3I/ATLAS acelera sin gravedad: misterio interestelar

Nuevos datos revelan un aumento de brillo y una aceleración no gravitacional tras su paso por el perihelio. ¿Qué lo impulsa?

El objeto interestelar 3I/ATLAS sigue desafiando las explicaciones convencionales. Tras su paso por el perihelio el 29 de octubre de 2025, nuevos datos del Centro de Planetas Menores y el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA muestran un comportamiento inusual: un aumento de brillo de hasta cinco veces en la banda verde, y una aceleración que no se explica por la gravedad solar.

Este fenómeno, detectado entre el 31 de octubre y el 4 de noviembre, ha sido medido con mayor precisión. Aunque la aceleración no gravitacional se redujo en un tercio respecto a las primeras estimaciones, sigue siendo estadísticamente significativa: 3,7 desviaciones típicas de confianza. Esto descarta que sea un error de medición y apunta a un mecanismo físico real.

La aceleración se observó a 1,38 unidades astronómicas del Sol —unos 206 millones de kilómetros— y se limita al plano orbital del objeto, sin componente perpendicular. Esto sugiere que la fuerza actúa de forma direccional, como si algo empujara al cuerpo desde su superficie.

Para explicar esta aceleración, los científicos recurren a la conservación del momento. Si 3I/ATLAS está expulsando material —como un cometa—, la masa perdida generaría un impulso que lo acelera. Según cálculos, el objeto habría perdido alrededor del 13% de su masa durante su paso por el perihelio, si la velocidad de eyección del gas fuera de unos 300 metros por segundo, valor típico en cometas naturales.

Pero aquí reside el misterio: si la velocidad de expulsión fuera mayor —como en un motor cohete tecnológico—, la pérdida de masa necesaria sería menor. Esto abre la puerta a especulaciones, aunque no hay evidencia de origen artificial. Además, el color azul intenso y el brillo repentino cerca del Sol podrían indicar la presencia de compuestos volátiles o incluso polvo fino, pero aún no se ha identificado su composición exacta.

La comunidad científica sigue analizando los datos. Mientras tanto, 3I/ATLAS se convierte en un caso único: un visitante interestelar que no solo nos recuerda la diversidad del cosmos, sino que también desafía nuestras teorías sobre cómo se comportan los cuerpos en el espacio. ¿Es un cometa exótico? ¿Un objeto tecnológico? Por ahora, la respuesta sigue siendo un enigma fascinante.

Referencias