Tras más de tres años de ausencia en su estadio histórico, el FC Barcelona ha recibido la autorización de la UEFA para disputar su próximo partido de Champions League en el Spotify Camp Nou. El encuentro frente al Eintracht Frankfurt, programado para el martes 9 de diciembre a las 21:00 horas, será el primero de la competición europea en el coliseo azulgrana desde la dolorosa derrota por 0-3 ante el Bayern Múnich, el 26 de octubre de 2022.
La noticia, confirmada por Mundo Deportivo y luego oficializada por el club, supone el fin del exilio culé en el Estadi Olímpic de Montjuïc. Este regreso no es solo simbólico: es el resultado de meses de trabajo, negociaciones y cumplimiento de requisitos técnicos y administrativos. La clave ha sido la obtención de la licencia de primera ocupación de la fase 1B, que permite abrir el lateral del estadio y habilitar un aforo de 45.401 espectadores.
Aunque el reglamento de la Champions League prohíbe cambios de estadio durante la fase de liga, la UEFA ha hecho una excepción en este caso. La razón: el Barça no busca una ventaja competitiva, sino simplemente regresar a su hogar tras una ausencia forzada por las obras de remodelación. El club argumentó que el cambio no era estratégico, sino una consecuencia de una situación de fuerza mayor, lo que convenció a los responsables europeos.
La diplomacia entre el presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, y el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, ha jugado un papel fundamental. Ambos mantienen una relación estrecha, que ya se vio reflejada en la decisión de que el Barça comenzara la próxima temporada de Champions fuera de casa, para ganar tiempo y adecuar el Estadi Olímpic tras los conciertos de verano. Ahora, con el Camp Nou parcialmente operativo, la UEFA ha dado el visto bueno.
La autorización no ha sido automática. La UEFA exigió que el estadio cumpliera con ciertos requisitos mínimos, como la presencia de público en la tribuna de televisión y la habilitación de una zona específica para la afición visitante, que debe representar al menos el 5% del aforo. Tras revisar la documentación presentada por el club, los técnicos de la UEFA en Nyon dieron su beneplácito.
Para asegurar que todo funcione correctamente, inspectores de la UEFA estarán presentes en el partido de Liga ante el Deportivo Alavés, el sábado 29 de noviembre. Este será el segundo encuentro oficial en el Camp Nou tras su reapertura, y servirá como prueba de fuego para el partido europeo.
En cuanto a la venta de entradas, el club ha anunciado que las localidades para el partido ante el Eintracht Frankfurt saldrán a la venta en los próximos días. Los abonados del Barça podrán asistir sin coste adicional, ya que el partido está incluido en el pase de temporada. Esta medida busca incentivar la asistencia y reforzar el ambiente en el estadio, clave para el rendimiento del equipo en competiciones europeas.
El regreso del Barça a su estadio no solo es un hito deportivo, sino también emocional. Para los aficionados, el Camp Nou es mucho más que un recinto deportivo: es un símbolo de identidad, historia y pasión. Volver a jugar allí en Champions League, ante un rival europeo, representa un paso importante en la reconstrucción del proyecto culé.
Además, este regreso tiene implicaciones económicas y de imagen. El Camp Nou, con su capacidad y su infraestructura, ofrece una experiencia superior a la del Estadi Olímpic, tanto para los aficionados como para los patrocinadores y medios de comunicación. La UEFA, consciente de esto, ha valorado positivamente el esfuerzo del club por cumplir con los estándares exigidos.
En resumen, el OK de la UEFA no es solo un permiso técnico, sino un reconocimiento al trabajo realizado por el FC Barcelona para devolver a su equipo y a su afición a su hogar. El partido ante el Eintracht Frankfurt será más que un encuentro deportivo: será una celebración del regreso, de la perseverancia y de la pasión culé. Y, por supuesto, una oportunidad para demostrar que el Barça sigue siendo un gigante en Europa, incluso cuando juega en su propio estadio.