Comparecencia de Robles en comisión de secretos se queda a medias

La ministra de Defensa no pudo responder a los grupos mayoritarios por falta de tiempo. La sesión se reprogramó para el 13 de enero.

La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha visto interrumpida este martes su comparecencia ante la comisión de gastos reservados del Congreso de los Diputados, popularmente conocida como comisión de secretos oficiales. La sesión, que tenía una duración prevista de dos horas, ha concluido sin que los portavoces de los principales grupos parlamentarios pudieran formular sus preguntas, lo que ha generado una notable controversia sobre la transparencia en la gestión de los fondos reservados.

El encuentro estaba programado para las 13:00 horas con el objetivo de que la titular de Defensa explicara el uso que ha hecho de los fondos reservados durante su mandato. Sin embargo, la convocatoria contemplaba un levantamiento obligado a las 15:00 horas, ya que la presidenta de la comisión y del Congreso, Francina Armengol, junto con los portavoces de los grupos, debían asistir a la sesión plenaria de la Cámara Baja.

Además de la rendición de cuentas sobre los gastos reservados, que la ley exige cada seis meses, el orden del día incluía un segundo punto de gran complejidad: la relación del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) con los atentados de las Ramblas de Barcelona y Cambrils en 2017. Esta inclusión respondía a una petición específica de ERC y añadió presión a una agenda ya muy ajustada.

El resultado fue que, una vez cumplidas las dos horas establecidas, los representantes de los cuatro grandes partidos del arco parlamentario —PP, PSOE, Vox y Sumar— no habían tenido oportunidad de intervenir. Fuentes presentes en la sesión confirmaron que la ministra solo tuvo tiempo de realizar su exposición inicial y responder a las intervenciones de formaciones políticas de menor tamaño.

Los grupos que sí lograron participar fueron el Grupo Mixto, representado por Néstor Rego; el PNV, con Maribel Vaquero; EH Bildu, a través de Mertxe Aizpurua; Junts, con Míriam Nogueras; y ERC, que ejerció su portavocía mediante Gabriel Rufián. Estas intervenciones, pese a ser relevantes, dejaron fuera del debate a las principales fuerzas políticas del país.

La situación ha obligado a programar una nueva sesión para el próximo 13 de enero, convirtiendo esta comparecencia en un hecho inédito: una rendición de cuentas a dos tiempos. La ministra de Defensa, que acumula años de retraso en sus obligaciones de transparencia, tendrá que regresar al mismo órgano para completar una tarea que ya debería haberse realizado con regularidad.

Desde que Pedro Sánchez llegó a La Moncloa en 2018, Robles ha sido la responsable política del CNI y de la gestión de los fondos reservados. No obstante, su presencia en la comisión de secretos oficiales ha sido escasa. La primera ocasión fue el 25 de febrero de 2019, en una sesión conjunta con la entonces vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. La segunda comparecencia tuvo lugar el 16 de diciembre de 2022.

Esta escasa asistencia contrasta con la obligación legal de comparecer cada seis meses para explicar el destino de los fondos reservados, una herramienta sensible que permite al Gobierno realizar gastos sin tener que justificarlos públicamente por razones de seguridad nacional. La falta de rendición de cuentas periódica ha generado un acumulado de preguntas sin respuesta y ha alimentado las críticas sobre la opacidad en esta materia.

La interrupción de la sesión de este martes ha añadido un nuevo capítulo a esta controversia. La inclusión de un segundo tema tan complejo como la relación del CNI con los atentados yihadistas de 2017, sumado a la limitación temporal impuesta por el Pleno del Congreso, ha dejado a los principales grupos políticos sin la posibilidad de ejercer su labor de control.

El PP, a través de su portavoz Ester Muñoz; el PSOE, con Patxi López; Vox, representado por Pepa Millán; y Sumar, con Enrique Santiago, se quedaron sin poder cuestionar a la ministra sobre el uso de fondos que, aunque secretos por naturaleza, deben rendir cuentas ante la soberanía nacional.

Este incidente pone de manifiesto las dificultades de coordinación entre los diferentes órganos del Parlamento y el Ejecutivo, así como la tensión entre la necesidad de transparencia y las restricciones de seguridad nacional. La decisión de incluir un tema adicional sin ajustar el tiempo disponible ha sido cuestionada por varios sectores políticos.

La nueva cita del 13 de enero se presenta como una oportunidad para que Robles complete su exposición y responda finalmente a las preguntas pendientes. Sin embargo, también plantea interrogantes sobre la planificación de estas sesiones y la prioridad que se da al control parlamentario sobre asuntos de inteligencia y seguridad.

El uso de fondos reservados siempre ha sido un tema delicado en cualquier democracia. En España, la Ley de Secretos Oficiales establece mecanismos de control para garantizar que su utilización sea adecuada y proporcionada. La comparecencia ante la comisión especializada es el principal instrumento para que el Congreso ejerza esta supervisión.

La situación generada este martes en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo refuerza la percepción de que estos mecanismos de control no siempre funcionan con la eficacia deseada. La falta de tiempo, la acumulación de temas y la escasa asistencia histórica de la ministra han creado un contexto de opacidad que dificulta la labor de fiscalización.

Los grupos parlamentarios afectados han mostrado su malestar por la situación. Consideran que la ciudadanía tiene derecho a conocer, a través de sus representantes, cómo se gestionan los recursos públicos destinados a gastos reservados, siempre dentro de los límites que la seguridad nacional exige.

La ministra de Defensa ahora deberá prepararse para una segunda ronda de preguntas que, previsiblemente, serán más intensas y detalladas tras la espera forzosa. Los portavoces de los grandes partidos tendrán en sus manos la oportunidad de profundizar en aspectos que no se han podido tocar en esta primera sesión incompleta.

Mientras tanto, la oposición ha aprovechado el incidente para reiterar sus críticas al Gobierno sobre la falta de transparencia. El hecho de que la sesión se levantara sin que los principales grupos pudieran intervenir les proporciona un argumento adicional para cuestionar el compromiso del Ejecutivo con el control democrático.

La comisión de secretos oficiales, cuyos miembros tienen acceso a información clasificada, juega un papel fundamental en el equilibrio entre seguridad y transparencia. Su correcto funcionamiento es esencial para que el Congreso pueda cumplir con su función de control sin comprometer operaciones sensibles.

El episodio de este martes servirá, probablemente, como referente para futuras convocatorias. La necesidad de planificar adecuadamente el tiempo, evitar la acumulación de temas complejos y garantizar la participación de todos los grupos será un punto a mejorar en próximas sesiones.

La ciudadanía, que finalmente financia estos gastos a través de sus impuestos, espera que el mecanismo de control funcione eficazmente. La rendición de cuentas, aunque parcial y con retraso, es preferible a la ausencia total de información, pero la situación actual dista de ser óptima.

Con la nueva cita del 13 de enero en el horizonte, todos los ojos estarán puestos en cómo se desarrollará la segunda parte de esta comparecencia sin precedentes. La ministra tendrá la oportunidad de demostrar su compromiso con la transparencia y de responder a las preguntas que este martes quedaron en el aire.

Referencias

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