Comoras y Mali firman tablas en un duelo con VAR de protagonista

El empate a cero deja sin goles un encuentro marcado por la anulación de una roja a Amadou Haidara y las constantes interrupciones arbitrales

La selección de Comoras y su homóloga de Mali no pasaron del empate a cero en un duelo que, más allá del marcador escaso, dejó momentos de tensión y polémica arbitral. El encuentro, correspondiente a la jornada de eliminatorias africanas, finalizó sin goles pero con el VAR como gran protagonista tras la revocación de una tarjeta roja mostrada inicialmente a Amadou Haidara, mediocampista del conjunto maliense.

Desde el pitido inicial, el partido evidenció un claro desequilibrio en el control del balón. Mali, con su tradicional potencia física y organización táctica, asumió el rol de dominador territorial, mientras que Comoras optó por una postura más conservadora, esperando replegada y buscando sorprender a la contra. Esta dinámica se mantuvo durante buena parte de los noventa minutos, aunque la falta de precisión en los metros finales privó a ambos conjuntos de convertir su superioridad circunstancial en ocasiones claras de gol.

El primer tiempo transcurrió sin demasiadas emociones, salvo por la constante interrupción del juego debido a las faltas tácticas. La medular del equipo maliense, comandada por Lassana Coulibaly y Mohamed Camara, intentó imponer su ritmo, pero se encontró con una muralla defensiva comorense bien estructurada. Por su parte, los isleños, liderados por Youssouf M'Changama en la creación, apenas inquietaron la portería rival, limitándose a algunos disparos lejanos sin peligro efectivo.

La segunda mitad, sin embargo, despertó con una secuencia de eventos que dinamitó el ritmo del encuentro. En el minuto 65, una entrada aparentemente dura de Amadou Haidara sobre un rival provocó la reacción instantánea del colegiado, que sacó de inmediato la tarjeta roja. La decisión generó protestas airadas entre los jugadores malienses, quienes rodearon al árbitro para reclamar la dureza de la sanción.

Fue entonces cuando el VAR entró en escena. Tras revisar la jugada en el monitor lateral, el árbitro determinó que la falta no tenía la entidad suficiente para merecer la expulsión y decidió revocar la tarjeta roja, mostrando en su lugar la amarilla al futbolista. Esta decisión, correcta según las imágenes, descongestionó la tensión momentánea pero evidenció la fragilidad de algunos criterios arbitrales en el terreno de juego.

El partido no mejoró en fluidez. Las constantes interrupciones se convirtieron en la tónica dominante. Lassana Coulibaly, Mohamed Camara y Youssouf M'Changama protagonizaron varias de las faltas más duras, lo que provocó que el juego se fracturara en múltiples segmentos. La sensación de falta de continuidad perjudicó especialmente a Mali, que necesitaba espacios para desarrollar su juego de combinación.

En el apartado de ocasiones, los momentos de peligro fueron escasos pero merecen mención. Para Comoras, el disparo de Youssouf M'Changama desde la frontal del área en el minuto 82 rozó el poste derecho de la portería defendida por el guardameta maliense. El centrocampista, uno de los hombres más activos de su equipo, ejecutó una volea con efecto que desvió apenas el balón, generando el suspiro más notable de su afición.

Mali, por su parte, tuvo en Lassine Sinayoko su principal referente ofensivo. El delantero dispuso de dos ocasiones claras: un remate de cabeza en el minuto 58 que se marchó por encima del larguero y un disparo cruzado en el 71 que obligó a una estirada del portero comorense. A pesar de su insistencia, la puntería no acompañó al atacante, que vio frustradas sus aspiraciones de marcar en múltiples ocasiones.

Los cambios tácticos intentaron refrescar el dibujo de ambos equipos. El seleccionador de Comoras introdujo a Youssouf M'Changama y Iyad Mohamed para dar más profundidad a su ataque, mientras que Mali respondió con la entrada de Gaoussou Diarra y Amadou Haidara en un intento de desbordar por las bandas. Sin embargo, las modificaciones no surtieron el efecto deseado, y el partido continuó su curso trabado y sin claridad.

El árbitro añadió cinco minutos de descuento, pero ni siquiera en esa prórroga apareció el gol. Un centro de Faïz Selamani en el último suspiro lo despejó la defensa maliense con apuros, certificando el reparto de puntos definitivo.

El balance final es de frustración compartida. Para Mali, el empate supone dos puntos perdidos ante un rival teóricamente inferior, lo que complica su camino hacia la clasificación. La falta de efectividad en ataque y la vulnerabilidad defensiva mostrada en algunas transiciones son aspectos a corregir de cara a los próximos compromisos.

Comoras, por su parte, suma un valioso punto que refuerza su moral, aunque la sensación de haber podido robar algo más persiste. La solidez defensiva es su principal activo, pero necesita encontrar mayor profundidad ofensiva si quiere competir de tú a tú con selecciones de mayor entidad.

En definitiva, un encuentro que pasará a la historia por su escaso bagaje goleador pero que dejó enseñanzas tácticas y arbitrales de cara al futuro del fútbol africano. El VAR volvió a demostrar su utilidad para corregir errores evidentes, aunque la falta de ritmo y la excesiva interrupción del juego siguen siendo flancos débiles en la aplicación actual del reglamento.

Referencias

Contenido Similar