El economista barcelonés Marc Ciria ha dado un paso decisivo en su carrera política deportiva al presentar oficialmente su precandidatura a la presidencia del FC Barcelona. El acto, celebrado en un emblemático local del barrio de Les Corts, ha servido como escenario para desvelar su proyecto, bautizado como Moviment 42, y para lanzar un mensaje claro: el club necesita un reinicio urgente.
Con 46 años y una trayectoria profesional en el mundo de la economía, Ciria escogió la Sala Bikini, un espacio cargado de simbolismo para la afición culé, para dar a conocer sus intenciones. Este local, que ha presenciado celebraciones históricas como la consecución de la Champions League de París 2006 y festejos de ídolos como Ronaldinho, se convirtió en el escenario perfecto para que el precandidato expusiera su visión de futuro para la entidad azulgrana.
El nombre de su movimiento, el número 42, no es casual. Ciria explicó que este dígito representa un doble significado: por un lado, hace referencia a la peluquería que regentaba su madre, un negocio familiar que simboliza los valores de trabajo y dedicación; por otro, el próximo presidente del Barça será el cuadragésimo segundo mandatario de la historia del club. Una simbología que busca conectar con la esencia del barcelonismo más cercano y familiar.
Durante su intervención, el precandidato no dudó en criticar la gestión actual y los modelos que, según su opinión, han llevado al club a una situación de estancamiento. "La generación de 2003 está caducada", afirmó tajante, en alusión a los dirigentes que han marcado la última década de la entidad. Para Ciria, el momento de los parches y las soluciones temporales ha terminado, y lo que el Barça necesita es una transformación profunda y estructural.
Una de las propuestas centrales de su programa gira en torno a la figura del socio. El economista prometió devolver a los miembros del club el protagonismo que merecen, asegurando que estarán "presentes en todas las decisiones" y que se convertirán en el verdadero eje sobre el que gire la institución. Una promesa que resuena especialmente en un momento en el que muchos aficionados se sienten alejados de la gestión diaria del equipo.
Las críticas de Ciria no se quedaron en lo teórico. El precandidato compartió su propia experiencia personal, reconociendo que se siente "expulsado" del club, al igual que muchos otros socios. "Llegas y hay problemas para conseguir entradas. No hay grada de animación y las peñas tampoco están", denunció, señalando problemas concretos que afectan a la masa social del Barça. Su propuesta pasa por garantizar el acceso y la participación de los aficionados más comprometidos.
El núcleo de su discurso se apoyó en un conjunto de soluciones concretas que, según afirma, ha venido desarrollando durante los últimos meses. Entre ellas destacan medidas económicas que generarían 110 millones de euros adicionales en las arcas del club, una estrategia digital que incrementaría los ingresos entre 40 y 60 millones anuales, y una reforma legal para proteger la institución "como nunca antes se había hecho". Estas propuestas, que presentó junto a colaboradores como el economista Iván Cabeza, forman parte de un plan más amplio de modernización.
La presencia de figuras como Marc Duch, presidente de Manifest Blaugrana, en el acto de presentación, refuerza la conexión de Ciria con movimientos sociales del entorno barcelonista. El precandidato aprovechó para recordar que, durante el último año, ha estado trabajando en estas soluciones, pero que "no nos escucharon", lo que le ha llevado a dar "un paso valiente" y presentarse oficialmente a las elecciones.
Su trayectoria previa en el mundo del club no es nueva. Ciria ya formó parte de la candidatura de Joan Laporta en 2015, cuando finalmente Josep Maria Bartomeu se alzó con la victoria. Ahora, sin embargo, se presenta como una alternativa independiente, aunque reconoce haber mantenido conversaciones con todos los precandidatos, siendo precisamente con Laporta con quien más ha hablado. Esta experiencia previa le sirve para argumentar que él y su equipo "somos los únicos que hemos aportado soluciones reales y aplicables ahora mismo durante todo este tiempo".
El mensaje de Ciria busca trascender las divisiones tradicionales. "No buscamos trincheras", insistió, mostrando una voluntad de diálogo y consenso que, según dice, contrasta con la política de bloques que ha caracterizado a anteriores procesos electorales. Su objetivo es modernizar lo que ha quedado viejo y caduco, aplicando criterios profesionales y rigurosos a la gestión del club.
Uno de los momentos más emotivos de la presentación llegó con la mención a Leo Messi. Respondiendo a preguntas de los socios recogidas a través de un sistema innovador de cabina telefónica con código QR que conectaba con WhatsApp, Ciria fue claro: el regreso del astro argentino es esencial. "Queremos que nuestras leyendas no tengan que volver a casa de noche", expresó, en una frase que resume su deseo de que los ídolos del club vuelvan a sentirse parte de la familia barcelonista.
Esta referencia a Messi no es solo una declaración de intenciones, sino que forma parte de una visión más amplia sobre cómo debe gestionarse el legado del club. Ciria quiere que el Barça vuelva a ser un lugar donde las leyendas se sientan valoradas y tengan un papel relevante, evitando despedidas nocturnas y silenciosas como la que se produjo con el diez.
La presentación del Moviment 42 llega en un momento crucial para el club, que enfrenta desafíos deportivos, económicos y sociales. Con Laporta, Font y Vilajoana ya en la carrera, Ciria se posiciona como la cuarta opción confirmada, pero con un discurso que busca diferenciarse por su enfoque técnico y económico, más que por su peso político o mediático.
El precandidato cerró su intervención recordando las palabras de su abuelo cuando, siendo niño, le llevó por primera vez al Camp Nou: "Esto también es tuyo". Un legado generacional que quiere preservar y transmitir a las futuras generaciones de aficionados, asegurando que el modelo de club de sus antepasados no se pierda en la vorágine de la modernidad futbolística.
Con su entrada en la contienda electoral, Marc Ciria apuesta por un cambio de rumbo basado en la profesionalización, la participación social y el retorno a las raíces del barcelonismo. Su propuesta, mezcla de análisis económico y pasión culé, busca convencer a una masa social cansada de promesas vacías y ávida de soluciones tangibles. El Moviment 42 ya está en marcha, y su éxito dependerá de su capacidad para transmitir que, efectivamente, es la hora de reiniciar.