Urko González de Zárate ha conseguido labrarse un nombre en el competitivo mundo del fútbol profesional español. Con apenas 24 años, este mediocentro nacido en Vitoria-Gasteiz ya acumula una trayectoria de 46 encuentros como futbolista de élite, repartidos entre 38 partidos de Liga, 6 de Copa del Rey y 2 de Europa League. Su historia, lejos de ser un camino de rosas, está marcada por la superación personal y la constancia.
En una reciente entrevista con el diario gasteizhoy, el jugador ha desgranado los hitos de su carrera deportiva, desde sus primeros toques de balón en el patio del colegio San Viator hasta su consolidación como pieza fundamental en el Espanyol, club que le ha fichado hasta 2030 tras una cesión exitosa.
Los inicios en tierra alavesa
La relación de Urko con el fútbol comenzó de forma natural en los recreos de su centro educativo. Mientras cursaba sus estudios en el colegio San Viator, ya mostraba una predisposición evidente por el deporte, combinando diferentes disciplinas según la temporada. Sin embargo, fueron los fines de semana cuando su talento empezó a tomar forma seria, al incorporarse a la escuela del Deportivo Alavés.
La cantera del club babazorro fue su primera experiencia organizada en el fútbol base, una etapa que recuerda con cariño y donde empezó a forjar las bases técnicas y tácticas que posteriormente le definirían como jugador. Fue en categorías benjamines donde dio sus primeros pasos competitivos, compaginando la ilusión infantil con una disciplina que ya presagiaba su futuro profesional.
El salto a Real Sociedad y la dura transición
Con 14 años, llegó el momento decisivo. El joven mediocentro recibió la oportunidad de dar el salto a la cantera de la Real Sociedad, uno de los viveros más prestigiosos del país. Este cambio, sin embargo, conllevó un precio personal elevado. La separación de su entorno familiar y amigos resultó especialmente dura para un adolescente que debía adaptarse a una nueva realidad lejos de su hogar.
"Echaba mucho de menos a mis amigos y a mis padres", reconoció Urko en la entrevista, evidenciando la vulnerabilidad que muchos jóvenes talentos experimentan pero pocos reconocen públicamente. Esta etapa de soledad y añoranza, lejos de minar su carrera, se convirtió en un catalizador de su madurez personal y profesional.
Fue precisamente durante su formación en Zubieta donde la certeza de poder vivir del fútbol empezó a cobrar forma. Entrenando día tras día con los mejores jóvenes promesas del país, entre las que destacaba Barrenetxea, Urko comprendió que su proyección podía ir más allá de lo amateur.
Referentes y apoyo en el camino
El vestuario profesional de la Real Sociedad le brindó la oportunidad de codearse con futbolistas de primer nivel. David Silva y Mikel Merino fueron los jugadores que más le impactaron durante su etapa de formación, sirviendo como modelos a seguir tanto dentro como fuera del terreno de juego. Su técnica, profesionalidad y visión del juego dejaron una huella indeleble en el joven mediocentro.
Sin embargo, el apoyo más significativo llegó de la mano de Guevara cuando consiguió hacerse un hueco en el primer equipo. "Guevara me ayudaba mucho cuando subía al primer equipo", confesó Urko, destacando la importancia de los compañeros veteranos que actúan como mentores para los recién llegados. Esta guía resultó fundamental para su integración y desarrollo en la élite.
El debut en Primera División: un sueño cumplido
El momento culminante de su etapa en la Real Sociedad llegó en 2020. Con apenas 20 años, Urko González de Zárate debutó en Primera División en un encuentro que, por circunstancias externas, resultó atípico. El rival no podía ser más exigente: el Real Madrid. El escenario, Anoeta. La peculiaridad: las gradas vacías debido a las restricciones de la pandemia mundial.
"Estaba nervioso, pero muy contento", reconoció el futbolista, quien a pesar de la tensión del momento disfrutó de cada segundo sobre el césped. Aunque su participación se limitó a unos minutos, la experiencia le supo "a gloria", en sus propias palabras. Ese breve episodio sellaba su entrada oficial en el fútbol de élite, un hito que pocos jugadores consiguen alcanzar.
La cesión al Espanyol: una nueva oportunidad
Tras varias temporadas con participación limitada en el primer equipo de la Real Sociedad, Urko tomó una decisión crucial para su carrera. "En la Real no jugaba mucho y todos queremos jugar", argumentó con claridad y pragmatismo. En enero de 2025, la solución llegó en forma de cesión al Espanyol, club que necesitaba reforzar su medular para asegurar la permanencia en la máxima categoría.
El impacto del mediocentro vasco fue inmediato y contundente. En Cornellà-El Prat, Urko disputó 17 encuentros, 16 de ellos como titular indiscutible, convirtiéndose en uno de los pilares del equipo durante la segunda mitad de la temporada. Su rendimiento fue tan sobresaliente que resultó decisivo para la salvación del conjunto perico, demostrando su valía en la categoría más exigente del fútbol español.
La apuesta definitiva del Espanyol
El club catalán no tardó en reconocer el potencial del jugador. Tras su cesión, el Espanyol ejecutó una apuesta fuerte y decidió hacerse con sus derechos en propiedad, firmando un contrato que une al mediocentro con la entidad hasta 2030. La operación representa un voto de confianza sin paliativos a un futbolista que ha demostrado sobradamente su capacidad para competir a gran nivel.
"La verdad es que estoy muy contento de formar parte del Espanyol y haber tomado esta decisión", manifestó Urko tras hacer oficial el fichaje. Su satisfacción refleja la importancia de encontrar un proyecto deportivo donde el jugador se sienta valorado y con minutos garantizados, algo esencial para su desarrollo en la plenitud de la madurez futbolística.
Adaptación, evolución y presente
El cambio de aires conlleva siempre un periodo de adaptación, pero el mediocentro se muestra satisfecho con su nueva etapa. A nivel deportivo, la regularidad en el once inicial le ha permitido crecer exponencialmente. Jugar cada fin de semana ha potenciado su evolución en aspectos defensivos y tácticos, permitiéndole mostrar su verdadero valor en la zona de creación del juego.
Su rol en el centro del campo se ha consolidado, demostrando una madurez táctica que supera su edad cronológica. La confianza del cuerpo técnico ha sido clave para que su rendimiento alcance el nivel que todos esperaban cuando brillaba en las categorías inferiores de la Real Sociedad.
Manolo González: el técnico ideal
Un factor determinante en su rápida adaptación ha sido la figura de Manolo González, entrenador del Espanyol. Urko no duda en elogiar a su técnico: "Es muy buen entrenador, sabe mucho de fútbol y es muy pasional. Es muy cercano y te dice las cosas como son, y eso un jugador lo valora".
La cercanía y la honestidad del cuerpo técnico resultan fundamentales para la confianza del futbolista. En un mundo donde la comunicación directa y clara no siempre es la norma, la gestión de Manolo González ha permitido que Urko se sienta cómodo y con las ideas claras sobre su rol dentro del equipo.
Consejos para las nuevas generaciones
Para finalizar la entrevista, el mediocentro quiso lanzar un mensaje a todos aquellos jóvenes que sueñan con seguir sus pasos. "Lo más importante es disfrutar jugando", aseguró con contundencia. Según su experiencia, en la etapa juvenil no debe primar la obsesión por llegar, sino el placer de entrenar y competir.
Sin embargo, también fue realista sobre los sacrificios que conlleva la profesión: "Habrá sacrificios … pero si disfrutas del fútbol, se hace con ganas y no molesta". Esta dualidad entre pasión y disciplina representa la clave de su filosofía personal, un equilibrio que le ha permitido superar las adversidades y consolidarse como profesional.
A sus 24 años, Urko González de Zárate encarna el arquetipo del futbolista moderno: técnicamente preparado, mentalmente fuerte y con los pies firmemente sobre la tierra. Su historia demuestra que el éxito no siempre es lineal, pero que con trabajo, humildad y el apoyo adecuado, es posible alcanzar la élite del fútbol español.