La NBA ha sido testigo de innumerables hazañas a lo largo de su historia, pero algunos récords estadísticos mantienen un carácter casi mítico. Entre estos, el de mejor porcentaje de acierto en tiros libres durante una temporada regular ocupa un lugar de privilegio, especialmente para los aficionados españoles. Desde 2009, este hito pertenece a José Manuel Calderón, quien estableció una marca que ha resistido el paso del tiempo y los intentos de varios especialistas. Ahora, Kawhi Leonard emerge como el nuevo aspirante a destronar al mítico base de Villanueva de la Serena.
La gesta de Calderón durante la campaña 2008/09 continúa siendo referente de excelencia. Vistiendo la camiseta de los Toronto Raptors, el internacional español transformó 151 de 154 intentos desde la línea de castigo, certificando un espectacular 98,1% de efectividad. Aquel rendimiento no solo consolidó su reputación como uno de los mejores lanzadores de la liga, sino que también generó una expectación considerable en torno a la posibilidad de superar la plusmarca de tiros libres consecutivos, entonces en poder de Michael Williams con 97. Calderón finalmente se detuvo en 87, a diez del récord absoluto, pero su dominio en el porcentaje quedó inscrito para la posteridad.
El valor de esta marca se magnifica cuando se analiza su contexto histórico. Durante más de una década y media, únicamente Malcolm Brogdon ha logrado igualar aquel porcentaje. En 2019, el entonces jugador de los Milwaukee Bucks completó una temporada perfecta desde el punto de vista estadístico con 205 aciertos de 209 intentos, replicando exactamente el 98,1% de Calderón. Sin embargo, el récord de la temporada regular sigue compartido, ya que el español fue el primero en alcanzar esa cifra y lo hizo con menos lanzamientos, lo que añade un matiz de pureza a su logro.
La actual temporada ha situado a Kawhi Leonard en la órbita de este exclusivo club. El jugador franquicia de los Los Angeles Clippers ha exhibido una precisión quirúrgica desde la línea de tiros libres, acumulando 95 aciertos de 97 intentos hasta el momento. Estos números le otorgan un 97,9% de efectividad, situándole a apenas dos décimas del récord compartido. A sus 34 años, Leonard demuestra que la madurez y la técnica refinada pueden mantenerlo entre la élite de la especialidad.
La comparativa entre ambos jugadores revela diferencias significativas en su contexto de juego. Calderón actuaba como base organizador, con un rol secundario en el ataque que le permitía seleccionar con extremo cuidado sus oportunidades de lanzamiento. Su promedio de 2,3 intentos por partido reflejaba una participación moderada pero altamente eficiente. Por contra, Leonard es una estrella ofensiva que genera constantes faltas por su capacidad para atacar el aro. Su media de 5,1 tiros libres por encuentro duplica prácticamente el volumen del español, lo que incrementa exponencialmente la dificultad de mantener tal nivel de precisión.
Este mayor número de intentos convierte la proeza de Leonard en potencialmente más valiosa desde una perspectiva puramente estadística. Mantener un porcentaje cercano al 98% con casi el doble de lanzamientos requiere una consistencia mental y física excepcional, especialmente considerando la presión de los momentos decisivos y el desgaste físico inherente a su rol de líder anotador.
La conexión entre ambos jugadores trasciende lo puramente numérico. Calderón conquistó su único anillo de campeón de la NBA precisamente con los Raptors en 2019, la franquicia donde forjó su legado personal desde el punto de vista de los tiros libres. Leonard, por su parte, lideró a Toronto a ese mismo título, consolidándose como héroe local antes de su marcha a Los Ángeles. Este vínculo compartido con la franquicia canadiense añade una capa de simbolismo al desafío actual, casi como si el destino hubiera querido que el récord del español fuera puesto en jaque precisamente por quien le dio su mayor alegría colectiva en la ciudad donde él brilló individualmente.
Los obstáculos para que Leonard supere la marca son considerables. La temporada regular de la NBA es un maratón de 82 partidos donde la lesión, el descanso programado o simples fluctuaciones de forma pueden afectar la estadística. Un solo partido con varios fallos desde la línea podría descarrilar la aspiración, y el volumen elevado de intentos aumenta el riesgo de que esto ocurra. Además, la presión mediática y la expectativa generada pueden convertirse en un factor psicológico adicional.
Desde el punto de vista matemático, Leonard necesita mantener su ritmo actual durante el resto de la campaña. Si continúa con su promedio de 5,1 intentos por partido y los equipos disputan aproximadamente 25 encuentros más, el alero deberá convertir al menos 128 de 130 lanzamientos para superar el 98,1%. Cualquier desviación por debajo de ese estándar prácticamente imposible le relegaría a compartir o quedarse por debajo del récord.
La importancia de este logro radica en su naturaleza de especialista. Mientras que otros récords dependen de múltiples variables como minutos jugados, oportunidades de equipo o condiciones físicas extremas, el porcentaje de tiros libres es un indicador puro de técnica, concentración y repetibilidad. Calderón dominó esta faceta durante toda su carrera, finalizando con un 87,3% de efectividad global en 14 temporadas, pero fue en 2009 cuando alcanzó su cenit.
Para el baloncesto español, ver a Leonard acercarse a esta marca genera una mezcla de orgullo por el legado de Calderón y curiosidad por ver si alguien puede finalmente superarlo. El récord ha sido durante años un símbolo de excelencia técnica y profesionalismo, valores que Calderón representó en cada equipo que defendió. Su capacidad para mantener la calma en situaciones de presión y su mecánica de lanzamiento impecable le convirtieron en modelo a seguir para generaciones de jugadores.
La temporada de Leonard, más allá de esta particular estadística, refleja su recuperación completa tras las lesiones que limitaron su participación en campañas previas. Su eficiencia desde la línea es solo un aspecto de un rendimiento global que le ha devuelto a la conversación de los mejores jugadores de la liga. Los Clippers, conscientes de su valor, gestionan su minutaje para preservarlo, lo que indirectamente beneficia su precisión al evitar el agotamiento extremo.
La comunidad estadística de la NBA seguirá con lupa cada lanzamiento de Leonard durante los próximos meses. Cada intento se convierte en un evento de interés, cada fallo en una pequeña catástrofe para sus aspiraciones. Este escrutinio es el precio de acercarse a la grandeza, y Leonard ha demostrado a lo largo de su carrera que la presión es su hábitat natural.
Mientras tanto, Calderón disfruta de su retiro habiendo dejado un legado indeleble. Su récord ha resistido 16 años, superando cambios de era, evolución del juego y múltiples especialistas. El hecho de que una estrella del calibre de Leonard sea quien pueda superarlo solo aumenta el prestigio de la marca que estableció. En el mundo del deporte, los récords están hechos para ser rotos, pero los verdaderamente especiales perduran en el tiempo y en la memoria colectiva.
La temporada regular avanza inexorablemente y con ella la respuesta a esta intrigante incógnita. Leonard tiene la oportunidad de inscribir su nombre junto a Brogdon y Calderón en el olimpo de los lanzadores de tiros libres, pero necesitará mantener la frialdad que le ha caracterizado en los momentos decisivos. Para los aficionados al baloncesto, y muy especialmente para los seguidores del deporte en España, cada partido de los Clippers se ha convertido en una cita obligada para presenciar si la historia se reescribe o si el legado del español se consolida aún más.