Marruecos vive un momento de transformación estratégica en múltiples ámbitos del desarrollo nacional. La designación como sede de la Copa de África 2025 y la coorganización del Mundial 2030 junto a España y Portugal consolidan al país como una potencia blanda mediterránea con proyección global. En este contexto, el reino alauita prioriza la modernización de sus medios de comunicación y la innovación mediática, especialmente en el sector deportivo y sus plataformas audiovisuales.
El canal de televisión Arryadia, fundado en 2006, emerge como protagonista de esta evolución. Bajo la dirección de Hassan Boutebsil, la cadena ha sabido interpretar los mensajes de esta revolución deportiva marroquí, anticipándose a las nuevas tendencias con contenidos que combinen análisis riguroso y participación ciudadana. La apuesta es clara: establecer un modelo de debate abierto y tertulia constructiva que trascienda la mera información para convertirse en un espacio de reflexión sobre el modelo de desarrollo del deporte nacional.
El primer fruto de esta nueva etapa es 'Al Botola', un programa que redefine el formato tradicional del debate futbolístico. Más allá de los resultados semanales, el espacio se propone analizar los fenómenos más destacados del fútbol marroquí desde una perspectiva estratégica, vinculando el deporte con las políticas públicas y el modelo de gestión que el país quiere proyectar al mundo.
El formato de 'Al Botola' se inspira en los modelos de tertulia interactiva más exitosos, pero adaptados a la idiosincrasia marroquí. Cada emisión combina opiniones de expertos, análisis en profundidad y interacción directa con la opinión pública. El objetivo es crear un espacio donde el ciudadano no sea mero espectador, sino participante activo en la construcción del discurso deportivo nacional.
El equipo de profesionales que conforma 'Al Botola' refleja la solidez de este proyecto. Jamal Astaifi, exresponsable del departamento deportivo del periódico Almasae, aporta su experiencia como analista en radio Mars y en plataformas transcontinentales como Bein Sport y Abu Dhabi. Su trayectoria en la prensa escrita y audiovisual le convierte en un conductor privilegiado para este tipo de espacios.
Junto a él figuran Mustapha Chadli, exfutbolista internacional cuya experiencia en los terrenos de juego aporta visión técnica y credibilidad, y Mohsin Chergui, colaborador de medios nacionales e internacionales, incluido este periódico. Chergui, exsecretario general del periódico bilingüe hispano-marroquí Almanar y exdirector de comunicación del club MAT, suma una década de experiencia en redacciones digitales como Halainfo, Chamal Post y Tetouani, además de su labor como analista deportivo en radios regionales de Tetuán y Tánger.
Esta combinación de periodistas experimentados, exdeportistas de élite y comunicadores polivalentes crea un ecosistema de conocimiento único en la televisión marroquí. La presencia de profesionales con experiencia en mercados internacionales como Bein Sport o medios hispanomarroquíes aporta una perspectiva comparada que enriquece el análisis.
La apuesta de Arryadia no responde a una mera renovación de programación, sino a una visión de estado. La coorganización del Mundial 2030 exige un sistema mediático capaz de proyectar una imagen moderna, profesional y participativa. Los espacios de debate como 'Al Botola' se convierten en herramientas de diplomacia pública, donde el deporte sirve de vehículo para mostrar la madurez democrática y la capacidad de diálogo de la sociedad marroquí.
Este modelo de innovación en contenidos deportivos también responde a las demandas de una audiencia cada vez más exigente. Los espectadores marroquíes, especialmente los jóvenes, consumen información a través de múltiples plataformas y valoran la transparencia, el análisis riguroso y la posibilidad de participar. 'Al Botola' integra estas demandas en un formato televisivo tradicional pero con mecanismos de interactividad digital que amplifican su impacto.
La estrategia de Hassan Boutebsil y su equipo se alinea con los objetivos del Plan de Desarrollo del Deporte marroquí, que busca profesionalizar la gestión, fomentar la práctica deportiva masiva y potenciar la industria del deporte como motor económico. Los medios de comunicación no pueden permanecer al margen de esta transformación; deben ser protagonistas y facilitadores del cambio.
La experiencia de Arryadia con 'Al Botola' podría servir de modelo para otros canales y formatos. La clave está en combinar excelencia periodística, conocimiento especializado y apertura ciudadana. En un momento en que la desinformación y los análisis superficiales abundan en redes sociales, la apuesta por el debate de calidad se convierte en un diferenciador estratégico.
El éxito de este formato dependerá de su capacidad para mantener la independencia editorial y el rigor analítico mientras navega por las complejidades del sistema deportivo nacional. La presencia de exgestores deportivos y periodistas críticos sugiere un equilibrio entre proximidad institucional y capacidad de cuestionamiento constructivo.
Marruecos demuestra con iniciativas como esta que entiende el poder del soft power deportivo. No se trata solo de organizar eventos mundiales, sino de construir una narrativa coherente, participativa y moderna alrededor del deporte. La televisión pública asume así su responsabilidad como agente de cohesión social y plataforma de diálogo nacional.
La consolidación de 'Al Botola' y futuros proyectos similares marcará la pauta de cómo los medios marroquíes afrontan los desafíos de los próximos años. La combinación de tradición y modernidad, de análisis y participación, de visión local y proyección internacional, configura un modelo que otros países de la región observarán con interés.
En definitiva, Arryadia no solo lanza un programa, sino que establece una nueva gramática para el periodismo deportivo en Marruecos. Una gramática donde el ciudadano, el experto y el exdeportista construyen juntos el relato de una nación que mira al futuro con ambición y responsabilidad. La innovación mediática, en este caso, no es un fin en sí misma, sino el medio para construir una sociedad más informada, crítica y participativa en torno al deporte, que es, en última instancia, un reflejo de la sociedad que lo practica y lo consume.