Ale Galán y Fede Chingotto han alcanzado un hito histórico en su carrera deportiva: se proclamaron campeones del mundo en el FIP World Cup Pairs de Kuwait. La victoria, lograda tras una final épica contra Agus Tapia y Arturo Coello, no solo les otorga el título más prestigioso del pádel, sino que también los coloca en un selecto club de deportistas que celebran sus logros con una tradición visual que ha conquistado las redes sociales: durmiendo abrazados a su trofeo.
Horas después de levantar el título, la Federación Internacional de Pádel (FIP) compartió una imagen que rápidamente se volvió viral: Galán y Chingotto, sonrientes y relajados, descansando con el trofeo entre ellos. Esta escena no es casualidad. Es un gesto simbólico que conecta a los campeones con otros grandes de la historia deportiva mundial.
El primero en popularizar esta tradición fue Leo Messi, quien, tras ganar la Copa Mundial de la FIFA en 2024 con Argentina, fue fotografiado durmiendo abrazado al trofeo. Esa imagen se convirtió en un ícono global, representando el cierre de un ciclo y la culminación de una carrera llena de éxitos. Para Messi, ese trofeo era el último eslabón que faltaba en su legado.
Meses después, Marc Márquez repitió el gesto tras proclamarse campeón del mundo de MotoGP en 2025. Tras años de lucha contra lesiones y adversidades, el piloto español compartió la foto como un mensaje de resiliencia y triunfo. Para él, fue “el mejor despertar de su vida”, una forma de celebrar no solo el título, sino el regreso a la cima.
Ahora, Galán y Chingotto —conocidos como el 'Alien' y el 'Superatón'— se unen a esta lista de leyendas. Su gesto no es solo una celebración, sino una afirmación: el pádel ha llegado para quedarse en el olimpo del deporte mundial. Su victoria en Kuwait no solo les da el título, sino que también les coloca en una posición estratégica para pelear por el número 1 del ranking mundial, especialmente con solo cuatro torneos restantes en la temporada: Dubai Premier Padel P1, FIP Platinum de Veracruz, Major de México y las Tour Finals de Barcelona.
Este logro es aún más significativo si se considera el contexto. Galán y Chingotto han construido una dupla sólida, con química, entrega y una mentalidad ganadora que los ha llevado a superar a los mejores del mundo. Su victoria no fue fácil: remontaron una final de altísimo nivel, demostrando que pueden competir y ganar bajo presión.
La imagen de los dos campeones durmiendo con el trofeo no solo es emotiva, sino que también refleja la humildad y la pasión que caracterizan a estos deportistas. No se trata de una pose para las cámaras, sino de un momento íntimo, auténtico, que captura la esencia de lo que significa ser campeón: el sueño cumplido, la recompensa al esfuerzo, la conexión con el trofeo como símbolo de sacrificio y gloria.
En un deporte que sigue creciendo a pasos agigantados, Galán y Chingotto no solo están escribiendo su propia historia, sino que también están elevando el perfil del pádel en el panorama internacional. Su triunfo en Kuwait y su gesto posterior los convierten en embajadores de una nueva era, donde el pádel no solo es un deporte popular, sino también un deporte de élite, con campeones que comparten escenario con los mejores del mundo.
La pregunta ahora no es si merecen estar en esa mesa, sino cuántos más títulos añadirán a su legado. Porque si hay algo que demuestra esta imagen, es que los sueños se cumplen, y a veces, hasta duermen contigo.