En un partido que parecía transcurrir con normalidad, un pequeño descuido de uno de los narradores más reconocidos de la televisión española desató una tormenta de reacciones en las redes sociales. Durante el encuentro entre España y Turquía, válido para la fase de clasificación del Mundial 2026, Juan Carlos Rivero cometió un lapsus que rápidamente se convirtió en tendencia: confundió a Luis de la Fuente, el actual seleccionador nacional, con Iñaki Sáez, ex entrenador de la selección y figura histórica del fútbol español.
El episodio tuvo lugar en el primer cuarto de hora del partido, disputado en La Cartuja de Sevilla. España ya lideraba el marcador gracias a un gol tempranero de Dani Olmo, y la cámara captó a Luis de la Fuente en el banquillo, aplaudiendo con entusiasmo a sus jugadores. Fue en ese instante cuando Rivero, sin darse cuenta del error, comentó: «Aplaude Iñaki Sáez». La confusión fue inmediata y evidente para los espectadores, quienes no tardaron en reaccionar en Twitter, Instagram y TikTok.
La reacción del público fue instantánea. Miles de usuarios compartieron el momento con memes, comentarios ingeniosos y hasta comparaciones entre ambos entrenadores. Algunos destacaron la similitud en la postura o en la expresión facial, mientras otros simplemente se rieron del error, recordando que Rivero es una voz icónica en la narración del fútbol español. Su trayectoria en la televisión pública lo convierte en un referente, lo que hace que cualquier desliz suyo tenga un impacto mayor.
Pero, ¿quién es Iñaki Sáez? Aunque muchos jóvenes no lo recuerden, Sáez es una figura clave en la historia del fútbol español. Con 82 años, fue seleccionador nacional entre 2002 y 2004, dirigiendo a España en 23 partidos oficiales. Su etapa más destacada fue en la Eurocopa de Portugal 2004, donde la selección no logró pasar de la fase de grupos, pero dejó una huella importante en la formación de futuras generaciones.
Antes de su etapa como entrenador, Sáez fue futbolista profesional. Jugó durante doce años en el Athletic Club de Bilbao, además de pasar por el Barakaldo y el San Vicente. Su carrera como jugador no fue tan brillante como su etapa como técnico, pero su experiencia en el campo le dio una perspectiva única para dirigir a los equipos.
Sin embargo, su legado más importante está en las categorías inferiores. En 1999, Sáez lideró a la selección sub-20 en el Mundial de Nigeria, donde España se coronó campeona. Aquel equipo estaba formado por futuras estrellas como Xavi Hernández, Iker Casillas y Carlos Marchena. Además, conquistó el Europeo Sub-21, el Sub-19 y la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000. Su trabajo con las categorías juveniles sentó las bases para el éxito de la selección absoluta en la década siguiente.
Por otro lado, Luis de la Fuente, el entrenador actual, ha logrado un gran reconocimiento en los últimos años. Su estilo de juego, basado en la posesión y la intensidad, ha sido clave para el renacimiento de la selección española. Bajo su dirección, España ha logrado importantes victorias y ha mostrado un fútbol atractivo y competitivo. Su trabajo con las categorías inferiores también ha sido fundamental, ya que muchos de los jugadores actuales pasaron por sus manos en las selecciones juveniles.
El lapsus de Rivero, aunque inesperado, ha servido para recordar la importancia de ambos entrenadores en la historia del fútbol español. Mientras que Sáez es una figura del pasado, con un legado sólido en las categorías inferiores, De la Fuente representa el presente y el futuro de la selección. Ambos han dejado su huella, aunque en épocas diferentes.
En las redes sociales, el error de Rivero se convirtió en un momento de diversión y nostalgia. Muchos usuarios recordaron otros lapsus de narradores famosos, mientras que otros compararon las carreras de ambos entrenadores. Algunos incluso pidieron que Rivero hiciera una disculpa pública, aunque el propio narrador no ha hecho comentarios al respecto.
En resumen, lo que comenzó como un simple error de identificación se convirtió en un fenómeno viral que unió a aficionados de diferentes generaciones. El fútbol, más allá de los goles y las victorias, también se alimenta de estos momentos humanos y espontáneos. Y en este caso, el lapsus de Juan Carlos Rivero no solo divirtió, sino que también sirvió para recordar el legado de dos grandes entrenadores de la selección española.