El Madison Square Garden presenció una noche de esas que pasan a la historia de la franquicia neoyorquina. Los New York Knicks superaron a los Atlanta Hawks en un desenlace trepidante que se definió en los minutos finales gracias a una actuación estelar de OG Anunoby y Jalen Brunson. El encuentro, correspondiente a la temporada regular 2024-25 de la NBA, dejó un marcador final de 112-108 a favor de los locales.
El partido llegó a su último cuarto con un marcador ajustado que presagiaba el drama posterior. Los Hawks, comandados por Trae Young, habían dominado buena parte del tercer periodo, pero los Knicks sabían que su fortaleza reside en los momentos de presión. Desde el banquillo, Tom Thibodeau preparó a su equipo para una defensa asfixiante que cambiaría el rumbo del encuentro.
Los primeros minutos del cuarto final fueron un intercambio de golpes constante. Onyeka Okongwu sorprendió a la defensa neoyorquina con un triple asistido por Trae Young, estableciendo una ventaja de 5 puntos para los visitantes. La respuesta no se hizo esperar: Jalen Brunson, con su característica frialdad, anotó una bandeja en transición que recortó distancias. La tensión era palpable en cada posesión.
La defensa de los Knicks comenzó a apretar en el momento decisivo. OG Anunoby, conocido por su versatilidad defensiva, protagonizó una secuencia determinante. Primero, robó el balón a Trae Young en una jugada que desató la euforia de la grada. Posteriormente, fue víctima de una falta de Nickeil Alexander-Walker, lo que le llevó a la línea de tiros libres. Con 2 de 2 anotados, los Knicks se acercaron a un solo punto de desventaja.
El banquillo de los Hawks no se quedó quieto. Quin Snyder solicitó tiempo muerto para reorganizar su ataque, pero la dinámica ya había cambiado. La entrada de Karl-Anthony Towns y Mikal Bridges aportó frescura a la rotación neoyorquina, mientras que Atlanta apostaba por mantener a su quinteto estelar en pista.
Un momento clave llegó cuando Tyler Kolek cometió una falta sobre Trae Young, quien anotó ambos tiros libres para dar aire a su equipo. Sin embargo, la ventaja duró poco. Jalen Brunson, desde el perímetro, clavó un triple que empató el encuentro a 98 puntos con 4 minutos por jugar. El base de los Knicks demostró una vez más por qué es el líder indiscutible de este equipo.
La batalla en la pintura se intensificó. Mitchell Robinson, tras sustituir a Towns, dominó el rebote defensivo y dio segundas oportunidades a su equipo. Por su parte, Dyson Daniels y Jalen Johnson de los Hawks intentaron contrarrestar con velocidad y transiciones rápidas, pero la defensa neoyorquina estaba en modo playoff.
OG Anunoby volvió a ser protagonista con una bandeja asistida por Tyler Kolek que puso a los Knicks por delante por primera vez en el cuarto. La jugada completó una serie de 8-0 que rompió el marcador. Los Hawks, presionados por el reloj y la defensa, comenzaron a forzar lanzamientos. Vit Krejci y Jordan Clarkson fallaron desde el perímetro, mientras que los rebotes ofensivos de los Knicks castigaban cada error visitante.
Los últimos 60 segundos fueron una lección de eficacia en tiros libres. OG Anunoby, con 4 lanzamientos consecutivos sin fallo, mantuvo a los Knicks con una ventaja de 4 puntos. Aunque Trae Young respondió con sus propios tiros libres, el tiempo jugaba a favor de los locales. Una última falta de Onyeka Okongwu sobre Anunoby selló el destino del partido.
El banquillo de los Knicks explotó de alegría cuando la bocina final sonó. La victoria significó la cuarta consecutiva para los neoyorquinos, consolidándolos en la parte alta de la Conferencia Este. Por su parte, los Hawks vieron cortada una racha de tres victorias seguidas y se quedaron a medio camino de la zona de playoffs.
Estadísticamente, Jalen Brunson finalizó con 28 puntos, 7 asistencias y 5 rebotes, liderando el ataque neoyorquino. OG Anunoby aportó 22 puntos, siendo impecable desde la línea de tiros libres en los momentos decisivos. Karl-Anthony Towns sumó un doble-doble de 18 puntos y 12 rebotes, dominando la pintura.
En el bando visitante, Trae Young anotó 26 puntos y repartió 10 asistencias, pero sus 5 pérdidas de balón resultaron costosas. Nickeil Alexander-Walker aportó 15 puntos desde el banquillo, mientras que Jalen Johnson mostró su potencial con 12 puntos y 8 rebotes.
La clave del triunfo residió en la defensa de los Knicks en el último cuarto, donde limitaron a los Hawks a un 35% de acierto en tiros de campo. Además, los 15 puntos de segunda oportunidad anotados por los locales resultaron decisivos en un partido tan igualado.
Con esta victoria, los Knicks mejoran su récord a 38-22 y se consolidan en el cuarto puesto del Este, mientras que los Hawks caen a 31-29, a 3 juegos de la zona de play-in. El calendario no da tregua: los neoyorquinos visitarán a Milwaukee el viernes, mientras que Atlanta recibirá a Miami en un duelo de implicaciones directas para la clasificación.
El mensaje está claro: los Knicks han construido un equipo capaz de ganar los partidos cerrados, con líderes que asumen responsabilidades y una defensa que aparece cuando más se necesita. En la NBA de 2025, eso es sinónimo de contender.