Benfica y Sporting firman tablas en el derby de Lisboa

El conjunto de Mourinho se queda con un punto en el clásico portugués tras un encuentro con polémica arbitral y una tarjeta roja anulada por el VAR

El Estadio da Luz presenció un nuevo capítulo del intenso rivalry luso cuando Benfica y Sporting de Lisboa se enfrentaron en un duelo que terminó con reparto de puntos. El 1-1 final reflejó la igualdad sobre el terreno de juego, pero dejó un sabor agridulce en las filas locales, que veían alejarse sus opciones de liderato. José Mourinho, técnico del Benfica, no pudo sacar ventaja de su feudo ante un rival combativo y bien organizado.

El encuentro comenzó con el ritmo trepidante que caracteriza a estos duelos. Ambos equipos salieron a por el partido, conscientes de la importancia que tenía en la clasificación. El Sporting, lejos de especular, plantó cara al Benfica desde el pitido inicial, presionando arriba y buscando sorprender a la contra. Por su parte, los de Mourinho intentaban imponer su juego combinativo, con toques rápidos y desplazamientos laterales para desbordar la defensa visitante.

El primer golpe llegó de la mano de Pedro Gonçalves, uno de los hombres referencia del conjunto verde y blanco. El atacante aprovechó una jugada de transición para batir la portería defendida por el Benfica, adelantando a su equipo en el marcador. La celebración de la parroquia sportinguista se hizo notar en las gradas, aunque los locales no tardarían en reaccionar. La respuesta del Benfica fue inmediata, y tras una serie de aproximaciones, Heorhii Sudakov logró el empate con un remate preciso que dejó sin opciones al guardameta rival.

Con el 1-1, el partido entró en una fase de alternativas. El balón pasaba de un área a otra sin que ninguno de los dos contendientes lograra hacerse con el control absoluto del juego. Las imprecisiones en el pase y la intensidad defensiva de ambos equipos provocaban que las ocasiones claras escasearan. El mediocampo se convirtió en un campo de batalla donde cada balón dividido se disputaba con máxima entrega.

La segunda mitad trajo consigo los cambios tácticos habituales. Mourinho movió el banquillo en busca de mayor profundidad, introduciendo a Gianluca Prestianni por Sudakov. La decisión del técnico italiano buscaba desequilibrar por las bandas, pero la jugada no saldría como se esperaba. En una acción aislada, el recién ingresado vio cómo el colegiado le mostraba la tarjeta roja directa, dejando al Benfica con diez hombres en los minutos finales.

El episodio generó una gran controversia. La jugada, que en principio parecía clara, fue revisada por el VAR tras varios minutos de espera. Los asistentes en el cuarto de control analizaron las imágenes desde múltiples ángulos, buscando determinar si realmente existía infracción suficiente para la expulsión. Finalmente, la decisión fue revocada, y Prestianni pudo continuar sobre el césped, algo que desató el alivio en la grada local y las protestas en el banquillo visitante.

Los cambios no cesaron. El Sporting introdujo a Fotis Ioannidis por Luis Suárez, buscando oxigenar su ataque, mientras que el Benfica daba entrada a Franjo Ivanovic por Vangelis Pavlidis. Las modificaciones evidenciaban la necesidad de ambos técnicos de buscar el gol de la victoria, pero también la precaución de no encajar en contraataque.

El partido se volvió físico y disputado. Las faltas se sucedían en el centro del campo, interrumpiendo el ritmo del encuentro. Morten Hjulmand, capitán del Sporting, y Nicolás Otamendi, defensa del Benfica, protagonizaron varios duelos directos que elevaron la tensión del choque. El árbitro tuvo que sacar tarjetas amarillas para controlar las acciones, siendo Iván Fresneda y Maxi Araújo algunos de los amonestados.

En los instantes finales, el Benfica apretó en busca del triunfo. Richard Ríos tuvo la ocasión más clara con un remate desde la frontal que se marchó rozando el poste izquierdo de la meta defendida por el Sporting. La asistencia de Leandro Barreiro había dejado al colombiano solo ante la portería, pero la puntería le falló en el momento decisivo. Los locales reclamaron una mano dentro del área en una acción a balón parado, pero el colegiado no estimó que existiera infracción.

El Sporting también tuvo sus opciones. Geny Catamo, uno de los hombres más activos del conjunto visitante, generó peligro por la banda derecha con sus desbordes. Sin embargo, la falta de acierto en el último pase y la buena posición de la defensa del Benfica evitaron que el balón llegara con claridad a los atacantes. El tiempo añadido, que sumó siete minutos, no sirvió para desnivelar el marcador.

Al final del encuentro, el empate dejó a ambos conjuntos con sensaciones encontradas. Por parte del Benfica, la sensación de haber dejado escapar dos puntos en casa, especialmente tras la polémica de la tarjeta roja y las ocasiones creadas en el tramo final. Mourinho, en la rueda de prensa, mostró su disconformidad con algunas decisiones arbitrales, aunque reconoció que su equipo no estuvo fino en la definición.

El Sporting, por su parte, valoró positivamente el punto conseguido en un campo tan complicado. El empate le permite mantenerse en los puestos altos de la clasificación y demostrar que puede competir de tú a tú contra los grandes. El técnico del conjunto verde y blanco destacó la entrega de sus jugadores y la solidez defensiva mostrada ante uno de los rivales más potentes de la competición.

Con este resultado, el Benfica se queda a cinco puntos del líder, el Oporto, lo que complica sus aspiraciones al título. La derrota del pasado fin de semana sumada a este empate relega a los de Mourinho a una posición de perseguidores que tendrán que remontar en las jornadas venideras. El calendario no les da tregua, y la próxima semana visitarán el campo del Braga en otro duelo directo.

El Sporting, en cambio, se afianza en la tercera plaza, a tres puntos de su rival de este domingo. La regularidad del equipo ha sido su seña de identidad durante toda la temporada, y este punto refuerza la moral de un grupo que aspira a terminar en los puestos de Champions League. La vuelta de algunos lesionados en las próximas fechas podría darle un plus de calidad al conjunto de Ruben Amorim.

El derby de Lisboa volvió a cumplir con las expectativas. El ambiente en las gradas, la intensidad sobre el césped y la polémica arbitral dieron forma a un encuentro vibrante que se quedó en tablas. Aunque el fútbol no entregó un ganador, el espectáculo estuvo asegurado durante los noventa minutos. Los aficionados de ambos equipos tendrán que esperar al próximo enfrentamiento para ver quién se lleva el gato al agua en esta eterna rivalidad.

Referencias

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