Marlaska: 'Los migrantes no son un problema'

El ministro del Interior defiende que la migración es un fenómeno estructural y critica a la derecha por vincularla con la delincuencia.

En un acto celebrado en el Ateneo de Madrid dentro del foro Metafuturo 2025, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha reafirmado con contundencia que los migrantes no son un problema, sino parte de un fenómeno global y estructural que requiere enfoques complejos y humanos. Su intervención, en diálogo con la periodista Susanna Griso, ha servido para desmontar mitos y rebatir posiciones políticas que, según él, simplifican una realidad multifacética.

Marlaska ha comenzado su intervención recordando que, aunque la migración se ha convertido en una preocupación social creciente, esa percepción no se corresponde con la realidad objetiva. "La migración nunca fue un problema", ha afirmado, subrayando que se trata de un fenómeno natural y constante en la historia de la humanidad, que debe ser gestionado con inteligencia y empatía, no con miedo o estigmatización.

Uno de los puntos centrales de su discurso ha sido la relación entre migración y criminalidad. El ministro ha utilizado datos oficiales para demostrar que, lejos de aumentar, la delincuencia ha descendido en España a pesar del incremento de la población migrante. "Hace diez años teníamos menos migrantes y, sin embargo, la tasa de criminalidad era mayor", ha señalado. Esta afirmación, respaldada por estadísticas, busca desmontar la narrativa que asocia automáticamente la llegada de personas extranjeras con un aumento de la inseguridad.

Para Marlaska, el verdadero factor que influye en la comisión de delitos no es la nacionalidad, sino la vulnerabilidad social y económica. "La evidencia científica es clara: no existe una correlación directa entre migración y criminalidad. Lo que sí tiene impacto es la exclusión, la pobreza y la falta de oportunidades", ha explicado. Esta perspectiva, basada en estudios sociológicos y criminológicos, invita a repensar las políticas públicas desde una mirada más inclusiva y estructural.

El ministro no ha dudado en criticar duramente a la oposición, especialmente a Santiago Abascal, líder de Vox, por proponer soluciones simplistas como la construcción de muros o deportaciones masivas. "Abascal demuestra su ignorancia al plantear respuestas fáciles para problemas complejos", ha afirmado. Según Marlaska, estas propuestas no solo son ineficaces, sino que además alimentan el odio y la división social.

En este contexto, el titular de Interior ha hecho un llamamiento a la cooperación internacional, especialmente con África. "África ya no es una colonia de Europa. Tenemos la responsabilidad de colaborar en su desarrollo económico y social", ha dicho, insistiendo en que la solución a los flujos migratorios no está en cerrar fronteras, sino en abordar las causas profundas: pobreza, inestabilidad política y cambio climático.

Sin embargo, Marlaska ha reconocido que el reto no es solo de datos o políticas, sino también de percepción. En los últimos meses, ha señalado, se han difundido numerosos bulos en redes sociales que atribuyen crímenes a personas migrantes cuando, en realidad, los autores eran ciudadanos españoles. "Esto no solo es falso, sino peligroso. Afecta a la integridad física y moral de colectivos enteros", ha advertido.

Por ello, ha exigido a las plataformas digitales que asuman su responsabilidad y actúen para frenar la propagación de contenidos que criminalizan a los migrantes. "Necesitamos el compromiso de las plataformas para controlar lo que pueda generar odio o violencia. No se trata de censura, sino de proteger la convivencia", ha concluido.

La intervención de Marlaska en Metafuturo 2025 ha sido un llamado a la racionalidad, la empatía y la cooperación. En un momento en el que el debate migratorio se polariza y se politiza, su mensaje busca devolver la conversación a la evidencia, la ética y la humanidad. La migración, ha reiterado, no es un problema que resolver, sino un fenómeno que gestionar con inteligencia, justicia y solidaridad.

En un mundo cada vez más interconectado, las fronteras no pueden ser la solución. La verdadera seguridad, según el ministro, se construye con oportunidades, no con muros. Y la convivencia, con respeto, no con estereotipos. La tarea, aunque compleja, es urgente y colectiva.

Referencias