Mercedes-AMG desvela su eléctrico de 1.360 CV con Brad Pitt y George Russell

El fabricante alemán estrena su plataforma AMG.EA con un superdeportivo de cuatro puertas que promete revolucionar el segmento eléctrico de altas prestaciones

Mercedes-AMG ha decidido dar un golpe sobre la mesa en el competitivo mundo de la automoción eléctrica de altas prestaciones. La división deportiva de la marca alemana ha escogido el escenario más deslumbrante posible -Las Vegas- y a dos protagonistas de excepción -el actor Brad Pitt y el piloto de Fórmula 1 George Russell- para presentar al mundo su próximo buque insignia: el nuevo Mercedes-AMG GT 4-Door Coupé 100% eléctrico. Este modelo no solo representa una evolución en la gama, sino que inaugura la revolucionaria arquitectura AMG.EA, la base sobre la que se construirán los superdeportivos eléctricos de la marca durante la próxima década.

El anuncio, grabado en el icónico Caesars Palace y difundido justo tras el Gran Premio de Las Vegas, muestra una secuencia cinematográfica donde Pitt, interpretando a un cliente del hotel, solicita su vehículo en el servicio de aparcacoches. El empleado consulta una anotación manual que reza 'AMG GT Prototype'. Lo que sigue es una demostración de pura potencia y control: el conductor, nada menos que Russell, piloto oficial del equipo Mercedes-AMG Petronas, ejecuta una serie de maniobras extremas -derrapes, aceleraciones brutales y donuts- dentro del mismo aparcamiento del establecimiento.

Esta puesta en escena no es casual. La firma alemana busca generar un impacto mediático que trascienda el ámbito puramente automovilístico, apelando a la cultura popular y al mundo del espectáculo. La elección de Pitt, una estrella de Hollywood con innegable carisma, junto a Russell, uno de los pilotos más prometedores de la parrilla actual, crea un puente perfecto entre el lujo, la velocidad y la excelencia técnica. Es una estrategia de marketing que busca humanizar la tecnología y hacer accesible la excelencia de AMG a un público más amplio.

El contexto: una necesidad de redención

Para comprender la magnitud de este lanzamiento es imprescindible revisar los acontecimientos recientes de la marca. El Mercedes-AMG ONE, el hiperdeportivo híbrido derivado directamente de la tecnología de Fórmula 1, supuso un reto técnico sin precedentes. Su desarrollo se prolongó durante casi diez años, y desde que comenzaron las entregas a clientes, dos unidades se han incendiado, generando serias dudas sobre la fiabilidad del proyecto y poniendo en entredicho la capacidad de la marca para gestionar la complejidad de la tecnología híbrida extrema.

El propio consejero delegado de Mercedes, Ola Källenius, llegó a declarar públicamente: 'Debíamos de estar borrachos cuando lo aprobamos'. Esta frase, lejos de ser un simple comentario jocoso, refleja la complejidad y los costes asociados a un vehículo que, si bien representó una proeza de ingeniería, también se convirtió en un dolor de cabeza para la compañía. El ONE fue un proyecto ambicioso que demostró los límites de trasladar la tecnología de competición directamente a un vehículo de calle.

Ante este panorama, AMG necesitaba un renacimiento. No solo técnico, sino también de imagen. El GT 4-Door Coupé eléctrico llega precisamente para borrar esa sombra y demostrar que la marca puede liderar la transición hacia la movilidad eléctrica sin renunciar a su ADN de alto rendimiento. Es un regreso a las raíces, pero mirando al futuro.

Tecnología de vanguardia: motores de flujo axial y potencia de cuatro cifras

Aunque el prototipo aparece completamente camuflado en el vídeo, Mercedes-AMG ya ha desvelado algunos datos técnicos que sitúan a este modelo en la élite mundial. El vehículo empleará tres motores eléctricos de flujo axial, una tecnología heredada del revolucionario concepto GT XX presentado anteriormente. Esta configuración permitiría alcanzar potencias cercanas a los 1.360 caballos, cifras que lo colocan directamente en la categoría de hipercoche, por encima incluso de muchos modelos exclusivos de marcas especializadas.

Las prestaciones prometen ser brutales: aceleración de 0 a 100 km/h en menos de dos segundos, una marca que solo un puñado de vehículos en el mundo puede ofrecer. Pero más allá de las cifras, lo realmente significativo es que este modelo inaugura la plataforma AMG.EA, una arquitectura específica desarrollada desde cero para los modelos eléctricos de altas prestaciones de la marca. Esta no es una adaptación de bases existentes, sino una creación original que optimiza cada aspecto para el rendimiento máximo.

Los motores de flujo axial representan una ventaja significativa sobre los tradicionales motores de corriente radial. Son más compactos, ligeros y eficientes, lo que permite una distribución óptima de masas y un centro de gravedad notablemente más bajo. Esto se traduce en una dinámica de conducción superior, con una agilidad y precisión que los superdeportivos térmicos difícilmente pueden igualar. Además, la tracción total inteligente puede distribuir el par motor con una precisión milimétrica en cada rueda, maximizando el agarre y la estabilidad en cualquier condición.

El rival a batir: Porsche Taycan

El mensaje implícito de esta presentación es claro: Mercedes-AMG quiere recuperar el liderazgo en el segmento de los superdeportivos eléctricos de gran turismo y plantar cara al Porsche Taycan, el modelo que actualmente domina este nicho. Desde su lanzamiento, el Taycan ha sido la referencia en cuanto a combinación de lujo, prestaciones y viabilidad diaria, convirtiéndose en el adversario a batir para cualquier fabricante que aspire a competir en esta categoría.

Con el GT 4-Door Coupé eléctrico, AMG no solo pretende igualar las prestaciones del Taycan, sino superarlas en todos los aspectos: potencia, aceleración, tecnología y, sobre todo, el factor emocional que siempre ha definido a la marca de Affalterbach. La estrategia es evidente: si Porsche ha establecido el estándar, Mercedes-AMG quiere redefinirlo por completo, aportando su particular filosofía de conducción y lujo.

Una nueva era para AMG

El lanzamiento programado para 2026 marca el inicio de una nueva etapa para la división deportiva. La plataforma AMG.EA será el pilar sobre el que se construirán no solo este GT 4-Door Coupé, sino también futuros modelos eléctricos de la marca, incluyendo posibles sustitutos de otros iconos de la gama. Esta arquitectura modular permitirá desarrollar múltiples variantes, desde berlinas de cuatro puertas hasta cupés puras, manteniendo siempre el más alto nivel de prestaciones.

Este enfoque eléctrico no implica una renuncia al legado de AMG. Por el contrario, la marca argumenta que la electrificación ofrece nuevas posibilidades para exprimir el rendimiento: respuesta instantánea del motor, tracción total inteligente, distribución de par precisa en cada rueda y un silencio que, aunque diferente al rugido de los V8 biturbo tradicionales, puede ser igualmente emocionante. El sonido artificial, cuidadosamente diseñado, busca recrear la sensación acústica que los clientes esperan de un AMG.

La industria automovilística vive un momento de transformación sin precedentes, y las marcas de prestaciones enfrentan el reto de mantener su identidad en un mundo que se aleja progresivamente de la combustión interna. Mercedes-AMG ha optado por una estrategia clara: liderar esa transición desde la vanguardia, con tecnología propia y sin complejos. El mensaje es que el futuro eléctrico no es una limitación, sino una oportunidad para elevar el rendimiento a niveles inimaginables hasta ahora.

Conclusión: expectativas al máximo

La combinación de una campaña publicitaria de alto impacto, una tecnología puntera y la promesa de prestaciones de hipercoche sitúan al nuevo Mercedes-AMG GT 4-Door Coupé eléctrico como uno de los lanzamientos más esperados de los próximos años. La marca alemana ha entendido que en el mercado actual no basta con fabricar un buen producto; es necesario contar una historia que conecte con el público y genere deseo.

Con Brad Pitt y George Russell como embajadores, AMG no solo presenta un coche, sino que vende un sueño: el de una conducción eléctrica sin concesiones, donde la sostenibilidad y el rendimiento extremo no son conceptos contradictorios. Si el producto final cumple incluso la mitad de lo prometido, el panorama de los superdeportivos eléctricos está a punto de cambiar para siempre. La cuenta atrás hacia 2026 ha comenzado, y las expectativas no podrían ser mayores.

Referencias

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