinámica que parece lejano. Bordalás habló de "tomar decisiones" porque "tenemos un problema". Los jugadores, según reconoció, "están afectados". La confianza, esa cualidad intangible pero fundamental para cualquier equipo, brilla por su ausencia en el vestuario azulón.

El calendario no será benévolo con los madrileños. En las próximas jornadas se enfrentarán a rivales directos en la lucha por la permanencia. Si no mejoran urgentemente, el objetivo de la salvación se complicará enormemente. La afición, que ya no aguanta más decepciones tras años de sufrimiento, exige una reacción inmediata y contundente.

El partido terminó con el Benito Villamarín medio vacío, incluso antes del pitido final. Los seguidores locales, satisfechos con la exhibición, abandonaron el estadio antes de tiempo. Los visitantes, por su parte, no aguantaron ver a su equipo en tal estado de abandono. La imagen de las gradas semivacías en los minutos finales resume perfectamente el sentir de una afición desilusionada y harta.

En resumen, una goleada que refleja las realidades de dos universos opuestos en LaLiga. Un Betis en ascenso, con recursos, ideas claras y talento desbordante. Un Getafe en caída libre, con una plantilla corta, problemas económicos estructurales y una crisis de confianza que parece no tener fin. La temporada es larga, pero los síntomas son preocupantes para los de Bordalás. Queda mucho por hacer y muy poco tiempo para reaccionar antes de que sea demasiado tarde.

Referencias

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