Málaga y Zaragoza firman tablas en La Rosaleda tras intenso duelo

Dani Gómez anota de penalti y rescata un punto vital para el Real Zaragoza ante un Málaga que dominó pero no concretó

La jornada 17 de LaLiga Hypermotion dejó un intenso duelo en La Rosaleda que finalizó con reparto de puntos entre Málaga y Real Zaragoza. El encuentro, que se desarrolló este lunes bajo los reflectores del histórico estadio andaluz, reflejó las dinámicas contrapuestas de dos conjuntos con objetivos claros en la categoría de plata del fútbol español. Mientras los locales buscaban afianzar su posición en la zona noble, los maños perseguían una victoria que les permitiera respirar en la clasificación.

El partido arrancó con un Málaga decidido a imponer su ritmo desde el primer silbato. Los de Funes Mori plantearon una estrategia basada en el control territorial, con una presión bien estructurada que dificultaba la salida de balón del Zaragoza. Sin embargo, esa posesión no se tradujo en ocasiones claras de gol. Los boquerones circularon el esférico con criterio por las zonas de creación, pero les faltó profundidad y verticalidad en los metros finales. Los centros laterales no encontraron rematador y las combinaciones en zona de tres cuartos chocaron contra una defensa zaragozana bien ordenada.

Por su parte, el Real Zaragoza apostó por la paciencia y el contragolpe. Los de Víctor Fernández, conscientes de la necesidad de sumar lejos del Estadio de la Romareda, se mostraron compactos en defensa y esperaron su momento para sorprender. Esa oportunidad llegó en una acción aislada que cambió el rumbo del encuentro. Insua, en un forcejeo dentro del área, derribó a Recio cuando este intentaba desmarcarse para recibir un servicio. El colegiado no dudó en señalar la pena máxima, una decisión que generó protestas entre los aficionados locales.

Dani Gómez se encargó de transformar el lanzamiento desde los once metros con la frialdad de un veterano. El delantero, que había mostrado una actitud discreta durante los primeros compases, envió el balón al fondo de la red por la escuadra derecha, batiendo a Alfonso Herrero que, a pesar de adivinar la intención, no pudo evitar el gol. Este tanto supuso un punto de inflexión emocional en el encuentro, ya que el Zaragoza se adelantaba en el marcador sin haber generado demasiado peligro hasta ese momento.

La segunda mitad presentó un guion completamente diferente. El Málaga salió con otra actitud, más directo y consciente de la necesidad de empatar cuanto antes. Los cambios del entrenador local dieron más frescura a las bandas, y el equipo comenzó a crear peligro con mayor asiduidad. Larrubia, una de las promesas más interesantes del filial que ha dado el salto al primer equipo, comenzó a hacer estragos por la derecha con su desborde y su visión de juego. Las ocasiones llegaron de forma consecutiva, pero la falta de acierto y la inspiración del portero visitante frustraron los intentos malacitanos.

Precisamente, Alfonso Herrero se convirtió en la gran figura del encuentro. El guardameta zaragozano, que podría haber celebrado su partido número cien con la camiseta de su equipo, respondió con intervenciones de mérito cada vez que su portería se veía amenazada. Sus paradas, especialmente en los minutos finales, evitaron que el Málaga consiguiera la remontada. En una acción memorable, un cabezazo de Lobete impactó en el palo derecho y el rechace cayó en sus brazos por pura intuición. Los aficionados locales, que habían vitoreado a su portero en el centenario, se lamentaban de que no pudiera celebrar esa fecha con victoria.

El final del encuentro estuvo marcado por la polémica. Un lanzamiento de objetos desde la grada provocó la activación del protocolo de seguridad establecido por LaLiga. El árbitro detuvo el juego durante unos minutos y, a través de la megafonía del estadio, advirtió a los espectadores sobre las consecuencias de tales actitudes. Este incidente ensombreció un poco el desarrollo de un partido que, hasta ese momento, había sido intenso pero limpio.

Además, una tangana en el centro del campo derivó en la expulsión de Bakis por parte del colegiado. El jugador zaragozano vio la tarjeta roja directa tras una entrada dura y una posterior reacción que encendió los ánimos entre ambos planteles. Con un hombre menos, el Zaragoza se replegó aún más y aguantó el empate con uñas y dientes.

Los últimos compases fueron un asedio constante al área maña. El Málaga, con todos sus hombres en campo ofensivo, buscó el gol del empate con desesperación. Chu, uno de los hombres más activos del equipo, probó fortuna desde la frontal pero su disparo se marchó rozando el larguero. La sensación de frustración crecía entre los seguidores locales, que veían cómo otra oportunidad de victoria se escapaba entre los dedos.

El empate final refleja la igualdad que hubo sobre el césped, aunque con matices diferentes. Para el Málaga, supone una oportunidad perdida de acercarse a los puestos de promoción. El equipo mostró buenas ideas y dominó buena parte del encuentro, pero la falta de efectividad en ataque y los errores defensivos puntuales le costaron dos puntos valiosos. La sensación en el vestuario local es de frustración, aunque también reconocen que el equipo está en una línea ascendente.

Por el contrario, para el Real Zaragoza este punto sabe a gloria. Conseguir un resultado positivo en uno de los campos más complicados de la categoría, además con un hombre menos durante los minutos finales, habla del carácter del grupo. Dani Gómez, autor del gol, se convirtió en el héroe de la noche para la parroquia maña, que celebró el tanto como si de una victoria se tratara. El equipo suma una jornada más fuera de la zona de descenso y acumula sensaciones positivas de cara a los próximos compromisos.

El calendario no da tregua a ninguno de los dos conjuntos. El Málaga visitará el próximo 14 de diciembre el estadio del Albacete, un rival directo en la lucha por la zona alta. Será una nueva oportunidad para demostrar que el juego desplegado ante el Zaragoza puede traducirse en victorias lejos de La Rosaleda. Los de Funes Mori necesitan empezar a sumar de tres en tres si quieren mantener vivas sus opciones de ascenso.

El Real Zaragoza, por su parte, recibirá en casa al Cádiz el 13 de diciembre. El conjunto andaluz llegará a la Romareda con la necesidad de puntos, lo que promete un duelo igualado y emocionante. Los maños tendrán que afrontar este compromiso sin Bakis, sancionado tras su expulsión, lo que obligará al entrenador a reestructurar el centro del campo.

En definitiva, el Málaga-Zaragoza dejó buenas sensaciones para ambos equipos, aunque con diferentes lecturas. Los locales demostraron que pueden competir con cualquier rival cuando encuentran su ritmo, pero necesitan pulir detalles en la definición. Los visitantes, por su parte, ratificaron que tienen la solidez defensiva y la sangre fría necesarias para sobrevivir en una categoría tan exigente como la Segunda División española. La temporada es larga y este empate puede ser un punto de inflexión para ambos proyectos.

Referencias

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