La mañana del 22 de diciembre de 2025 quedará grabada en la memoria de miles de españoles tras el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad, que repartió más de 2.500 millones de euros en premios. En esta edición, la fortuna sonrió con especial generosidad a la Comunidad de Madrid y a la provincia de Alicante, convirtiéndose en los principales protagonistas de una jornada marcada por la emoción y los datos históricos.
El número 79.432 portó la máxima alegría al barrio madrileño de La Elipa, donde la Asociación Isegoría, un espacio de socioeconomía, arte y cultura, acertó el Gordo. Los responsables de esta entidad adquirieron los décimos en la administración de la calle Ricardo Ortiz y los fraccionaron en 740 participaciones de cuatro euros cada una, multiplicando así la ilusión entre socios y colaboradores. José Iglesias, representante de Isegoría, confesó a EFE tener un presentimiento sobre la terminación en dos, algo que no ocurría desde 1990. "Esther, la lotera, me mostró el décimo, nos gustó a los dos y lo compramos", relató entre sonrisas.
El segundo premio, dotado con 125.000 euros al décimo, recaló íntegramente en la calle Barquillo de Madrid. Esta céntrica vía se convirtió en epicentro de la celebración, donde los agraciados podrán hacerse con una sustanciosa cantidad que, para muchos, llega en el momento perfecto. La capital española no se quedó ahí: también acogió varios terceros, cuartos y quintos premios, consolidándose como una de las grandes beneficiadas del sorteo.
En la provincia de Alicante, la alegría llegó de la mano del número 90693, agraciado con el tercer premio. La administración número 30, ubicada en el centro comercial Garden de Playa de San Juan, vendió veinte series de este número. Su responsable, Roberto González, aún no asimilaba la noticia minutos después del sorteo: "Esto es increíble, estoy más nervioso yo que los que han ganado 50.000 euros por décimo". González explicó que el número se agotó en julio y estaba muy repartido entre clientes habituales, expresando su deseo de que la fortuna llegara a quienes realmente la necesitaban.
El tercer premio también dejó rastro en otras localidades alicantinas como la plaza de Luceros, Benidorm, Onil y Torrevieja, extendiendo la celebración por toda la geografía provincial. Esta dispersión de la suerte es una de las características más entrañables de la Lotería de Navidad, que consigue que miles de personas compartan la ilusión sin importar el lugar de residencia.
Una de las curiosidades más destacadas de esta edición fue la terminación en dos del Gordo, algo inédito en las últimas tres décadas y medio. El reintegro correspondiente fue el dos, una de las cifras menos habituales en la historia del sorteo, que solo ha aparecido en trece ocasiones. El número uno, con ocho apariciones, es el único que ha salido menos veces. Por el contrario, el 42 nunca ha sido el último dígito del premio mayor.
El sorteo, que duró más de cuatro horas, mostró un claro predominio del siete en los premios mayores, con numerosos números altos premiados. Esta distribución equilibrada entre cifras altas y bajas mantuvo la tensión durante toda la mañana, tanto en el Teatro Real como en los hogares de toda España.
Más allá de Madrid y Alicante, el Gordo también dejó su huella en La Bañeza, localidad leonesa de 11.000 habitantes. El Bañeza Fútbol Club, equipo que milita en Primera Regional de Castilla y León, vendió participaciones que resultaron agraciadas. Su presidente, Gonzalo Prieto, acabó siendo manteado en el campo de juego y bromeó con que "si Vinicius está a disgusto, nosotros lo compramos", en una clara referencia al actual contexto futbolístico.
La jornada estuvo marcada por las reacciones espontáneas y la emoción desbordada. Desde los administradores de lotería, que viven con intensidad cada sorteo, hasta los agraciados que descubren de repente que su vida da un giro inesperado. La Lotería de Navidad sigue siendo, más que un juego de azar, un ritual colectivo que une a españoles de todas las edades y condiciones.
En resumen, el Sorteo Extraordinario de Navidad 2025 ha vuelto a cumplir su cometido: repartir ilusión, generar esperanza y crear historias que se contarán durante generaciones. Tanto en los barrios de Madrid como en las playas de Alicante, la suerte ha sonreído a muchos, demostrando una vez más que la Navidad es, sobre todo, tiempo de sorpresas y alegrías compartidas.