Milan y Sassuolo firman tablas en San Siro

El conjunto rossoneri dominó el encuentro pero la eficiencia visitante dejó los puntos repartidos en la Serie A

El AC Milan no pudo pasar del empate a dos tantos ante un combativo Sassuolo en la jornada liguera disputada en el mítico estadio de San Siro. El encuentro, correspondiente a la competición doméstica italiana, dejó un regusto agridulce para la afición local, que vio cómo su equipo controló los hilos del partido sin conseguir traducir esa superioridad en la consecución de los tres puntos.

Desde el pitido inicial, el conjunto milanista estableció su autoridad sobre el verde. La posesión del balón fue un monopolio rossoneri, con porcentajes que superaron holgadamente el sesenta por ciento durante la mayor parte de los noventa minutos. Este dominio territorial se tradujo en una mayor llegada al área contraria, con numerosas ocasiones claras de gol que, sin embargo, no se materializaron con la contundencia necesaria.

El primer tanto local llegó tras una jugada elaborada por las bandas, donde la velocidad y el desmarque crearon el espacio necesario para batir la portería defendida por el meta visitante. El gol desató la euforia en las gradas, pero esa alegría duró poco en el tiempo. El Sassuolo, lejos de descomponerse, mostró su carácter competitivo y aprovechó su primera aproximación seria para establecer el empate en el marcador.

La réplica sassuolista evidenció la principal carencia del Milan durante el desarrollo del choque: la falta de efectividad defensiva en momentos puntuales. A pesar de que el equipo de casa generaba un volumen de juego considerable, los espacios que dejaba atrás eran explotados por un rival directo y sin complejos. Los contraataques visitantes, aunque esporádicos, resultaron letales y pusieron en jaque la solidez trasera milanista.

Antes del descanso, el Milan volvió a adelantarse mediante una acción a balón parado que aprovechó la superioridad física de sus jugadores en el área. El tanto parecía encaminar el duelo hacia una victoria cómoda, pero la segunda mitad volvió a dibujar el mismo guion. El conjunto local creó, pero falló. El visitante aguantó, y castigó.

A quince minutos del final, una pérdida en zona de creación milanista permitió al Sassuolo lanzar una transición rápida que desembocó en el definitivo dos a dos. La jugada, ejecutada con precisión quirúrgica, dejó sin opción al guardameta rossoneri y sentenció el reparto de puntos.

El análisis estadístico del encuentro refleja una paradoja futbolística. El Milan finalizó con más de veinte remates, de los cuales al menos siete fueron entre los tres palos, mientras que el Sassuolo apenas llegó a la decena de disparos. Sin embargo, la efectividad goleadora del conjunto visitante superó con creces la del equipo local, que vio cómo su portero debió batirse en retirada en dos de las tres ocasiones claras que concedió.

Este resultado deja al Milan en una posición incómoda en la tabla clasificatoria. A estas alturas de la temporada, cada punto perdido en casa ante rivales teóricamente asequibles complica las aspiraciones a los puestos de privilegio. La competencia en la cúpula de la Serie A es feroz, y los tropiezos en San Siro pueden resultar determinantes de cara a la consecución de objetivos europeos.

Para el Sassuolo, el punto sabe a gloria. Salir indemne de uno de los feudos más intimidatorios del calcio italiano refuerza la moral de un plantel que lucha por consolidarse en la máxima categoría. La capacidad de sufrimiento y la eficiencia en las áreas son valores que el cuerpo técnico sabrá explotar en futuros compromisos.

El técnico milanista tendrá trabajo en las próximas sesiones de entrenamiento. La revisión de los mecanismos defensivos ante transiciones rivales será prioritaria, al igual que la definición en ataque. No basta con generar ocasiones si no se concreta con regularidad. El fútbol moderno premia la efectividad por encima del mero dominio territorial.

La afición, pese al desenlace decepcionante, reconoció el esfuerzo de sus jugadores. Los cánticos no cesaron en ningún momento, pero la exigencia de San Siro es máxima. Los empates en casa no se valoran cuando se aspira a lo más alto.

El calendario no da tregua. El Milan deberá reponerse rápidamente de esta piedra en el zapato para afrontar los próximos desafíos con la concentración necesaria. La regularidad es la clave en una liga tan competitiva como la italiana, y los errores se pagan caros.

El Sassuolo, por su parte, viaja de vuelta con la satisfacción del deber cumplido. Haber mantenido la compostura en un escenario tan hostil habla bien a las claras de la madurez del grupo. La temporada es larga, pero este punto puede marcar un antes y un después en la dinámica del equipo.

En definitiva, el fútbol volvió a demostrar que no siempre gana el mejor en el papel. El dominio no garantiza la victoria, y la eficiencia puede ser más valiosa que el espectáculo. El Milan deberá aprender de este tropiezo si quiere mantenerse en la lucha por los títulos. El Sassuolo, con su punto, ganó confianza y oxígeno en su particular batalla por la permanencia.

Referencias

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