Un fuerte terremoto de magnitud 5,5 ha sacudido el centro de Bangladés este viernes, dejando un saldo trágico de al menos ocho personas fallecidas y más de 100 heridos, según confirmaron fuentes oficiales. El epicentro del sismo se ubicó cerca de la ciudad de Narsingdi, a unos 50 kilómetros de la capital, Daca, y su impacto se extendió hasta la ciudad india de Calcuta, donde también se registraron movimientos sísmicos.
El portavoz del Gobierno interino de Bangladés, Azad Majumder, dio a conocer los datos actualizados durante la mañana, señalando que entre las víctimas se encuentran estudiantes de la Universidad de Daca, trabajadores de fábricas en Gazipur y residentes locales de Narsingdi. La mayoría de las muertes se produjeron como consecuencia del derrumbe parcial de un edificio de ocho plantas en el barrio de Kosaituli, en el corazón de Daca. El revestimiento exterior del inmueble cayó sobre una tienda en la planta baja, atrapando a clientes y transeúntes que pasaban por la zona.
El sismo ocurrió a las 10:08 hora local (04:38 GMT), con una profundidad de apenas 10 kilómetros, lo que intensificó su impacto en la superficie. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el epicentro se localizó a 14 kilómetros al oeste-suroeste de Narsingdi. La baja profundidad del temblor explica por qué fue tan perceptible en una amplia región, incluyendo ciudades como Barisal, Comilla y, más allá de la frontera, Calcuta y otros distritos de Bengala Occidental como Dakshin Dinajpur, Uttar Dinajpur y Cooch Behar.
En las redes sociales, usuarios compartieron videos y fotos que muestran a personas saliendo apresuradamente de sus hogares y oficinas, con muebles tambaleándose y objetos cayendo de estanterías. La reacción inmediata de la población fue de pánico y precaución, con evacuaciones masivas en edificios públicos y comerciales. Las autoridades locales han activado protocolos de emergencia y están evaluando los daños estructurales en edificios, puentes y vías de comunicación.
Bangladés, al igual que otras naciones del sur de Asia, se encuentra en una de las zonas tectónicamente más activas del planeta. Esta región está situada en la convergencia de las placas tectónicas india y euroasiática, lo que genera una actividad sísmica frecuente y, en ocasiones, devastadora. Países como la India, Pakistán y Afganistán también están expuestos a este riesgo natural, y los expertos advierten que la densidad poblacional y la infraestructura urbana en muchas áreas aumentan la vulnerabilidad ante estos eventos.
Curiosamente, apenas unas horas antes del sismo en Bangladés, el mismo Servicio Geológico de Estados Unidos registró otro terremoto, esta vez de magnitud 4,9, en el sur de Afganistán, cerca de Ashkasham, a una profundidad de 110 kilómetros. Aunque este segundo evento fue menos perceptible y no reportó víctimas, subraya la inestabilidad sísmica que afecta a la región en este momento.
Las autoridades bangladesíes han instado a la población a mantener la calma y a seguir las indicaciones de los servicios de emergencia. Se han establecido puntos de atención médica temporal en las zonas más afectadas, y equipos de rescate trabajan para asegurar que no haya personas atrapadas bajo escombros. Además, se ha solicitado a los ciudadanos que eviten entrar en edificios dañados hasta que sean inspeccionados por expertos.
La comunidad internacional ya ha comenzado a expresar su solidaridad. Organizaciones humanitarias como la Cruz Roja y la ONU están evaluando la posibilidad de enviar ayuda técnica y médica si las necesidades lo requieren. Por su parte, el gobierno indio ha ofrecido apoyo logístico y coordinación en caso de que se necesiten recursos adicionales en la frontera.
Este terremoto vuelve a poner de manifiesto la necesidad de reforzar la infraestructura en zonas de alto riesgo sísmico. Expertos en ingeniería y urbanismo han insistido en la importancia de aplicar normas de construcción más estrictas, especialmente en ciudades densamente pobladas como Daca, donde muchos edificios no están diseñados para resistir sismos de esta magnitud.
En los próximos días, se espera que las autoridades publiquen un informe detallado sobre los daños materiales y las medidas de prevención que se implementarán para evitar tragedias similares en el futuro. Mientras tanto, la población sigue en alerta, consciente de que la tierra puede volver a moverse en cualquier momento.
La tragedia también ha generado un debate sobre la preparación ante desastres naturales en países en desarrollo. Aunque Bangladés ha avanzado en sistemas de alerta temprana y evacuación, eventos como este revelan que aún queda mucho por hacer en términos de educación ciudadana, inversión en infraestructura y planificación urbana resiliente.