La mañana del domingo ha amanecido con una escena que se repite cada año, pero que nunca pierde intensidad. Desde las primeras horas, las inmediaciones del Ayuntamiento de Cádiz se han convertido en el epicentro de una auténtica fiebre carnavalesca. La razón: la puesta a la venta de las entradas para las preliminares del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas (COAC) 2026. El anuncio oficial, difundido a primera hora, ha desencadenado una avalancha humana que ha colapsado la céntrica calle San Juan de Dios.
La decisión municipal de mantener la venta exclusivamente en taquilla física, lejos de las plataformas digitales, ha vuelto a demostrar su efectividad para priorizar a los vecinos de la ciudad. Este sistema, instaurado hace varios años, busca evitar la especulación y garantizar que los gaditanos tengan un acceso directo y justo a uno de los eventos culturales más emblemáticos de la ciudad. No obstante, la popularidad del certamen trasciende fronteras autonómicas, atrayendo a devotos del carnaval de todo el territorio nacional.
Los testimonios recogidos entre la multitud reflejan el nivel de dedicación de los aficionados. «Hemos llegado corriendo en taxi a las ocho de la mañana, con los ojos todavía pegados», reconocía una de las primeras personas en conseguir localidades, visiblemente emocionada por haber asegurado sus pases para cuatro jornadas diferentes. La estrategia de madrugar ha sido clave para muchos, ya que las entradas más codiciadas vuelan en cuestión de minutos.
Otro comprador compartía la experiencia colectiva: «Mis amigos me han llamado por teléfono y hemos venido todos juntos, avisándonos unos a otros. No te imaginas el sprint final que hemos hecho». La carrera contra el tiempo y la competencia amistosa se han convertido en un ritual más del carnaval, donde la ilusión por presenciar las actuaciones de las agrupaciones se palpa en el ambiente.
El caso más llamativo ha sido el de un joven originario de Córdoba pero residente en Barcelona, que no ha dudado en planificar su desplazamiento con semanas de antelación. «He reservado varios apartamentos para diferentes fines de semana porque no sabía la fecha exacta de la venta», explicaba. Su determinación le ha valido para hacerse con entradas para los espectáculos de Martínez Ares, Gago y Los Calaíta, tres de las formaciones más aclamadas del certamen. Esta historia ilustra el magnetismo que ejerce el Carnaval de Cádiz más allá de Andalucía.
La delegada municipal de Fiestas, Beatriz Gandullo, ha realizado una valoración «muy positiva» del proceso, destacando que «se ha priorizado al público gaditano» en todo momento. Durante su intervención, Gandullo ha subrayado que «todo el desarrollo de la venta ha transcurrido con total normalidad, a pesar de la gran afluencia registrada». La política ha reafirmado el compromiso del equipo de gobierno con este modelo de distribución: «Mientras haya personas esperando en la cola, seguiremos atendiendo en taquilla. Una vez satisfecha esta demanda, activaremos la venta online como se hace tradicionalmente».
El mensaje institucional ha hecho hincapié en el carácter popular y accesible del evento. «En estas fechas navideñas es el momento perfecto para regalar coplas, regalar carnaval, regalar cultura», ha manifestado Gandullo, quien ha remarcado que «el Carnaval de Cádiz es, ante todo, para su gente». Esta filosofía guía las políticas de gestión del certamen, que busca equilibrar la masiva demanda con la preservación de la esencia local.
Respecto a las tarifas, la Delegación de Fiestas ha confirmado que los precios se mantienen sin cambios respecto a la pasada edición. Las localidades más cercanas al escenario, como Butaca, Palco Platea y Palco Principal, tienen un coste de 30 euros. Las zonas de Palco Segundo y Delantero Anfiteatro se sitúan en 25 euros, mientras que el Anfiteatro general cuesta 20 euros. La opción más económica es el Paraíso, con entradas a 15 euros, garantizando así un rango de precios para todos los bolsillos.
Las restricciones de compra también siguen vigentes: un máximo de dos entradas por persona, siendo obligatorio que una sea para el propio comprador, y un límite de siete sesiones por transacción. Esta normativa busca evitar la reventa y permitir que el mayor número de aficionados pueda disfrutar del concurso. La taquilla únicamente acepta pagos en efectivo y tarjeta, agilizando el proceso para los ciudadanos.
La expectativa generada por estas preliminares anticipa un COAC 2026 de récord. Las agrupaciones locales ultiman sus pases de presentación, los aficionados ya tienen sus entradas guardadas como oro en paño, y la ciudad respira ese ambiente único que precede a las galas del Falla. La combinación de tradición, pasión y gestión municipal efectiva vuelve a demostrar que el carnaval gaditano es mucho más que un simple concurso: es un fenómeno social que moviliza a generaciones enteras.
Con la venta física prácticamente agotada en cuestión de horas, la atención se centra ahora en la apertura de la venta online, donde cientos de personas que no han podido desplazarse hasta Cádiz tendrán su segunda oportunidad. El éxito rotundo de esta jornada confirma que, pase lo que pase, el carnaval seguirá siendo el motor cultural y emocional de una ciudad que vive y siente cada copla como propia.