Un equipo de astrónomos españoles ha conseguido identificar por primera vez volcanes de hielo en erupción en el cometa interestelar 3I/ATLAS, el tercer objeto confirmado que proviene de otro sistema estelar y atraviesa nuestra vecindad planetaria. Esta investigación, liderada desde instalaciones de observación nacionales, confirma que el criovulcanismo —una actividad geológica propia de entornos ultracongelados— no es exclusivo de los cuerpos que orbitan nuestro Sol, sino un proceso que se repite en la galaxia.
El estudio, publicado en el repositorio Arxiv y pendiente de revisión por pares, se basa en un extenso conjunto de observaciones realizadas durante el acercamiento del cometa a nuestra estrella. Josep Maria Trigo Rodríguez, investigador principal del Grupo de asteroides, cometas y meteoritos del Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC) y del Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña (IEEC), coordina el seguimiento científico de este objeto desde su detección.
Trayectoria de un visitante interestelar
El cometa 3I/ATLAS fue detectado el pasado 1 de julio, convirtiéndose en el tercer cuerpo identificado con origen estelar externo, tras los históricos 'Oumuamua y 2I/Borisov. Su órbita hiperbólica lo ha traído hasta nuestra estrella, alcanzando el perihelio —el punto de máxima aproximación al Sol— a finales de octubre. El 19 de diciembre, el objeto alcanzará su distancia mínima respecto a la Tierra, ofreciendo una oportunidad excepcional para su estudio.
"Lo estamos observando prácticamente cada noche en la que las condiciones son óptimas. Precisamente ahora podemos identificar muy bien los diferentes chorros que surgen del núcleo, así como la anticola", detalla Trigo Rodríguez. El equipo científico emplea tres telescopios diferentes, destacando el telescopio robótico Joan Oró del Observatori del Montsec-IEEC, una instalación de referencia en la astronomía automatizada española. Desde su propio observatorio particular ubicado en el Montseny, el investigador catalán ha mantenido un seguimiento continuo durante quince días posteriores al perihelio.
El mecanismo de los volcanes helados
El criovulcanismo detectado en 3I/ATLAS representa una forma exótica de actividad geológica. A diferencia del volcanismo terrestre, donde el magma alcanza temperaturas de miles de grados, estos volcanes helados operan a cientos de grados bajo cero, expulsando sustancias volátiles como agua, amoníaco o metano en estado líquido o gaseoso.
El equipo investigador, completado por Maria Gritsevich y Jürgen Blum, ha propuesto un modelo que explica la energía detrás de estas erupciones. El núcleo del cometa alberga una mezcla de hielo de agua e hidrocarburos que, al sublimarse durante el acercamiento solar, genera un entorno químicamente activo. La interacción entre el agua y compuestos oxidantes como el metanol desencadena una serie de reacciones sobre el hierro y los sulfuros presentes en el núcleo.
Estas reacciones Fischer-Tropsch, conocidas en la industria petroquímica, liberan la energía necesaria para activar potentes géiseres de gas que arrastran consigo fragmentos de hielo, partículas metálicas y polvo cósmico. "Es el tipo de criovulcanismo que cabría esperar de un objeto transneptuniano prístino y helado", enfatiza el científico.
Analogía con los mundos helados
Los objetos transneptunianos son cuerpos que orbitan el Sol más allá de la órbita de Neptuno, en las frías regiones externas del Sistema Solar. Entre ellos figuran planetas enanos helados como Plutón, y otros objetos más pequeños que conservan composiciones primitivas. La similitud entre 3I/ATLAS y estos habitantes lejanos sugiere que el cometa podría representar un ejemplo prístino de los cuerpos que poblan las zonas más frías de los sistemas planetarios.
Esta analogía resulta especialmente relevante porque implica que el cometa interestelar no ha sido significativamente alterado por exposiciones previas a su estrella natal. Su composición y comportamiento reflejarían las condiciones primigenias de su sistema de origen, ofreciendo una ventana única a la formación planetaria en otras estrellas.
Implicaciones científicas
El descubrimiento abre nuevas vías de investigación sobre la evolución de los cuerpos helados en distintos sistemas estelares. La detección de criovulcanismo activo en un objeto interestelar confirma que estos fenómenos no son exclusivos de nuestro Sistema Solar, sino procesos universales que pueden ocurrir en cualquier sistema planetario con objetos congelados.
Además, la identificación de las reacciones Fischer-Tropsch como motor de este vulcanismo helado sugiere que la química orgánica compleja puede desarrollarse en las profundidades de cometas interestelares, potencialmente contribuyendo a la distribución de moléculas prebióticas por el cosmos.
Perspectivas futuras
A medida que 3I/ATLAS se acerca a la Tierra, los astrónomos esperan obtener imágenes aún más detalladas de su núcleo y de los chorros de material que lo rodean. La continua monitorización permitirá validar los modelos propuestos y posiblemente descubrir nuevos aspectos de su comportamiento.
El estudio de este y futuros visitantes interestelares resulta crucial para comprender la diversidad de cuerpos que existen en la galaxia. Cada objeto que cruza nuestra órbita aporta piezas al rompecabezas de la formación y evolución de sistemas planetarios más allá del nuestro.
Para la comunidad científica española, este logro consolida el liderazgo en la observación de objetos menores del Sistema Solar y demuestra la capacidad de las instalaciones nacionales para contribuir a descubrimientos de relevancia mundial. El telescopio Joan Oró, en particular, ha demostrado su valor como herramienta de vanguardia en la astronomía de seguimiento.
El cometa 3I/ATLAS, con sus volcanes de hielo activos, nos recuerda que el cosmos está lleno de mundos helados y activos, muchos de los cuales pueden albergar procesos químicos complejos. A medida que mejoren nuestras capacidades de detección y seguimiento, es probable que descubramos más de estos visitantes interestelares, cada uno con historias únicas que contar sobre su lugar de origen.