El delantero galo del Atlético de Madrid, Antoine Griezmann, afronta un nuevo capítulo en su dilatada trayectoria con el club rojiblanco. Este sábado 6 de diciembre, los hombres de Diego Pablo Simeone visitan San Mamés para medirse al Athletic de Bilbao en un duelo que, para el francés, trasciende lo meramente deportivo.
El estadio bilbaíno representa un escenario cargado de simbolismo para el atacante. Fue precisamente en este feudo donde Griezmann inscribió su nombre con letras de oro en la historia atlética al anotar su primer triplete con la camiseta colchonera. Aquel encuentro, correspondiente a la temporada 2014/15, terminó con un contundente 1-4 favorable a los madrileños y sentó las bases de lo que sería una relación especial entre el futbolista y este rival.
Con un total de 203 tantos defendiendo los colores del Atlético, Griezmann se ha consolidado como el máximo artillero de la entidad. Su capacidad goleadora ha brillado con especial intensidad ante el conjunto vasco, contra el que ha perforado la portería en 14 ocasiones a lo largo de 35 enfrentamientos. Esta cifra le convierte en su víctima predilecta, por delante de otros históricos como el Valencia, al que ha batido 13 veces en 26 partidos.
El historial de hat-tricks del internacional francés con el Atlético alcanza la cifra de cuatro. Tras aquel estreno memorable en San Mamés, tuvo que esperar hasta la campaña 2017/18 para repetir hazaña, esta vez en el Sánchez Pizjuán ante el Sevilla (2-5). Su última tripleta data de la pasada temporada, concretamente en Balaídos frente al Celta de Vigo (0-3).
Más allá de los hat-tricks, la regularidad de Griezmann ante el Athletic resulta asombrosa. En los 31 compromisos de LaLiga disputados contra los bilbaínos, ha firmado 11 dianas y ha servido seis asistencias, participando así en 17 goles. Solo el Valencia supera este registro, con 18 tantos directos (goles más asistencias) en su haber.
La conexión emocional con este rival adquiere matices adicionales cuando se considera su pasado en la Real Sociedad. Formado en las categorías inferiores del club donostiarra, el sentimiento de derby contra el Athletic le aporta una motivación extra que trasciende lo estadístico. Cada duelo contra los vizcaínos representa una oportunidad para demostrar su evolución y reafirmar su status en el fútbol español.
A pesar de no haber mostrado su nivel más estratosférico en los dos últimos compromisos, el rendimiento de Griezmann durante el mes de noviembre ofrece motivos para el optimismo. Anotó un doblete contra el Levante y proporcionó una asistencia decisiva en el duelo de Champions League contra el Inter de Milán. Estas actuaciones demuestran que, pese a no contar con la titularidad asegurada en todos los encuentros, mantiene su olfato goleador intacto.
Los cinco tantos y dos pases de gol cosechados en lo que va de temporada reflejan una contribución significativa pese a la competencia en el ataque colchonero. Su versatilidad táctica y su inteligencia en el movimiento sin balón lo convierten en un activo invaluable para Simeone, especialmente en partidos de máxima exigencia como el que se avecina.
San Mamés se presenta como un escenario propicio para que Griezmann recupere su mejor versión. La grada bilbaína, que tanto le ha visto brillar, será testigo de un nuevo capítulo en esta rivalidad particular. La victoria resulta crucial para las aspiraciones del Atlético en la competición doméstica, y la participación del francés podría resultar determinante.
El último gol de Griezmann en la catedral del fútbol vasco se remonta a la temporada 2022/23, un precedente que alimenta las expectativas de una nueva exhibición. Su capacidad para elevar el nivel en los momentos clave ha sido una constante a lo largo de su carrera, y el contexto actual invita a pensar en una nueva actuación memorable.
La estadística más reveladora quizás sea que el Athletic es el rival al que más veces ha vencido directamente con sus goles. Este dato no solo habla de su efectividad, sino de una especie de conexión casi mística con este tipo de compromisos. Los defensas bilbaínos conocen de sobra su peligrosidad, pero contener su talento sigue siendo una tarea pendiente para muchos.
En el panorama actual del fútbol español, donde la competencia goleadora es feroz, contar con un especialista en derby como Griezmann representa una ventaja competitiva indiscutible. Su experiencia, sumada a su técnica refinada y su visión de juego, lo posicionan como el hombre a seguir en el choque de este sábado.
El reto para el francés no radica únicamente en mantener su racha goleadora, sino en liderar a su equipo hacia una victoria que consolidaría su posición en la zona alta de la tabla. La presión de San Mamés, lejos de intimidarle, parece actuar como catalizador de sus mejores prestaciones.
A medida que se acerca el pitido inicial, la expectativa crece en torno a la posible alineación de Simeone y al papel que Griezmann desempeñará. Su historial habla por sí solo, pero cada partido es una nueva oportunidad para reescribir la historia. En este caso, la suya propia y la de un club que le ha visto crecer hasta convertirse en leyenda.
La clave para el éxito del Atlético en esta contienda probablemente pase por explotar la conexión especial de Griezmann con este rival. Los movimientos en el último tercio del campo, la capacidad de generar espacios y la definición en el área son cualidades que el francés ha perfeccionado precisamente en encuentros de esta magnitud.
Más allá de las cifras y los registros, lo que realmente distingue a Griezmann en estos duelos es su capacidad para interpretar el momento del partido. Sabe cuándo acelerar, cuándo retener el balón y, sobre todo, cuándo aparecer en la zona de remate. Esta sabiduría futbolística, fruto de años de experiencia, es lo que convierte cada aparición suya en un acontecimiento.
El Athletic, consciente de la amenaza que representa, diseñará estrategias específicas para neutralizarle. Sin embargo, la historia demuestra que los intentos por frenarle han sido, en su mayoría, infructuosos. Su movilidad y su inteligencia táctica suelen desbaratar los planes defensivos más elaborados.
Para el aficionado neutral, la presencia de Griezmann garantiza espectáculo. Para el seguidor atlético, representa esperanza. Y para el hincha del Athletic, una amenaza constante que mantiene en vilo a su defensa durante los noventa minutos.
El sábado, todos los focos apuntarán hacia el francés. No solo por lo que ha hecho, sino por lo que puede hacer. En un deporte donde la memoria es corta, Griezmann tiene la oportunidad de volver a demostrar por qué se ha convertido en una pesadilla recurrente para el Athletic de Bilbao.