La tradición de la NBA en Navidad volvió a cumplirse con un programa de partidos que congrega a millones de espectadores en todo el mundo, y uno de los choques más esperados enfrentaba a dos equipos con necesidades urgentes de victoria: los Golden State Warriors recibían en el Chase Center a los Dallas Mavericks en un duelo de pronóstico incierto que terminó decantándose del lado local por 126-116, aunque el resultado deportivo quedó ensombrecido por una nueva lesión que sacude a la franquicia texana.
La jornada festiva de Navidad en la NBA dejó un amargo sabor para los Dallas Mavericks, que no solo cayeron derrotados por 126-116 ante los Golden State Warriors en el Chase Center, sino que también vieron como su figura estelar, Anthony Davis, abandonaba el parquet por una nueva dolencia física que ensombrece aún más el futuro inmediato del equipo texano y pone en jaque sus ya complicadas aspiraciones en la temporada.
El encuentro, uno de los más destacados del calendario navideño de la liga, estuvo marcado por la intensidad habitual entre ambos conjuntos, pero la acción que protagonizaron Draymond Green y Davis en el segundo periodo terminó siendo el momento definitorio de la noche para los visitantes. El ala-pívot de los Mavericks tuvo que retirarse al vestuario con un problema en la ingle que, de momento, mantiene en vilo a toda la franquicia de Dallas respecto a su gravedad y posible tiempo de recuperación, generando una incertidumbre que planea sobre el vestuario de Jason Kidd y que podría condicionar las decisiones del club en el mercado de fichajes de invierno.
La lesión se suma a una temporada ya de por sí complicada para Davis en el plano físico. El jugador de 31 años solo ha podido participar en 16 de los 32 compromisos que ha disputado su equipo en esta campaña, una estadística que refleja la fragilidad con la que el once de Dallas ha tenido que lidiar desde el inicio del curso. Previamente, se había perdido otros 16 encuentros consecutivos durante el mes de noviembre a causa de una lesión en la pantorrilla, de la que regresó hace aproximadamente cuatro semanas, proporcionando un impulso anímico y deportivo a unos Mavericks que habían arrancado el curso con un balance muy negativo y necesitaban desesperadamente de su estrella para revertir la situación y competir por un puesto en los playoffs de la Conferencia Oeste.
Los Warriors, con un récord de 16-15, supieron aprovechar de inmediato la sensible baja de Davis para tomar las riendas del choque desde el momento mismo en que el jugador abandonó la pista. El conjunto dirigido por Steve Kerr dominó prácticamente todos los aspectos del juego, imponiendo su ritmo ofensivo y fortaleza defensiva, llegando a disfrutar de una ventaja máxima de 17 puntos en el tercer cuarto, una diferencia que resultó insalvable para los visitantes y que les permitió gestionar cómodamente el marcador hasta el final sin demasiados sobresaltos, rotando a sus jugadores clave para preservarlos de cara a la densa agenda de partidos que se avecina en el nuevo año.
En el apartado individual, Stephen Curry lideró el ataque de Golden State con 23 puntos, aunque con un día discreto desde el perímetro (2 de 10 en triples), demostrando una vez más que puede ser decisivo incluso cuando su acierto desde la línea de tres no es el habitual, gracias a su capacidad para crear espacios, liderar al equipo y atraer las defensas rivales. Le acompañaron en la dirección De'Anthony Melton, que aportó 16 puntos con gran eficiencia y acierto en momentos clave, mientras que la nueva incorporación estelar, Jimmy Butler, y el dominicano Al Harford cerraron la lista de máximos anotadores con 14 puntos cada uno. Butler, además, demostró su versatilidad y capacidad para afectar el juego de múltiples formas con 9 asistencias y 7 rebotes, consolidándose como un factor decisivo en el juego colectivo de los californianos y justificando la inversión que el equipo hizo en su contratación durante el mercado de fichajes, convirtiéndose en el segundo líder anímico del grupo.
Por parte de los Mavericks, que se quedan con un balance de 12-20 y se hunden en la parte baja de la clasificación del Oeste, la joven promesa Cooper Flagg, en su primera experiencia en una jornada navideña de la NBA, firmó una actuación espectacular y llena de futuro con 27 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias, mostrando por qué se le considera uno de los rookies más prometedores de su generación y una de las pocas esperanzas de la franquicia para construir un proyecto sólido de cara a las próximas temporadas. El escolta Brandon Williams añadió 26 puntos en una gran labor ofensiva, demostrando su capacidad anotadora y su instinto de liderazgo, mientras que P.J. Washington completó un doble-doble con 14 puntos y 10 capturas bajo los aros, siendo uno de los pocos jugadores de Dallas que mantuvo el nivel durante los 48 minutos y aportó consistencia en ambos lados de la pista, aunque sus esfuerzos resultaron insuficientes para evitar la derrota.
La victoria permite a los Warriors consolidarse en la parte media de la clasificación de la Conferencia Oeste, manteniendo vivas sus opciones de acceder a los puestos de playoff y demostrando que pueden competir contra cualquier rival cuando su juego colectivo funciona y las estrellas secundarias aportan su cuota de calidad. Por el contrario, los Mavericks ven cómo sus aspiraciones se complican cada vez más, no solo por el resultado negativo en un escenario tan especial como el de Navidad, sino por la incertidumbre que genera el estado físico de su máxima estrella y la dependencia que tienen de él para aspirar a algo más que una temporada de transición y reconstrucción, lo que podría acelerar los cambios en la plantilla en las próximas semanas y forzar a la dirección deportiva a buscar refuerzos que puedan suplir sus ausencias.
El calendario no da tregua y los Mavericks deberán afrontar los próximos compromisos sin saber con certeza cuándo podrán contar de nuevo con Davis, mientras que los Warriors afrontan el nuevo año con optimismo renovado tras una victoria que refuerza la moral del grupo.