Cayetano Rivera, a sus 48 años, atraviesa uno de los momentos más complejos de su vida. Lo que debería ser el año de su despedida triunfal de los ruedos se ha convertido en un periodo marcado por incidentes y controversias. Aunque el pasado junio protagonizó un altercado en Madrid que le llevó a pasar la noche en comisaría, el episodio más reciente —un accidente de tráfico en Sevilla el 9 de noviembre— ha vuelto a ponerle en el foco mediático.
Según confirma EL ESPAÑOL, el torero salió ileso tras estrellar su vehículo contra dos palmeras en una rotonda ajardinada, muy cerca de la entrada a su urbanización. Aunque los airbags se activaron y el impacto fue notable, Rivera no sufrió lesiones. El incidente ocurrió mientras entraba en su residencia, ubicada en la exclusiva urbanización Campo de Golf, en Alcalá de Guadaíra.
Esta zona, cercana al Real Club de Golf de Sevilla, es conocida por su tranquilidad, seguridad y entorno natural. Las calles privadas, la vigilancia las 24 horas y las amplias zonas verdes la convierten en una de las áreas residenciales más codiciadas de la provincia. La vivienda de Cayetano es un chalet de lujo de más de 200 metros cuadrados, distribuido en dos plantas. Cuenta con cinco dormitorios, tres baños, un salón acristalado, cocina-comedor, terraza solárium y jardín con césped natural. Aunque el inmueble está valorado en torno a los 600.000 euros, se ha informado que Rivera lo ocupa en régimen de alquiler.
Más allá de su carrera taurina, Cayetano ha sabido construir un patrimonio diversificado que incluye múltiples actividades empresariales. A punto de colgar la montera, el diestro mantiene su presencia en el mundo de los negocios. Según datos de Investiga Pro, actualmente está vinculado a siete empresas activas que abarcan desde el entretenimiento hasta el sector inmobiliario.
Una de sus sociedades más destacadas es Mitraditi S.L., constituida en 2008 y dedicada a actividades recreativas y eventos. Rivera figura como Administrador Único y la empresa cerró su último ejercicio fiscal en 2023 con resultados positivos en ventas. Esta vinculación no sorprende, dado su amplia trayectoria en el mundo del espectáculo y los eventos públicos.
Además, participa como socio o administrador en otras compañías relacionadas con la gestión de propiedades, servicios de asesoría y producción de contenido. Su perfil empresarial refleja una estrategia clara: aprovechar su nombre y experiencia para generar ingresos fuera de los ruedos. Esta diversificación es clave, especialmente en un momento en que su carrera taurina llega a su fin.
Aunque el accidente ha generado titulares, lo cierto es que Rivera sigue activo en su vida profesional y personal. Su capacidad para reinventarse, tanto en el mundo de la tauromaquia como en el empresarial, demuestra una resiliencia poco común. Aunque el año 2025 no ha sido el que esperaba, su legado va más allá de los toros: es el de un hombre que ha sabido construir un imperio personal, con raíces en la tradición y mirada puesta en el futuro.
En resumen, Cayetano Rivera no solo es un torero, sino también un empresario con visión. Su casa en Sevilla, sus siete empresas y su capacidad para superar adversidades lo convierten en una figura multifacética, cuya historia aún tiene mucho por contar —aunque ya no sea en el ruedo.