El sector hotelero español se viste de luto tras la trágica pérdida de uno de sus profesionales más reconocidos en Andalucía. Nacho Ansó Armendáriz, director de establecimientos NH en Sevilla y veterano de 26 años en la cadena, falleció el pasado martes en un accidente de tráfico que, según ha confirmado la investigación forense, fue precedido por un infarto agudo que le provocó un desvanecimiento al volante de su motocicleta.
El suceso ocurrió en el emblemático puente del Cristo de la Expiración de la capital hispalense, una de las vías de acceso principales a la ciudad, durante las primeras horas de la mañana. La moto que conducía Ansó se cruzó de carril y colisionó frontalmente contra un turismo que circulaba en dirección contraria. Las primeras hipótesis apuntaban a un posible fallo mecánico o distracción, pero la autopsia practicada por el Instituto Forense de Sevilla ha desvelado la verdadera causa: el hotelero sufrió un paro cardíaco momentos antes del impacto, lo que le hizo perder el control del vehículo sin posibilidad de reacción.
Con 53 años, Nacho Ansó acumulaba una trayectoria profesional envidiable en el sector turístico, dedicando prácticamente toda su carrera al grupo NH Hoteles. Su vinculación con la empresa se remonta a 1998, cuando comenzó a forjar su camino en la industria hotelera siguiendo los pasos de su padre, Ángel Mari Ansó, una figura respetada en el ámbito navarro como responsable de NH en la comunidad foral y director del Hotel Iruña Park en Pamplona, además de propietario del restaurante El Toro.
Los orígenes profesionales de Nacho se encuentran en su formación académica en la Escuela Universitaria de Turismo de Pamplona, donde adquirió los fundamentos teóricos que posteriormente plasmaría en una práctica ejemplar. Su primera destinación en NH fue el Gran Hotel de Zaragoza, donde asumió el cargo de jefe de recepción durante dos años, un período que le sirvió para familiarizarse con los procesos operativos de un gran establecimiento urbano.
En 1997, la compañía le trasladó a su tierra natal para hacerse cargo del Hotel Tryp Sancho Ramírez en Pamplona, una responsabilidad que mantuvo hasta finales de 1999. Este regreso a Navarra le permitió consolidar su experiencia en puestos de dirección y demostrar su capacidad para liderar equipos y gestionar la rentabilidad de un hotel de categoría.
El nuevo milenio le devolvió a Zaragoza, esta vez como director del NH Gran Hotel, posición que ocupó entre finales de 1999 y noviembre de 2004. Bajo su gestión, el establecimiento reforzó su posicionamiento en el mercado de negocios y eventos de la capital aragonesa, implementando estándares de calidad que se convertirían en sello distintivo de su método de trabajo.
Sin embargo, el destino le tenía preparado un proyecto de mayor envergadura. En diciembre de 2004, NH confió a Ansó la dirección del NH Plaza de Armas en Sevilla, un hotel emblemático situado en el corazón de la ciudad, junto a la estación de autobuses y a pocos minutos del centro histórico. Durante más de siete años, hasta enero de 2012, transformó el establecimiento en un referente para el viajero de negocios y turista exigente, optimizando los servicios y fortaleciendo la reputación de la marca en el sur de España.
Su última y más duradera etapa profesional comenzó en 2012 con el nombramiento como director del NH Collection Sevilla, la línea premium de la cadena. En este rol, Ansó no solo administró las operaciones diarias, sino que se convirtió en un embajador de la marca, representando a la compañía en eventos sectoriales y foros turísticos de Andalucía. En febrero de 2024 habría cumplido catorce años al frente de este establecimiento, un hito que hubiera celebrado con su equipo, muchos de los cuales le consideraban un mentor y referente profesional.
La vida personal de Nacho Ansó reflejaba los valores de compromiso y estabilidad que también profesaba en su trabajo. Estaba casado y tenía dos hijos, y aunque su carrera le mantenía en Sevilla, nunca perdió el vínculo con su Navarra natal, visitando regularmente a familiares y amigos. Sus compañeros describen su estilo de liderazgo como cercano y exigente, capaz de inspirar lealtad mediante el ejemplo y la dedicación.
El impacto de su pérdida se ha hecho sentir de inmediato en el sector hotelero andaluz y navarro. La noticia ha conmocionado a profesionales que compartieron con él proyectos, retos y éxitos a lo largo de más de dos décadas. En un sector donde la rotación es habitual, los 26 años de Nacho en NH hablan de una fidelidad mutua y una trayectoria impecable.
La confirmación de que el accidente fue consecuencia de un evento médico imprevisto cierra las especulaciones sobre las causas del siniestro, pero no alivia el dolor de quienes le conocían. La familia, que ya había perdido a su padre Ángel Mari en años anteriores, ahora debe hacer frente a una nueva ausencia que deja un vacío profesional y personal difícil de llenar.
El sector hotelero español pierde así a uno de sus directivos más experimentados, un profesional que combinó la tradición familiar con la excelencia empresarial, dejando un legado de calidad y compromiso en cada uno de los establecimientos que dirigió. Sevilla, ciudad que le acogió durante casi veinte años, y Pamplona, su lugar de origen, comparten el duelo por un hombre que supo construir puentes entre ambas comunidades a través de su trabajo y su persona.