La empresaria malagueña Paola Olmedo, quien fuera nuera de Carmen Borrego durante su matrimonio con José María Almoguera, ha decidido alzar la voz ante lo que considera una situación prolongada e injusta. En una conversación mantenida con un reportero de Europa Press en las calles de Madrid, Olmedo ha dejado claro que, aunque no busca confrontación abierta con el clan Campos, tampoco está dispuesta a permanecer en silencio cuando sus derechos se ven afectados. "No voy a pelear, pero me voy a defender", ha manifestado con contundencia, marcando una línea clara en su postura actual.
El contexto de estas declaraciones se remonta a la entrevista que concedió el pasado 19 de diciembre al programa ¡De Viernes!, donde desgranó los obstáculos que están retrasando la firma de su divorcio con José María Almoguera, sobrino de Terelu Campos. Durante esa conversación televisiva, Olmedo desveló dos cuestiones fundamentales que mantienen el proceso en punto muerto. La primera se refiere a una inversión empresarial conjunta que no prosperó. "Ambos habíamos invertido en un negocio que no ha salido bien y ha ido a la quiebra porque yo no he trabajado. Él dice que asume las pérdidas pero su abogado aún no ha mandado los papeles para que yo los firme. Es sencillo, pero no está hecho", explicó la empresaria, mostrando su frustración ante la falta de agilidad en la resolución de este asunto.
La segunda traba, según confesó, radica en una cláusula específica relacionada con su hijo en común, detalle sobre el que no ha profundizado pero que evidentemente representa un punto de desacuerdo significativo entre las partes. Estas revelaciones no sentaron bien en el seno de la familia Campos, conocida por su fuerte unidad y por protegerse mutuamente de la exposición mediática.
La reacción de Carmen Borrego no se hizo esperar. La colaboradora televisiva y madre de José María Almoguera respondió públicamente a las declaraciones de su exnuera, asegurando que no permitiría que se hablara mal de su hijo. Una postura que, curiosamente, Olmedo no solo comprende, sino que comparte. "Como toda madre. Ninguna madre creo yo que va a permitir eso. Lo respeto", ha declarado la empresiana, demostrando una empatía que contrasta con la tensión implícita de la situación.
Borrego también lanzó un recado a Olmedo, recordándole que es la madre de su nieto. Al respecto, Paola ha respondido con rotundidad: "Efectivamente. Que no se olvide nadie que soy la madre de su nieto. Creo que eso va para todos, no solo para mí". Esta afirmación refuerza su posición como progenitora y como parte indispensable en la vida del menor, un aspecto que considera que todos deben tener presente.
Ante las especulaciones que sugieren que José María Almoguera no habría recibido con agrado la entrevista de su exmujer, Olmedo muestra una actitud despreocupada. "Es lo que menos me preocupa. Yo, como siempre digo, no voy a pelear, pero me voy a defender", reitera, dejando claro que su prioridad no es la aprobación de su exmarido ni de su familia, sino resolver su situación legal y personal.
Durante el encuentro con la prensa, el reportero le preguntó si contemplaba la posibilidad de protagonizar un documental sobre su vida o escribir un libro donde detallara su experiencia dentro del clan Campos. La respuesta fue clara y contundente: "No, no voy a hacer nada de eso. Ahora no. No voy a decir nunca lo haré. Pero ahora no". Entre risas, añadió que su vida ha sido tan intensa que daría para "una, dos, tres y cuatro" series, aunque en este momento no tiene intención de explotar mediáticamente su historia personal.
Este tono conciliador pero firme define la estrategia actual de Olmedo. Ha preferido mantener un perfil bajo durante meses, evitando alimentar polémicas innecesarias. Sin embargo, la prolongación del proceso de divorcio y lo que percibe como una falta de diligencia en la resolución de los asuntos pendientes le han llevado a hablar públicamente. "Me he callado muchísimo. Siempre, diría. Siempre porque no me gustan los conflictos. No quiero. Yo prefiero evitarlo", confiesa, reconociendo que su naturaleza pacífica le ha hecho contenerse más de lo que probablemente debiera.
La empresaria malagueña insiste en que su objetivo no es la confrontación mediática, sino la normalización de su vida. El proceso de separación, anunciado en marzo de 2024, ha sido más largo y complejo de lo esperado, pero parece acercarse a su fin. "Se va a firmar. Ya está, por suerte, casi finiquitado. Esperemos que sea antes de febrero, mucho antes. Yo estoy por la labor y él también", ha revelado, mostrando un optimismo cauteloso sobre la resolución inminente.
Esta declaración sugiere que ambas partes han alcanzado un acuerdo preliminar y que solo restan trámites burocráticos para que el divorcio sea una realidad legal. El deseo de Olmedo es que esto ocurra "mucho antes" de febrero, lo que indicaría que las negociaciones han entrado en su fase final y que, al menos en el plano legal, las tensiones podrían disminuir próximamente.
El caso pone de manifiesto las complejidades de las separaciones cuando una de las partes pertenece a una familia mediática tan poderosa como el clan Campos. La exposición pública, las expectativas de la opinión pública y la necesidad de proteger a los hijos complican aún más un proceso que ya es emocionalmente difícil por sí mismo. Paola Olmedo parece haber encontrado un equilibrio entre defender sus intereses y no alimentar la polémica, una postura que, según sus propias palabras, le ha costado mantener debido a su tendencia natural a evitar los conflictos.
La historia de Paola Olmedo dentro del entorno de los Campos ha estado marcada por los altibajos propios de cualquier relación, pero magnificados por la lupa mediática. Su matrimonio con José María Almoguera, la llegada de su hijo y la posterior crisis han sido seguidos de cerca por la prensa del corazón. Ahora, a las puertas de una nueva etapa, la empresaria quiere dejar claro que su silencio no ha sido sinónimo de sumisión, sino de prudencia. Y que cuando ha decidido hablar, ha sido para aclarar su posición y acelerar la resolución de un capítulo que desea cerrar definitivamente.
El futuro inmediato de Paola Olmedo pasa por la firma de los documentos de divorcio y la reorganización de su vida personal y profesional lejos del foco mediático que ha acompañado su relación con el clan Campos. Su mensaje es claro: no busca enemistades, pero tampoco permitirá que se vulneren sus derechos. Una postura que, lejos de la confrontación, se antoja como la más razonable para proteger su bienestar y el de su hijo en este proceso de transición.